2| Red Desert | Gally | The Maze Runner

11. Crimson.

Carmesí.

Ya estábamos caminando solo con la luz de la luna iluminando el camino. Se escuchaba a una chica gritar, pero no tenía idea de si yo estaba imaginando cosas o si era real, ya que apenas se escuchaba sobre las conversaciones de los Habitantes. No pude descifrar de donde provenía. Me hacía tener recuerdos vivos de Gally en aquella camilla cuando no estaba durmiendo. Sentí como el corazón se me estrujaba, como cada vez. Imaginarlo de esa manera era demasiado doloroso. Varios Habitantes pararon, incluido Newt que se soltó de mi cintura y miró al resto. No quería hacerlo pero me vi obligada a detenerme también. Bajé el morral y me di vuelta. Los gritos se seguían escuchando como si alguien estuviera siendo torturado.

- ¿Saben a qué me recuerda eso?- murmuró Minho, con algo de temor en la voz.

- Ben.- comenzó a nombrar Thomas.- Alby. ¿Yo, tal vez? ¿Gritando después del pinchazo del Penitente?

- Exactamente.

- No, por favor.- gimió Sartén.- No me digan que esos cretinos estarán también aquí. ¡No podría soportarlo!

Ubicado a mi lado, Newt respondió:

- Lo dudo. Acuérdense de su piel húmeda y pegajosa. Si intentaran rodar en este lugar, se convertirían en una gran bola de polvo.

- Bueno,- dijo Thomas.- si CRUEL es capaz de crear Penitentes, puede crear otros monstruos aún peores. Odio tener que decirlo, pero la Rata nos advirtió que, finalmente, las cosas se iban a complicar.

- Una vez más, Thomas nos da una de sus alegres pláticas para levantarnos el ánimo.- exclamó Sartén. A pesar de que intentó sonar gracioso, el comentario brotó cargado de irritación.

- Solo digo cómo son las cosas.

Sartén refunfuñó.

- Ya lo sé. Y así como son dan asco.

- ¿Y ahora qué hacemos?- preguntó Thomas.

- Creo que tenemos que tomarnos un descanso.- dijo Minho.- Llenar las barrigas y beber un poco de agua. Luego podemos seguir hasta que aguantemos mientras el sol no haya salido. Tal vez debamos dormir un par de horas antes del amanecer.

- Creo que es lo único inteligente que dices en horas.- espeté con una voz cargada de odio.

Ya no estaba tan enojada con Minho, pero el recordar a Gally hacía que cada molécula de mi cuerpo reaccione de forma negativa a todo y todos.

- ¿Y qué hacemos con la dama psicótica que anda aullando por ahí?- agregó Sartén.

- Da la impresión de estar muy ocupada con sus propios problemas.

Nadie dijo ni una palabra. Algunos debían estar aterrados mientras que a otros, como yo, ya no les importaba. Nos sentamos en el piso y comenzamos a comer. Todos estuvieron bastante callados, excepto algunos que hablaban sobre la Rata, C.R.U.E.L. y especulaban sobre a lo que nos enfrentábamos. Personalmente, no tenía el humor para nada de ello. Por suerte, nadie me preguntó nada ni se interesó demasiado en entablar una conversación conmigo. Solo pude captar a una persona que me estuvo observando repetidas veces, de forma aparentemente casual. Aris me tiraba miradas compasivas, una sonrisa o hasta me había corrido la mirada cuando me daba cuenta de que me estaba observando.

- Viejo, ojalá dejara de aullar.- escuché decir a Aris cuando íbamos corriendo bajo la luna y las estrellas después de la penosa cena.

Cada vez podía ver a las luces más grandes y nítidas, lo que significaba que cada vez estábamos más cerca de llegar al pueblo. Ahora iba corriendo sin ninguna carga y me sentía mucho mejor que antes. Más liviana y más veloz. No sabía por que, pero tuve el impulso de hablarle a Aris durante varios minutos. Al final no pude resistirme, y sucumbí ante ello.