Me fui de la habitación, aún debía revisar y firmar algunos documentos de las empresas que tenía retrasados por andar solo pendiente de los asuntos de Westley. Después de horas trabajando no logré hacer mucho, solo hacía parar frustrado recordando en el estado que la dejé. Bufé, pasándome los dedos sobre las sienes, esa chica me iba a sacar canas verdes al paso que iba.
No lo soporté y me teletransporté hasta la habitación a ver cómo estaba. La encontré ahí, aún en la misma posición de antes, acurrucada en la esquina. Me agaché frente a su rostro y al ver el rastro de sus lágrimas me sentí terrible, me dolía haberla hecho llorar, pero aún no estaba listo para decirle, aún no...
-Ryan... Te extrañé, creí que no vendrías -balbuceó, haciéndome quedar sentado en el suelo por la impresión, creí que estaba despierta pero no, seguía dormida.
-¿Cómo no vendría a ver a mi luna? -respondí recordando nuestros encuentros y su reacción me dejó con una nostalgia terrible.
-Entonces bailaré para ti -balbuceó en respuesta con una sonrisa a labios cerrados y, sin darme cuenta, una lágrima rodó por mi mejilla hasta salpicar mi mano.
Acaricié su rostro con delicadeza. -¿Por qué te olvidaste de mí, mi luna? No te imaginas cómo te he extrañado en este tiempo -mis palabras hicieron que otras lágrimas salieran, las sequé y me teletransporté. Conseguí una de las rosas que tenía en mi jardín personal, allí dentro de la mansión, y un sobre, le contaría todo, hasta donde pudiera, pero lo haría.
Esa noche estaba nervioso como nunca en mi vida lo había estado en mi vida y cuando la vi entrar al lugar, tan bella con aquel vestido rojo, podía haber muerto, perdí la noción del tiempo mientras estuve cenando con ella. No dije nada y Westley tampoco, me costaba articular algo coherente con ella vestida y arreglada de esa forma. Debía de controlarme porque ese día sabría la verdad, sabría que yo también estaba entre esas bestias que querían devorarla; aunque tuviera otra misión, sabía que podía sucumbir a eso, que era peligroso también.
La invité a bailar, fue lo único que se me ocurrió para relajarme, estaba tenso, demasiado tenso.
-Vi que habías llorado -dije en un momento del baile y ella miró hacia otro lado, parecía avergonzada-. Tu maquillaje... - Te hace lucir tan hermosa que podría arrancarte los labios a besos-. Lo disimula bien.
Fue lo único coherente que logré decir, estaba nervioso como un maldito adolescente. Y ella para colmo me miró con esos hermosos ojos azules llenos de indignación.
-¿Eso es todo?
No, no es todo. ¿Sabes? Estás tan hermosa que podría haber tenido un ataque cardíaco de haber tenido corazón.
-¿Algo más?Bien, Ryan, eres todo un conquistador, bravo.
-No lo sé, no creo que eso arregle lo enojada que estoy -dijo y dejó de mirarme.
Me pareció tierna, así que era eso, está bien, sería sincero entonces.
-Estás hermosa, me encanta... Me encanta cuando te vistes de rojo, te hace ver... Sumamente bella -casi no pude respirar entre una frase y otra. No, bella es poco para como me estaba haciendo sentir, me estaba quemando de deseo-. Westley -le llamé sin poder aguantarme más-, yo...
-¿Tienes obsesión con el rojo?Sonreí, se ve que no quería oír más cumplidos, estaba casi más roja que el vestido. -Sé que es tu color favorito.
-Eso no es justo -se quejó haciendo puchero.
Westley, no sabes lo peligroso que es hacer un puchero con tus labios de ese color, me haces desear cosas que no puedo tener.
-¿Por qué? -inquirí relajando mi mente. Paz, Ryan, paz.
-Porque yo no sé cuál es el tuyo -respondió haciéndome ojitos y sonreí sucumbiendo ante ella.
-El blanco -admití sincero-, mi color favorito es el blanco.
Tú eres mi color favorito.
-¿Como el de tus ojos? -preguntó y negué divertido- ¿Cómo cuál entonces?
-Como el de tu cabello -respondí casi sin pensar y luego recapacité, había sido demasiado obvio-. Westley, con respecto a las bestias... -desvié la conversación, no sé ni qué tema era peor-, solo puedo decirte que es más complicado de lo que crees y que hay más de ellas de lo que piensas.
-¿Por qué me persiguen?
-No te persiguen, eres humana, y ellas comen humanos.
ESTÁS LEYENDO
Moon
FantasyCinco grandes familias dominan todo Nighthall, el patriarca de una de ellas es engañado y pierde todo lo que posee por ello. Nada de esto es casualidad... las demás familias le han tendido una trampa... La pregunta es... ¿Por qué? ¿Y qué tiene...