Parpadeé y arrojé al suelo la fotografía de la impresión.Casualidad.Simples casualidades.Las coincidencias existían.Claro.
Más tarde la recogí del suelo para verificar que la había visto correctamente,y así era.
Cerré los ojos con fuerza y me dejé caer en el sillón.
Robert tenia una hija,habia pasado una época oscura,conocia la casa de Islington,era un Heatherfield...
Iba a desmayarme en cualquier momento.Todo apuntaba a algo que no quería ceer y esperaba no tener que hacerlo.
Fui a la habitación de Darrell en busca del reloj.Recordaba que lo dejó alli y que la puerta estaba abierta.No pensé en nada más.
Lo sostuve no sin dificultad-me temblaban horriblemente las manos- y ajusté el año a mi era.
Cruzé los dedos para que las tías estuvieran en casa.
Sentí el familiar tirón en el estómago y acabé tirada en el suelo de tan mareada como estaba.Me levanté con rabia y me puse una gabardina como abrigo antes de salir al pasillo.
Este sitio había cambiado bastante,por no hablar de que ni siquiera era un hotel todavía. Deambulé por las calles hasta llegar al bar donde habíamos desayunado.Debían de tener algún teléfono para llamar,al menos.
En algún sitio tenia que haber...
Había oscurecido y la noche era menos luminosa.Empecé a notar cambios en la gente y en la ropa que me hicieron quedarme más tranquila al verificar que esta era la era correcta.
Sin embargo nadie se fijó en mi-aparentemente-porque las gabardinas según madame Magnifique nunca pasan de moda.
El "antro" era casi idéntico,a excepción de la clara presencia de fumadores a juzgar por el olor.
-Buenas noches,¿tienen un teléfono?-indquiri en la barra.Me atendió un indio similar al de la otra vez y me recorrió un escalofrío.Luego razoné que lógicamente no podía ser el mismo,encima con el mismo aspecto.
Un niño muy pequeño asomó desde un lado de la barra.También tenia rasgos orientales y me pareció adorable.
Sumé dos y dos.Me acababa de atender el padre del indio,y al contrario de como habíamos supuesto,el indio superaba los cuarenta años en vez de rozar los treinta.Por eso en esta época apenas tendría dos o tres años,(muy mal lugar,por cierto,para dejar a un niño tan pequeño.)
-Claro.Pero el servicio se debe pagar,si no le molesta-algo que me gustaba de esta época era lo respetuosos que eran con las "damas".
-No es problema.
El padre del indio me condujo detrás de su puesto,y me señaló un teléfono rojo clavado a la pared.
-Tiene un contador a su derecha que le indicará el coste definitivo de su llamada-aclaró el encargado.No era algo que no supiera,pero fui educada y le di las gracias.
Cogí el auricular entre mis manos y casi olvidé lo que venía a hacer.Me quedé paralizada,con un cumulo de ideas bullendo por mi cabeza,que me impedían pensar con claridad.
Sacudí la cabeza e inicié la llamada.Empezó s comunicar y temí que mis tías estuvieran fuera.Finalmente me respondió Mr Deernard al otro lado.
-¿Diga?
-¡Mr.Deernard!
-¡Oh,cuanto me alegra oirla!¿A que se debe el honor?Creí que estaba dirigiendo una operación.
-Y lo estoy,pero me gustaría hablar con Jane,si puede ser.
-Por supuesto.No está indispuesta ahora mismo.
Se escucharon pasos y el crujir de la escalera.La voz de Jane se escuchó en la distancia,y también la de Josh.
-¡Hola,Charlie!
-¿Josh?Me parece que he pedido hablar con Jane.¿Charlie?¿En serio?
-Ya estoy aquí,querida.Este primo tuyo debería meterse en sus asuntos.Lo he mandado a hacer sus deberes,así que,bueno,¿Que quieres decirme?
-Eh...¿Puedo preguntarte algo,tía Jane?
-Lo que sea,ahora que tus tías no están presentes-me rei entre dientes.
-¿Hay algun hombre de nuestra familia con segundo nombre?
-Paul también se llama Kyle,ya lo sabes.¿Ocurre algo,tesoro?
-Solo quiero saber si tengo un tío llamado Robert-solté.Jane se echó a reír.
-No tienes más tíos de los que conoces.Pero...
-¿Y que hay de Madeleine?
-¿Quien te ha hablado de ella?
-No importa.¿Es de verdad mi tía?
-Si.Lo ha sido.Pero hace muchos años que no vive y no es nuestro tema de conversación favorito.
-Aah.¿Que ibas a decir?
-Iba a decirte que si de verdad no reconoces el segundo nombre de tu padre.
~★
-Te-tengo que dejar...dejarte-balbuceé.Segundos después colgué el teléfono-sin darle tiempo a responder- y lo agarré con fuerza.
Con mi mano libre programé el reloj,no sin cierta dificultad y temblor de manos.En un abrir y cerrar de ojos volví al futuro,pero mi mente estaba en otra parte.
No podía hacer otra cosa que destrozarme los nervios echándole de vez en cuando un vistazo a la puerta por si Darrell volvía.
No quería sentirme sola ni física ni emocionalmente,no quería pasar ni un minuto más a solas con mis pensamientos.
Esta era la pieza del puzzle-tan real como la vida misma- que me faltaba.Ahora sabia la verdad,más que la verdad.Era todo totalmente cierto.
El maniaco que había intentado extraernos sangre como si fuera una actividad más en su rutina,ese mismo psicópata, podía ser mi propio padre si la tía Jane no se equivocaba.
Pero era imposible.De todas las formas imaginables mi padre moriría el mismo año.El destino estaba escrito,todos lo llevábamos escrito en la frente con rotulador permanente.
En ese momento recordé una frase de Arnold muy común en estos casos:algún día conocereis la verdad,y suplicareis con todas vuestras fuerzas que sea una mentira.
Muy útil resultaba Arnold,con sus frasecitas de las narices.
Sacudi la cabeza con rabia.No era momento de pensar en Arnold y su agudo ingenio,y menos aún en frases pegadizas que estaba harta de oír.
Volviendo al tema principal, ¿Por qué mi padre haría nada de esto,suponiendo que fuera él?¿Qué motivos tendría?
Sólo de pensarlo se me revolvió el estómago.Todo era una locura.Incluso cuando sabía menos sobre el adepto-quizas no debería seguir llamándolo así- nada tenia mucho sentido.
Vale,me negaba a creerlo al principio.Ahora lo aceptaba lentamente,como si le estuviera ocurriendo a otra persona en vez de a mí.Ya iba avanzando en cuanto a las fases de duelo que hay según tía Jane.
Sería mucho peor haberme desmayado desde el primer momento.No haberlo hecho demostraba que mi naturaleza era fuerte,partía de eso.
Respiré profundamente comí si tuviera todo el tiempo del mundo.Porque al fin y al cabo el tiempo es solo tiempo, por lo que se debe disfrutar de él independientemente del que tengas.Puedes decir que no tienes en absoluto,pero realmente es el que te falta en tu corta vida.Habrá más días, minutos,horas...después de tu muerte.
La vida sigue y el tiempo pasa.Eres tú el que te anclas en un momento para hacer una actividad.
El tiempo pasará sin esperarte,y no hace falta esperar toda la vida para darse cuenta.Puedes saberlo ahora e intentar seguirle el ritmo.Así tus días serán más plenos y productivos.
Yo que viajaba en el tiempo,solo podía cambiar de él una minúscula parte,todo lo que era humanamente posible.Aun no se han inventado los seres inmortales,quizás sea ese el problema.
Nadie puede burlar al tiempo,ni aunque puedas viajar a través de él.En algún momento tendrás que envejecer.
Esta pequeña reflexión no me hizo sentir mucho mejor,pero al menos me ayudó a pensar en otra cosa.
Mi forma de distraerme era meterle más datos a mi explotado celebro.De ahí no iba a salir nada bueno.
Resignada,garabateé una nota a toda velocidad -para mi querido boxeador-que luego dejé sobre mi cama casualmente.
Me calcé botas de lluvia sin tener ni idea del tiempo que haría fuera.Tampoco me importaba.
Me guardé el móvil en el abrigo, por si acaso,antes de abandonar el apartamento.
~★
Me pasé una mano por el pelo mientras mantenía la vista fija en el horizonte.Subirse a un puente tan hermoso no era algo que se hiciera todos los días.
Como una pequeña imitación al puente de los candados de París,varios candados hacían su aparición en la base del extremo opuesto.Me pareció gracioso.
Me pregunté si algún día Darrel y yo pondríamos nuestro propio candado junto a los otros.Quizás algún día.
Hablando del rey de Roma,emergió detrás de una farola.Planeaba darme un susto-no sabía nada de mis descubrimientos si se podían llamar así.
Era muy tierno por su parte querer alegrarme el día.
-Te he visto-me burlé desganada.Dejó de esconderse y se acercó a mí.Cuando estuvo a mi altura me besó la mejilla.
-Los franceses saludamos así-explicó con una sonrisa.Su gabardina amarilla le sentaba maravillosamente.Esta vez no llevaba bufanda.
-¿A todo el mundo?-pregunté con intriga.
-Bueno...si son chicas mejor que mejor.
Le golpeé el hombro como si me hubiera ofendido.Un poco más fuerte y hubiera visto las estrellas.Él no era tan "blandito" como James o Arnold,por mucho que eso hiriera sus respectivos orgullos.
-Solo bromeaba.
Le sonreí de la mejor forma que pude.Sus rizos estaban ahora en orden, y la tentación de cambiar eso era enorme.Al final me dije que no era bueno refrenar siempre mis deseos.Dar real cerró los ojos.
-Por una vez que tengo el pelo en orden...-intentó quejarse pero estaba claramente complacido por mi espontaneidad-¿Puedo preguntar por qué..?
-No me parece justo acabar siempre renunciando a lo que quiero-contesté.Entonces abrió los ojos.Nuestra cercanía era abrumadora,y sin embargo insuficiente.
Me miró como queriendo inmortalizar mi tez.Queriendo recordar cada detalle posteriormente.Sus ojos refugian mostrando tonos más claros de los habituales en sus iris.
Nuestro aliento era uno.Donde acaba el pañuelo de mi cuello empezaba su pelo.La brisa nos empujaba.
-¿Y es esto lo que quieres?-bajó la vista a mis labios.Siendo otro chico lo hubiera apartado hace mucho.
Para ser "todo un rompecorazones"-¿o eso era invención mía?- parecía algo inexperto,lo que me causaba mucha ternura.
No me había fijado en lo largas que eran sus pestañas.
-Si,es justo lo que quiero-susurré.Emití un «no podia ser mejor».No estuve segura de si me había oído.
Sentía que me iba a derretir si esperaba un minuto más.
Nuestros labios se encontraron,fundiéndose en un apasionado beso.Sus labios eran increíblemente suaves,y moldeaban los mio como si estuvieran hechos a medida.
Solo nos dejamos llevar.No importó el tiempo que solo seguía siendo tiempo,ni ninguna otra complicación.No existieron nuestros problemas en ese séptimo cielo al que estaba llegando.
Él no besaba mal,nada mal.Sabía a algodón y a menta,mezclado con su colonia. Además dejaba un agradable olor a tierra mojada.
Mis manos acabaron en su coronilla-atrayendolo más hacia mi-,y las suyas en mi espalda baja.
Aterrizamos en un banco junto al puente.Yo encima suya.Se recostó a duras penas contra el respaldo mientras se separaba de mi lo justo para respirar de vez en cuando.
No quería soltarme.Y yo tampoco que pasara.
La experiencia era mucho más diferente a como me la había imaginado previamente.No era incómodo o extraño-y no te permitía pensar en otras cosas como en la lista de la compra,más bien captaba toda tu atención-,sino agradable y adictivo.Podría pasarme así toda mi vida.
Mi vida.¿Significaba el estar besándolo que desde ahora podría hacerlo siempre que quisiera?
Muy a mi pesar pronto no pude sentir más la presión de sus labios.Se separó de mi y cubrió con sus manos mis mejillas.Respiraba agitadamente,y al darse cuenta de que lo percibía se sonrojó.
-No es que quiera que nos separemos-dijo sin aliento-Solo estoy sin aliento.Creeme,ha sido lo mejor que he hecho en mi vida.
-¿De verdad?-como respuesta me dió un corto beso en los labios.
-Totalmente.
Con nuestras frentes apoyadas creí completamente sus palabras.Aún así pensaba estar en un sueño.
-¿Podemos...repetirlo más tarde?-indquirí con tímidez. Se echó a reír sonoramente.Me pareció el mejor sonido del mundo.
-Las veces que quieras.
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Lost Souls
General FictionCharleen lleva toda su vida sintiéndose un estorbo para los demás,a pesar de que hace todo lo que puede por superar la muerte de sus padres. Ni siquiera sus tias,con las que se ve obligada a vivir,le tienen demasiado cariño.La obligan a usar su incr...