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El sol destelleó por última vez antes de fundirse con la colina más lejana,bañando de dorado todo el campo.El cielo adquirió tonos violáceos y rosados.El viento se volvió una caricia constante.

Las primeras estrellas, rodeadas de negro, aparecieron como una pincelada oscura en un mar de color.

Alcé la vista desde donde me encontraba tumbada,y luego me incorporé. Un bosque de altos árboles se incorporó a mi campo de visión.Sus sombras se mezclaban unas con otras,y no me permitían distinguir el color de las sombras.

Corrí hacia allí. Era como si el mundo fuera a cámara lenta.La hierba me hacia cosquillas cuando me rozaba las piernas,y la luna me iluminaba el camino como si fuese un ángel protector.Seguro que mis ángeles harían lo mismo si no fueran más que relieves plateados.

Algo rompió la tranquilidad del momento.Un sonido desgarrador,como si el cielo se partiera en dos.Todo se llenó de oscuridad,con pequeños puntos de luz que iban desapareciendo.«Te querré hasta que se extinga la última estrella»,recordé que le había escrito mi padre a mi madre en una de sus cartas.Mi madre la tenía sobre la mesa de la entrada,enmarcada,para que todo el mundo pudiera leerla.Yo la había leído cientos de veces.

Y la última estrella se extinguió dejandome a oscuras.

Algo,agua,me sacudió fuertemente.Intenté fazarme de lo que me agitaba,y me encontré sacando la cabeza de un liquido negruzco y boqueando con agitación. Intente salir del liquido,y me golpeé la pierna con un objeto flotante.

Un engranaje dorado del tamaño de un coche.Me subí a él, intentando guardar el equilibrio.Era resbaladizo como el jabón y pronto resbalé y estuve a punto de volver al liquido negruzco.Pero conseguí agarrarme a tiempo.

Y eché un vistazo a mi alrededor.

Estaba en una especie de salón gigantesco de otro siglo,muy lujoso,con una gran lámpara de araña balanceándose desde las alturas.Mi cabeza estaba a menos metros del techo de lo que debería,pues el líquido negruzco lo había inundado todo;y avanzaba hacia otra sala contigua como el curso de un río.A flote había más engranajes, miles de ellos de todos los tamaños.El mío no se movía porque una barra en la que se enroscaban ruedas dentadas le bloqueaba el paso.

Y entonces me fijé en la lámpara.Un chico vestido con un traje del siglo XVIII me contemplaba burlonamente.Ojos grises,pelo oscuro.La letra A bordada en el sus bombachos.

-¿Se está bien ahí abajo?-me gritó para que pudiera escucharlo por encima del sonido del agua.

-¡Baja y compruebalo,imbécil!

Y eso hizo.Empezó a descender por los pequeños candelabros de la lámpara. Creí que solo quería asustarme,que no iba en serio.Pero cuando dejó caer su cuerpo fuera y quedó solo sujetándose con una mano,empecé a asustarme.

-¿Quieres que me reúna contigo?-preguntó sin burla.

-No,no así. Quiero recuperar al antiguo Arnold.Pero no hace falta que...

-Entonces bajo.

Me fijé en la caída.Le separaban nseis metros del agua.Un mal movimiento,un golpe en la sien y...Tenia que impedirlo como fuera.

-¡No!¡Quédate quieto!

-Tú me odias.Quieres verme morir.Disfrutarían si cayera.Quiero hacerte feliz.

Quise decir que no era verdad,que jamás había deseado su muerte,que no sentía hacia él un profundo odio.Pero estaría mintiendo.

Una cosa era cuando la profesora iba a preguntar la lección y olvidabas estudiar,y deseabas con todas tus fuerzas que de camino a tu clase sufriera un paro cardiaco.Otra muy distinta es desear que ocurriera de verdad,y estar allí para verlo.Para ver como a tu profesora se le iba escapando la vida.

Lost SoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora