2. Loyal.

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Leal


- ¿Qué está pasando aquí?- preguntó Newt viendo a Thomas y Aris.- ¿Por qué se miran como si estuvieran enamorados?

-Él también puede hacerlo.- respondió Thomas, sin despegar los ojos del chico nuevo.

- ¿Hacer qué?- preguntó Sartén.

-¿Qué crees?- dijo Minho.- Es un freak como Thomas. Pueden hablarse por medio de la mente.

Newt le echó una mirada fulminante. Hubiera sonreído de no ser por que Minho estaba hecho un maldito idiota.

- ¿En serio?

Thomas hizo un gesto afirmativo, y volvió a centrar su mirada en Aris, como si estuviera dispuesto a volver a hablar en sus mentes.

- ¿La mató?

- Oigan, deben dejar de hacer eso.- les advertí a los dos mirándolos de a uno.- ¿Quién mató a quien?

Con los ojos vidriosos, Thomas finalmente desvió la mirada de Aris y se detuvo en mi.

- Él tenía alguien con quien se comunicaba de esta manera, al igual que yo lo hacía. Digo... lo hago. Pero dijo que ellos la mataron. Quiero saber quiénes son ellos.

Aris bajo la cabeza y volvió a rascarse la nuca. Inspiró aire y comenzó a hablar.

- Realmente no sé quiénes son ellos. Todo es muy confuso. No puedo distinguir quiénes son los buenos y quiénes son los malos. Pero creo que de alguna manera ellos hicieron que una chica llamada Beth... apuñalara... a mi amiga. Su nombre era Raquel. Está muerta, amigo. Muerta -repitió y se cubrió el rostro con las manos.

Un dolor punzante volvió a aparecer en mi pecho. Beth era como Gally, le habían hecho lo mismo. Los Laberintos parecían ser iguales con una sola pieza que no encajaba, yo. Varias emociones pasaban por mi cabeza. Quería saber más y al mismo tiempo, cuanto más me enteraba, más dolía y mas me recordaba a él. Luego me di cuenta de que Thomas era quien debería haber muerto, pero Chuck lo salvó, sacrificándose por él.

-¿Y cómo fue que terminaste con nosotros? -preguntó Newt después de un tiempo- ¿Dónde están todas esas chicas de las que hablas? ¿Cuántas escaparon contigo? ¿Ellos los trajeron a todos aquí o solo a ti?

- Creo que hay que darle un tiempo.- le dije a Newt con una media sonrisa.

Me daba lástima que el chico acababa de sacar a la luz su peor recuerdo, y lo querían bombardear a preguntas. Todos nos quedamos mirando al piso y en un momento me animé a poner una mano en el hombro del chico. Le apreté suavemente y la retire. Me incliné hacia adelante y coloqué mis codos sobre mis piernas, mientras sostenía mi cabeza. Aris finalmente levantó la cabeza y se secó un par de lágrimas de las mejillas. Lo hizo sin la menor sombra de vergüenza. Era algo raro de ver, tal vez era por que había caído en el Laberinto de mujeres. Como yo había caído en el de hombres, había aprendido a ser menos demostrativa, y que llorar te hacía ver débil. Tal vez me tomaban como un "varón" y por ello me pusieron con ellos, como si fuera uno más. Pero todo depende de que tipo de experimentos estamos hablando. De todas formas, nunca sabré la verdad, y darle vueltas al asunto, no es nada útil.

- Oigan.- dijo Aris- Yo estoy tan desconcertado como cualquiera de ustedes. Sobrevivimos unos treinta; ellos nos llevaron a ese gimnasio, nos dieron de comer y nos limpiaron. Anoche me trajeron a este lugar, diciendo que debían ponerme aparte porque era varón. No entiendia por que estabas tú aqui también,- me señalo.- pero estaba bastante dormido para que me importara. Eso es todo. Después aparecieron ustedes, astillas.

2| Red Desert | Gally | The Maze RunnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora