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La familia de Darrell era algo...extraña.Entre su hermanastro vigilandonos desde una esquina del salón con pose amenazadora,su padrastro amable pero callado y su madre llena de energía y deseos de complacernos,que sin darse cuenta no hacía más que agobiarnos.
El salón era pequeño en proporción con la casa,y estaba casi en penumbra.Apestaba a tabaco-lo que era lógico ya que pillamos a Boris escondiéndose un paquete de Luke Strike en el bolsillo de sus vaqueros.
Apenas se veía el papel pintado de las paredes por las enormes estanterías que llegaban hasta el techo.Tenían un montón de fotografías-no todas enmarcadas-y tantos libros que parecía mentira.No creo que la familia de Darrell se los haya leído todos.
La señora nos instó que tomáramos asiento mientras llenaba de pastas la mesita a nuestros pies y nos servía un té. No creía que sería capaz de engullir todas las pastas,pero no dije nada.
-Mamá, has puesto demasiadas pastas-se quejó Darrell.Yo no quería criticar. La mujer lo estaba haciendo lo mejor que podía.
-Tendreis hambre-replicó.
Me encogi de hombros y  acabé deslizandome una pasta entre los dedos.Tenia buena pinta,pero mi estómago no estaba de acuerdo en ingerirlo.
Después de cuarenta minutos de silencio e indirectas de Boris,la madre de Darrell nos preparó una habitación en la planta alta.
Allí nos instalamos lo antes posible.
Avancé hasta la cama y me hice un ovillo.Darrell me imitó después-colocandose detrás de mi espalda-y me pasó una mano por la cintura.
-¿Sabes qué podemos hacer?-me susurró-vamos a buscar la sede de Navotny en está época.
Gemi en respuesta.
-Eh,Charleen-me rozó el hombro suavemente,para que contestara.
-Tu familia es encantadora.
-Charleen,no intentes evitarlo.Me he mentido a mi mismo porque si hay algo que no quiero es que te vayas.Pero es lo correcto.Hay una salida y tenemos que aprovecharla.
Siguió un silencio incómodo.
-¿Darrell?
-¿Si?-me giré para que pudiera verme.
-No tenemos futuro.No sé para qué he venido,si con esto no he arreglado nada.
-Tenias que...declararte.
-Ya,lo sé. Y creo que así será más difícil todo.Te lo haré más difícil.
-De la otra forma te lo harías más difícil a ti misma.Necesitabas decírmelo.
-Pero no es justo ¿no crees que sería más fácil si no te hubiera soltado que...?
-Necesitabas decirmelo-repitió-Y no hubiera cambiado mis sentimientos por ti que no lo hicieras.Yo lo sabía,que me correspondias.
Negué con la cabeza.Había lágrimas detrás de mis ojos que luchaban por no salir.
Suspiré dejando salir el aire lentamente de mis pulmones.Darrell junto su frente con la mía.
-Mirame.No has hecho nada malo.Solo has sido valiente,y has hecho lo imposible para venir aquí-susurró.Estaba tan cerca que podía sentir su respiración entrecortada-Y te lo agradezco mucho.No llores,por favor.Te prometo que sobreviviremos a esto.
-¡No estoy llorando!-protesté,aunque era evidente que si.
Me pasó el pulgar por la mejilla,de una forma tan suave que apenas lo noté.
-¡Esa es mi chica!-sonrió.Yo también sonreí,pero solo un poco.
-La buena noticia es que vas a tenerme para ti todo el día,y también toda la noche.¿Qué te apetece hacer?
-¿Tengo que ser sincera?
-Claro-enterró la cara en el hueco de mi cuello.Así no podía pensar.
-Para.
-¿Por qué?
-Me distraes.
-¿Y te molesta?
-No-me reí.Él me besó en la base del cuello,provocando que me derritiera por dentro.
-No deberías...hacer eso.Podría venir tu madre.
-Mi madre lleva años sin pisar esta habitación.No va a hacerlo ahora;y se supone que estamos durmiendo.
-Si vuelves a hacer eso te aseguro que se me escapará algún sonido que deje claro que estamos bien despiertos.
Se rió,o al menos creí escucharlo reirse.
-Entonces tendríamos aquí a toda la familia,comprobando qué pasa.
-Y yo te echaría a ti la culpa.
-Pues tendré que hacer algo al respecto.
Me erguí y me coloqué con la espalda apoyada en el cabecero,decidida a impedir que sus acciones siguieran torturandome.
-¿Como qué?
-Algo que te impida hablar -prosiguió con malicia.Se incorporó también y se situó a mi altura.
Yo también sonreí porque sabía lo que iba a pasar.En un instante se inclinó para besarme y entreabí los labios para dejar paso a los suyos.
El beso fue largo y dulce,y deseé que no acabara nunca.Me atrajo hacia sí por la cintura y yo me aferré a su coronilla con cuidado de no clavarle las uñas,de forma que nuestros cuerpos acabaron pegados.
Cuando nos separamos-muy a nuestro pesar-solo eramos una maraña de cuerpos entrelazados,y él acercó la boca a mi oido para decirme que me quería.Al oirlo me entraron ganas de llorar,pero recordé que él me había suplicado que no lo hiciera.
Tampoco había motivo para ello.Eramos felices,aquí y ahora.No importaba lo demás.
-Voy a echarte de menos.Mucho.
-Creo que por aquí hasta mi madre va a extrañarte-me reí-Te prometo que cuando cumpla la mayoría de edad me iré a vivir a los 70.Si hace falta me casaré contigo.
-¿Estarías dispuesto?
-¡Claro que sí!No podría vivir sin tí.
Me dormí tras esa fugaz declaración,entre los brazos de la persona a la que amaba.Y ahora lo sabía,no tenía ninguna duda de mis pensamientos,y me preguntaba como podía haber estado tan ciega.
***********
Me desperté en el mismo lugar donde me había dormido,envuelta en un abrazo de Darrell.
Estaba adorable cuando dormía:parecía mucho más joven,sonreía de vez en cuando por lo que fuera que estaba soñando y todo su cuerpo perdía la tensión que tenía durante el día.
Como buen luchador que había sido,se pasaba el día en tensión,preparado para atacar.No tenía mucho sentido,ya que hacía mucho que estaba a salvo en casa,pero por alguna razón estaba mucho más en guardia delante de Boris.Me enternecía descubrir que había un momento del día en el que no estaba así de tenso.
Se despertó después de que no me pudiera resistir a apartarle el pelo de la cara-aunque lo hubiera hecho con mucha delicadeza-y fue toda una alegría que lo primero que hiciera fuera sonreirme.
-Buenos días,cariño.Me gustaría despetar así el resto de mi vida.
-¿Así como?
-A tu lado.
Tras una entretenida sesión de cosquillas y un nutritivo desayuno,Darrell me preguntó si quería salir a correr.Le contesté que no tenía más ropa que la que llevaba.
Además,no sabía como tomarme que estuvieramos solos en casa.¿Significaba que Darrell debería estar en el colegio?¿Por qué nadie nos había dicho nada?
Mis dudas se resolvieron en cuanto apareció Boris por la puerta,cargado con bolsas de compra,y le comunicó a Darrell que por hoy podía quedarse en casa,pues así lo había decidido su madre.
-Me parece bien,pero me gustaría salir a correr.
-Ayer te fuiste a la cama muy temprano y mamá predijo que hoy no tendrías cuerpo para hacer nada.No hay quien os entienda-se quejó Boris mientras descargaba la compra en la encimera.Era una suerte que se dirigiera a Darrell en inglés,o si no no hubiera podido seguir tan bien la conversación.
-Ya.Pero resulta que hoy me apetece correr.
-Pues que te vaya bien.¿Vas a llevarte a tu amiguita?-no me atreví a protestar.Era tan cerdo como Darrell me había contado.
Los hermanastros se miraron a los ojos,desafiantes.Era obvio la tensión existente entre ellos,provocada por los mismos hechos que les hicieron no llevarse bien en el pasado.Era tan evidente que me sentía incómoda,pero por lo menos parecían haber madurado y no era necesario separarlos por la fuerza como si fueran salvajes,pues ya no tenían la necesidad de lanzarse a la yugular.Ambos habían aprendido a soportar medianamente la existencia del otro.Me sentía orgullosa de Darrell.
Tras esa conversación silenciosa,Boris nos dejó irnos como si le importara un bledo si volviamos a desaparecer por otras tres semanas.Incluso nos dio dinero.Y mucho.
Fuimos a la tienda más cercana y llenamos una bolsa entera de ropa deportiva- me pareció muy exagerado,ya que era toda para mí.Básicamente me probé toda la ropa y me dejé puesta la que más me gustaba.Después devolvimos el resto de la bolsa y salimos del establecimiento intentando no sentirnos mal por los encargados de doblar de nuevo las prendas.
Intenté recogerme el pelo-acción que me  proporcionaba una visión perfecta de mis zapatillas nuevas-pero estaba demasiado distraída.
-Ven,yo te ayudo.Ya sabía yo que debería haber hecho café-se ofreció Darrell.Se situó detrás mía y me rehizo lo que sería un desastre de coleta como si fuera un estilista.
-Guau.¡Estoy impresionada!
-También cocino.
-También cocinas-repetí para mi misma.Mi sonrisa se ensanchó y él sonrió también.
-¿Te gusta tu ropa nueva?
-Humn...si.Pero...
-Ya lo sé.Preferirías algo más discreto.Siento decirte que no vas a encontrar en ninguna tienda nada que no sea fluorescente-me reí entre dientes.
Empezamos a andar,yo desprendiendo alegría por los poros y él feliz de verme así.A lo mejor los beatles tenían razón,a lo mejor todo lo que necesitamos es amor.
Podría ponerse a llover en cualquier momento.No me importó.Darrell me cogió la mano mientras estaba distraída,y tampoco me importó.Si que me importó que tuviera que soltarme para empezar a correr,pero lo entendí.
Trotamos esquivando charcos en el suelo,con sudor frío recorriendonos la frente y al mismo tiempo aguantando el calor que nos daban nuestras sudaderas.Apenas había gente ejercitándose como nosotros a estas horas,solo algún que otro señor mayor que había salido a estirar las piernas.
En mitad de un descanso de sprintar resonó un trueno y tuvimos que ponernos a cubierto bajo los árboles,porque se descargó algo parecido al diluvio.
Me pude imaginar nuestro aspecto ridículo:medio mojados,en mitad de un parque intransitado y pegados al tronco de un árbol,como si estuvieramos jugando al escondite.Encima vestidos-me refiero a mí-más llamativos que los chalecos de tráfico.
-Mira el lado bueno.Si esto se inunda lo único que tendremos que hacer para que nos encuentren será agitar tu chaqueta.
-¡Muy gracioso!
Se acercó a mí y me besó suavemente la oreja,luego el inicio de la mandíbula y la barbilla. Quise más,pero él se separó para sacarme del aguacero-alguno de los dos tenía que hacer algo de todas formas.
Nos protegimos de la lluvia en los portales de las casas vecinas,y anduvimos un rato sin rumbo fijo.
-¿A dónde me llevas?-pregunté divertida.Puede que luego me cogiera un resfriado,pero la felicidad que sentía no me la quitaba nadie.
-Conozco un café por aquí cerca.
-¿Todo esto es porque estoy cansada?-me reí de mi propia pregunta.
-No,Charl.
Se me iluminaron los ojos al oírlo.Solo Lucy me llamaba así,y significaba mucho que Darrell también lo hiciera.Lo convertía en algo muy íntimo y...hermoso.
Intenté disimular mi asombro:
-¿Es el típico café Inglés?
-No;este te va a gustar.
El famoso local resultó ser un ciber- café con libros (lo único cibernético que tenía era el acceso a internet.)
Me senté con gran entusiasmo en una butaca roja y no me moví de allí hasta que llegó Darrell con nuestros cafés.Los colocó en una mesa que más tarde arrastró hasta las estanterias que teníamos más cerca.Yo llevaba ya varios capítulos de Mud Vein y apenas me dí cuenta de que la mesa había cambiado de sitio.
Darrell tenía un ejemplar de El General En Su Laberinto y debía de ser algún libro que hubiera empezado previamente porque iba leyendo por más de la mitad y acababa de coger el libro.
Se sentó a mi lado,en el maravilloso sillón rojo-diseñado de forma que rodease una columna circular.Con provisiones de libros y nuestros cafés no teníamos necesidad de movernos en un buen rato.
Opté por apoyar la cabeza en su regazo,deduciendo que no le iba a molestar.Era un poco más incómodo para leer  pero tampoco importaba;prefería disfrutar de su compañía.
-¿Qué lees?-le pregunté intrigada.En respuesta me mostró la cubierta de su libro-¿Y de qué va?
-Básicamente de Simon Bolivar.¿Y el tuyo?
-Es una locura.No tiene ningún sentido-se rio-No,en serio.La autora tiene un serio problema.
Me sonrió con ternura mientras tomaba un sorbo de su café.El olor de los libros,la lluvia y el café eran una buena combinación.
-Tenías razón-admití.
-¿En qué exactamente?-empezó a acariciarme el pelo y por un momento perdí el hilo de mis pensamientos.
-En que me iba a gustar este sitio.
-Me fijé en tu cara cuando te contaron que la misión tenía que ver con los libros.Entonces supe que me gustaría traerte aquí,y no sé porqué he esperado tanto para hacerlo.
-No podíamos...
-Si,lo sé.Ha sido duro.Pero, ¿sabes qué es lo mejor?
-No.
-Ser la causa de que hoy seas así de feliz.
Incorporarme bara besarle fue una acción casi involuntaria,tan espontánea como su confesión.
Darrell tenía razón.Él era la razón.






















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