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El ascensor resultó ser un elegante cubículo dorado con dos puertas de cristal en ambos extremos para entrar desde dos direcciones diferentes.

Tuvimos que compartirlo con un chico unos diez años mayor que yo,que iba vestido de etiqueta y se pasó todo el tiempo hablando con alguien a través de un pinganillo;y una señora que podría ser mi abuela que no nos quitó la vista de encima desde que entramos.Llevaba un moño de lo más abultado,que parecía una peluca, y la edad le había pasado factura a todo su rostro.

No sé si envidiaba nuestra juventud,o se sentía repulsión hacia nosotras,por su mirada irritada.

-Es la secretaria de Arthur Bones,la mano derecha del tío Charles-Me informó Beth al oído.

Ansiosa,esperé a que el ascensor llegara a la cuarta planta para estar fuera del campo visual de la anciana lo antes posible.Me inquietaba a sobremanera.

Por fin,mis deseos se hicieron realidad y pudimos abandonar nuestro transporte,donde la música era más intensa y había empezado a marearme.

La cuarta planta era una amplia sala dividida por un mostrador oscuro, que custodiaba el acceso a varias hileras de estantes con archiveros en su interior,como en una biblioteca.

Y así funcionaba,pues se trataba de que te documentaras en el mostrador y luego fueras a buscar lo que necesitaras en los archiveros.A continuación podías inspeccionar lo que habías cogido en unas mesas frente al mostrador, y en determinados casos llevártelo.

Lo deduci observando a los clientes haciendo uso de los archiveros,viendo como sacaban desde papeles hasta tomos pesados.

En el mostrador estaba al mando un hombre regordete de nariz muy alargada.Era de rasgos oscuros,y tenia muy poco pelo en la cabeza,tan solo unos mechones por encima de las orejas con algunas canas incorporadas. También tenia un gracioso bigote complementado por una barba poco notable.Sus cejas se elevaron al vernos,en especial a Beth.

-Charleen,te presento a Arthur Bones.Arthur,esta es mi prima Charleen.Hoy ha venido conmigo.

El señor Bones me examinó de arriba a abajo y luego sonrió. Al hacerlo se le formaron unos pliegues de grasa en torno a la boca.Me tendió la mano.

-Encantado,Charleen.Verdaderamente te pareces mucho a tu padre, a quien tuve el gusto de conocer.

Tenia la palma sudorosa y fue un alivio cuando finalizó su apretón. Me resultó incómodo que un desconocido hablara sobre mi padre, pero no me quedó más opción que mostrarme educada y no decírselo.

-No le recuerdo muy bien...A mi padre,me refiero.

-No es de extrañar que te incomode el tema.¡Después de tan trágico accidente...!Pobre chiquilla,seguro que te sentiste muy desgraciada tan sola de golpe en el mundo.¿Y tú hermano Paul?¿Esa criaturita tan amigable?Casi llegue a cambiarle los pañales, ¡No me recordará,seguro! El retoño de los Heatherfield,como no,debía heredar algo de su madre,desde luego.Esa mirada inconfundible juraría que es suya.

Y luego está tu tía Madeleine,pobre mujer.¿Quien iba a adivinar lo de su bebé?. Si no hubiera tenido ese pequeño inconveniente seguro que hubiera triunfado en el negocio y Paul tendría un primo cercano.¡Valgame Dios!¡Se casó tan joven!Su marido no fue aprobado por su madre,y la buena señora no lo admitió en la familia,así que Madeleine tuvo un pasado difícil,seguro que ya te lo han contado alguna vez.

¿Has vuelto a saber de ella?

Me extrañó descubrir por este peculiar hombrecillo que tenia otra tía más.Las tías que ya conocía no me lo habían contado nunca.

Lost SoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora