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Un fragmento de Asleep de Smiths sonó melodiosamente.

"Sing to me
Sing to me
I don't want to wake up
On my own anymore
Don't feel bad for me
I want you to know
Deep in the cell of my heart
I really want to go"

Era como estar en los 90 pero con un coche mucho más moderno:un Toyota Chrebrolet alquilado.

Darrell conducía como un maniaco aventurándose por las calles de Saint Etienne¡Ni que tuviéramos prisa!

Creo que más bien quería tener la sensación del viento golpeandole la cara.Con las ventanillas bajadas y a 75 por hora lo estaba consiguiendo.

-¿Puedes ir más despacio?Vas a estrellarnos.

-Lo tengo todo bajo control-sentenció con un deje de diversión. Luego volvió la vista a la carretera e hizo un giro brusco para evitar llevarnos por delante a un coche que había aparcado en doble fila.

-Ya veo.
Nos reimos,porque nos pareció que la situación tenia su gracia.Porque no queríamos hacer otra cosa que no fuera disfrutar el momento,como meternos de lleno en la misión.
A nuestro alrededor surgían en el paisaje caserones en mal estado,pisos destartalados,bolsas de basura y ventanas tapiadas:los indicios de estar en un mal barrio.
Darrell detuvo el coche frente a una casa pintada de azul,medio desconchada.
-Mira el número.Es aquí-dijo antes de abrir la puerta den conductor.
Medio aturdida,sali del vehículo y escudriñé el edificio.Mis ganas de dar media vuelta y volver al hotel iban aumentando por momentos.
-¿Es aquí donde vive tan celebre escritor?
-Lo sé,a mi también me parece una especie de broma-Darrell ascendió unos escalones desvencijados y llegó hasta una bifurcación de recibidores tras dos puertas de cristal sucias.
Ambas se abrieron sin necesidad de tocarlas.Darrell me miró indeciso y pasé yo primero,como si fuera una guía de expedición,(lo cual era ridículo porque ahora mismo sentía tanta seguridad como un pingüino en el desierto.)
No sé como lo hice,pero en menos de diez minutos estábamos frente a una puerta de caoba con un letrero que rezaba "morada de Mr.Thompson",que tenía un cruficicio debajo.
¿Era creyente,o al señor Thompson la comunidad de vecinos-seguramente cristiana- le rebajaba el precio de poner las letras si èstas llevaban el símbolo de cristo?
Llamé al timbre,temiendo que no fuera a funcionar.En los lugares así normalmente no lo hacía.Pero si que sonó y casi nos dejó sordos.Se escuchó algo entre unos pasos y un arrastre perezoso al otro lado de la puerta,y distinguir como se abrían los múltiples pestillos.
-Aquí somos ateos,lo siento-mascullaron con desgana.Darrell le echó un vistazo a la cruz del cartel y frunció el ceño.
-No somos representantes de la iglesia-comencé-¿Puede dejarnos pasar y hablamos dentro tranquilamente?
Había tenido que lidiar con centenares de personas en mis misiones para conseguir algo,y estaba acostumbrada a persuadirles.
-Solo será un momento-añadió Darrell.
La puerta se abrió mínimamente dejando ver un pasillo iluminado por lámparas indias y paredes decoradas con todo tipo de tallas en madera y otros adornos africanos.
-Decidme que queréis e iros.Rápido.
-¿Es usted Thompson?¿El escritor Thompson?
-Ya no me hago llamar así. ¿Sois de la prensa?-el hombre se llevó la mano a la cabeza.Que estuviera a contraluz no me permitía verle el rostro-Demonios,no tengo tiempo para esto.Está la casa hecha un desastre.
-No importa,de verdad.Solo queremos hablar con usted. Somos solo fans en busca de realizar un proyecto escolar sobre nuestro héroe. Solo queremos que nos responda a un par de preguntas,si es tan amable y nos ayudará a cumplir nuestro objetivo.Le prometo que nada de lo que diga saldrá a la luz.Solo figurará en el proyecto.
El escritor vaciló,y se cruzó de brazos.
-¿Como habéis conseguido mi dirección?
-Eso no es lo que importa-procuré hablar con firmeza-Puede confiar en nosotros.
-¡Qué remedio!Pasad antes de que me arrepienta.Cuanto antes acabemos mejor.
Pareció funcionar.En unos minutos nos encontrábamos en un salón de lo más caótico con elementos que no tenían nada que ver entre si en cada esquina.Pero aún así la combinación era a su manera hermosa.De alguna manera.
Thompson era de tez olivácea, ojos grises sin expresión-que muy a mi pesar me recordaron a los de Arnold- tras unas gafas rectangulares que se apoyaban en la punta de su nariz,y un pelo denso de un rubio sucio.Además tenia un bigote,o más bien mustacho,que no encajaba con su rostro.
Se sentó en un sofá de cuero y nos dedicó una larga mirada.Darrell y yo nos sentamos enfrente,en un columpio que pendía del techo.
-¿No vais a tomar nota de mis respuestas?-nos preguntó torciendo la mandíbula.Darrell repasó con la mirada las estanterías que cubrían las paredes,visibles entre el caos.
-Tiene usted una casa muy bonita.¿Le gusta la literatura?
-¿No se supone que sois fans?Creo que todos sabemos aquí que no lo sois.¿Por qué venís,en realidad?
-Se lo he dicho,solo quiero hacerle unas preguntas-contesté impasible.Tendríamos en teoría que entregarle un sobre de Navotny,pero me lo había dejado en el hotel -Para empezar,hablenos de su libro.
Thompson parecía perplejo.Se inclinó hacia delante de repente.
-¿Mi libro?¿Vais a preguntarme de donde saqué la idea?Para que quede claro, todo lo escrito es ficticio.No estoy loco ni nada parecido.
Me entraron unas ganas terribles de echarme a reír y al mismo tiempo de decirle que en realidad su argumento no tenia base solida.Explicarle que venía de 1976 y que en verdad estaba tan loco como podíamos estarlo nosotros.O bien de reírme como una loca hasta que Darrell se contagiara y este amable señor nos echara de su casa.¡Viva la locura!
Pero en lugar de hacer nada de eso me obligué a mi misma a asentir,porque era lo que se esperaba de mi persona.
Porque estoy segura de que Darrell se habría planteado seriamente después de tal espectáculo si seguir colado por mi o unirse a la deprimente desorientación mental de Thompson.
-Por supuesto que no esta loco.Su historia es un solido ejemplo de la genialidad de las mentes de su patria.No tiene porque avergonzarse de ser un genio-Vale,quizás yo estaba llevando esto demasiado lejos-¿En qué hecho se inspiró para escribirla?
-¿Me inspiré?-Thompson me miró entrecerrando los ojosPor unos momentos pareció perderse en su laguna mental.No era la pregunta más adecuada.
Darrell me lanzó una mirada de advertencia,que quería decir «Charleen,para.Dejale volver en si»
Pero yo no podía parar.Había pasado de la timidez e incomodidad a una inexplicable euforia acompañada de adictiva adrenalina que corría libre por mis venas.
Podría decir cualquier cosa sin ninguna vergüenza.Imagino que esto era por lo que existían las bebidas energéticas cargadas de componentes repugnantes. ¿Quien es el genio que las había inventado?
Thompson nos sorprendió hablando con total convicción, como si llevara meses ensayando qué responder a esto y acabaran de venirle en mente las horas de ensayos.
-No necesité basarme en hechos.La inspiración llamó a mi puerta-estaba segura de que la frase no era asi- y no pude hacer más que abrirle camino.Hace tiempo conocí a alguien,un tipo fantástico. Era un lunático,pero aun así llegamos a hacer buenas migas.Y lo creáis o no aseguraba haber visto el siglo victoriano con sus propios ojos.Poco me faltó para creermelo también.
Esta vez la mirada de Darrell significaba otra cosa:«¿Y si le contamos la verdad antes de que acabe en un sqiatra?».La mía decía: «Entonces tu serás el único culpable si le da una apoplejia»

Lost SoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora