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No respondí a quien había llamado.Me limité a mascullir desganada.

La puerta se abrió a mis espaldas.Ni siquiera me volví.

-¿Estás...bien?-Escuché una familiar voz,cargada de ternura y preocupación.La forma en la que pronunció las palabras fue tan delicada que casi creí habérmelo imaginado.

Me giré en seco,y negué con la cabeza.Seguro que tenia la cara empapada de lágrimas, los ojos enrojecidos y un aspecto horrible,pero no me importó que él me viese así.

De un rápido movimiento,se encontraba frente a mí, con su rostro a centímetros del mio.Podía sentir su aliento en mi nariz.

Me abrazó,hundiendo la cabeza en mi pelo,con mucho éxito,si lo que pretendía era detener mi llanto.Me acarició levemente la espalda,cuando se hubo separado un poco de mí.

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-¿Qué haces aquí?-Le pregunté a Darrell,una vez que me hube calmado.

Había montado una escena de niña pequeña,ridícula para mi imagen,y ahora es cuando la incomodidad tendría que venir,pero no lo hacia.Me sentía a gusto,de alguna manera,con él a mi lado.

Darrell estaba con la espalda apoyada en el lateral de mi cama,y su flamante melena rubia despeinada justo debajo de mi cabeza.Le observaba desde arriba,estudiandolo con atención.Se volvió para mirarme,con el antebrazo apoyado a mi lado.

-¿Te refieres a aquí y ahora?No te lo vas a creer,pero resulta que interferí en un viaje en el tiempo de una chica procedente de 1976.Tendrías que ver como se sorprendió cuando me vió en su época.Ahora debe de estar realmente enfadada conmigo,por haber llegado y estropear su vida perfecta.Pero,lo entiendo,no debe de ser fácil nada de esto para nadie,y menos para una chica tan asombrosa y...rota,no menos hermosa,por supuesto,como la que he conocido.

Me quedé boquiabierta frente a su contestación. ¿En serio se había puesto tanto en mi lugar?Me sentía tremendamente alagada y a la vez sorprendida e insignificante.

-Darrell...Yo...-Sonrió, y negó con la cabeza,divertido.

-Charleen,siento de verdad que hayas tenido un día tan horrible.Siento cada una de las molestias que te estoy causando-Se puso repentinamente serio-Pero no me arrepiento de cada minuto que paso contigo.Quiero conocerte.Quiero saber tus miedos y tus manías,conocer tu lado más oculto.¿Tanto cuesta admitir que no me odias?

-No te odio.Nunca te he odiado.Simplemente me has parecido un...¿Como decirlo?Inconveniente,una responsabilidad más.

Nos quedamos en silencio unos minutos.Después, me impacienté y decidí hablar primero.

-Aún no me has dicho como es que estas aquí,y no junto a los Fanáticos,tumbado en alguna de sus camillas.

-¡Ah,eso!Han decidido que me quedaré aquí por el momento,en la habitación de invitados.Nunca imaginé que tuvierais una casa tan grande.Cuando llamaron a tus tías para comunicárselo,sus caras fueron dignas de ver-Se carcajeó. Aparté la vista en cuanto mencionó a mis "queridas" parientas.

-Por cierto,Charleen.¿Tú también has notado que algo va mal?Ese adepto,que por cierto no lo parecía,ha andado merodeando por aquí,cuando se recuperó la consciencia,con el pretexto de necesitar tomar un poco el aire,y luego ha desaparecido.He escuchado a vuestro mayordomo hablar por teléfono.No daban con él después de llevarlo al hospital.

Suspiré.Todo estaba volviéndose cada vez más complicado.

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