6. Phase Two of the Trials II.

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Fase Dos de las Pruebas II.


De inmediato la Rata levantó las manos para parar el alboroto que había desatado.

- ¡Bueno, bueno! No deben preocuparse. A la Llamarada le toma un tiempo declararse y mostrar síntomas. Pero al final de estas Pruebas, la recompensa que recibirán será la cura, y nunca llegarán a sufrir los... efectos debilitantes. Sepan que no muchos pueden darse el lujo de pagar ese tratamiento.

Tenía ganas de tirarme encima de él y dejarle algunas marcas sobre su asqueroso rostro, pero me contuve. Tome la mano de Minho y la apreté fuerte. El hizo lo mismo para poder mantener su calma al igual que yo. Thomas se agarraba la garganta como si le estuviera sucediendo algo. Debe ser la sugestión. Ella se iba a convertir en esas cosas, llamadas Cranks. Por fin me habían explicado que eran. Eran humanos que parecían estar desquiciados y en condiciones espantosas. Todos estaban sucios, tenían la ropa rasgada, el pelo parecía estar arrancado completamente o en algunas zonas y estaban llenos de sangre distribuida por su ropa y su cuerpo. Esperaba no verlos nunca, y mucho menos convertirse en uno.

- Terminemos de una vez con esta lección de historia y esta pérdida de tiempo.- prosiguió la Rata.- Ahora ya los conocemos. A cada uno de ustedes. No tiene importancia lo que yo diga o lo que haya detrás de la misión de CRUEL. No nos cabe la menor duda de que harán hasta lo imposible para cumplir con las Pruebas. Y al hacer lo que les pedimos se salvarán, pues conseguirán la cura que tanta gente anhela con desesperación.

Minho gruñó y yo afirme mi agarre en su mano, dándole a entender que no era el momento. Thomas también lo miró advirtiéndole que se callara. La Rata bajó la vista hacia la pila desordenada de papeles de la carpeta, tomó una hoja suelta, la volteó y echó un vistazo rápido al contenido. Después se aclaró la garganta.

- Fase Dos. Las Pruebas del Desierto. Comienza en forma oficial mañana por la mañana, a las seis. Entrarán en esta habitación y, en la pared que está detrás de mí, encontrarán una Transportación Plana. A los ojos de ustedes, la Trans-Plana tendrá la apariencia de una pared gris con luz titilante. Tienen que atravesarla antes de las seis y cinco. Les repito: se abre a las seis en punto y se cierra cinco minutos después. ¿Entendido?

Yo lo miraba casi sin prestar atención con la mente vacía por el cansancio, la bronca y la impotencia que recorría cada glóbulo de mi sangre. La Rata había hablado sobre millones de cosas que nadie lograba entender, y ahora nos informó que tenemos que atravesar una Trans-Plana, ¿pero qué garlopa es eso?

- Estoy seguro de que todos han escuchado.- dijo la Rata.- ¿Han en-ten-di-do?

Varios susurraron síes y ajás o simplemente realizaron un movimiento afirmativo con la cabeza, al igual que yo.

- Bien.- continuó la Rata, levantando distraídamente otra hoja y dándole vuelta.- Ahí habrán comenzado las Pruebas del Desierto. Las reglas son muy simples. Tienen que buscar el camino al exterior, luego dirigirse hacia el norte durante ciento sesenta kilómetros y llegar al refugio en dos semanas. Entonces la Fase Dos habrá finalizado. En ese momento y no antes, se habrán curado de la Llamarada. Tienen exactamente dos semanas, que empiezan en el preciso instante en que atraviesan la Transportación. Si no lo logran, morirán.

Todos nos mantuvimos callados. Creo que ya habíamos aceptado el hecho de que algo terrible sucedería, ya no nos dolía tanto y mucho menos nos sorprendía. La Rata cerró la carpeta de golpe, doblando aún más las hojas, y volvió a guardarla en el cajón de donde la había sacado. Se puso de pie, caminó hacia un costado y empujó la silla debajo del escritorio. Finalmente, cruzó las manos y volvió a concentrar su atención en los Habitantes.

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