17. Wonder.

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Preguntarse.



En aquel pasillo había un acceso que antes no había notado. Por este me llevaron mis dos amigos, que seguían a Jorge y el resto del grupo. Minho iba delante y Newt detrás. Corríamos por aquel largo pasillo hasta que algo detrás nuestro comenzó a caerse. Parecía ser las paredes o el techo. Aumentamos la velocidad, aún de la mano de Newt y Minho siguiendo al grupo y guiando a los pocos que quedaban atrás. De repente se hizo luz en el pasillo. Jorge había abierto una puerta hacia el exterior, a la cual se llegaba a través de una escalera de metal. Se escuchaban los pasos apresurados de los 11 Habitantes subiendo cada escalón. Cada vez tenía más miedo, por mí y por mis amigos. Todo paró cuando llegamos a la escalera. Subimos rápidamente y salimos al desierto otra vez. Me quede observando como salían 3 chicos mas luego de nosotros y como todo se iba derrumbando al tiempo que salían. Volvimos a correr con Jorge y Minho encabezando la marcha. Creía que era para evitar que el edificio colapse en nosotros. Nadie se quejó ni preguntó nada. Solo siguieron a los líderes.

Después de un rato de pasar por varios edificios, Jorge abrió la puerta de uno. Era totalmente innecesario ya que las ventanas estaban destrozadas. Pasé por una de ellas y me adentré en la habitación. Todo era ruinas y se veía una escalera de cemento en una de las esquinas. Jorge comenzó a subir por ella seguido de Minho, y todos los Habitantes los siguieron. Me volví a acoplar al grupo detrás de Sartén, mientras moría de ansiedad para saber a donde íbamos. Cuando llegamos arriba vimos una gran puerta de madera de color negro. Todos pasaban por ahí y se sorprendían al llegar. Cuando fue mi turno me desilusione. Habían algunas cosas viejas, como colchones rotos y sillones en estados espantosos. No me esperaba un hotel cinco estrellas, pero pensaba que sería algo más que eso debido a las caras. Jorge separó a Minho del grupo y parecían tener una conversación mientras el resto se acomodaba en sus lugares. Corrí rápido hacia un sillón que parecía ser el que en mejor estado estaba y me senté. Al mismo tiempo Jackson se sentó en la otra punta. Nos miramos y nos reímos. El estaba dispuesto a irse hasta que le tomé la muñeca.

- No. Quédate.- Jackson me miró preguntándome si estaba segura a lo que respondí:- Es suficientemente grande para los dos.

Parecía que el chico iba a decir algo, pero Minho justo nos llamó.

- Bueno larchos. Jorge cree que sus compañeros ocasionaron la explosión. Lo importante ahora es: encontrar a Thomas y a Brenda.

- ¡Y conseguir comida!- exclamó Sartén desde su colchón.

- Tengo eso cubierto.- comenzó a decir con seguridad Jorge.- Pasando él edificio de la derecha hay un almacén. Creemos que esta tomado por otro grupo de Cranks, pero vamos a vigilarlo para saber los movimientos y entrar cuando nadie este.

- También tenemos que cuidarnos de que nadie venga al edificio.- agregó Minho.- Algunos se quedarán aquí. Otros irán a ver los movimientos del almacén.

- ¿Y Thomas?- pregunté casi como una acusación.- ¿No era lo mas importante?

- Esta con Brenda. Va a estar bien.- me aseguró Jorge.

No me gustaba mucho la idea de dejar a Thomas a la deriva con esa Crank, pero no había nada que pudiera hacer. No pensaba ir al almacén, pensaba acostarme en el sillón y cerrar los ojos para pensar, mientras el resto hace lo que sea que quiera. Así fue, varios se encaminaron a la aventura, mientras que otros como Sartén, Aris, Clint, Jeff y yo nos quedábamos a cuidar el edificio. Clint y Jeff comenzaron a conversar cerca de la zona de la puerta por la que entramos, mientras que Sartén parecía estar a punto de echarse una buena siesta en su colchón. No tenía la más mínima idea de como no se clavaba uno de los resortes que salían de la tela. Recorro la habitación con los ojos y me cruzo con otra escalera de cemento. Veo a Aris en una esquina mirándola también. Le faltaban partes, pero parecía ser estable. Me acerco a ella y comienzo a testear con el pie si es resistente. Cuando lo compruebo, comienzo a subir, dejando atrás a los chicos. En el piso de arriba no había nada. Parecía no estar terminado. Habían unos carteles de chapa en una de las paredes. Eran grandes y decían: "Lo de Roberto". Después habían ventanas en lo que sería el frente del edificio, y un balcón del costado opuesto de donde estaban los carteles. Camine hasta allí y abrí la puerta. Era perfecto. El calor estaba allí, pero también había sombra y con ella una pequeña brisa.

2| Red Desert | Gally | The Maze RunnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora