Moonlight II

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    Subí a mi habitación, tomé una chaqueta y mis guantes de montar, necesitaba dar una vuelta. No podía creer que de veras mi padre estuviese diciendo eso, era la mentira más grande de la historia. No soy la mejor en mi clase, pero si algo sé es que un grupo de empresas no entran en quiebra de un día para otro, algo debía estar sucediendo y no nos quería decir nada.

    Iba bajando las escaleras cuando vi a todos mis hermanos esperándome frente a la puerta.

    —¿A dónde vas? —cuestionó Thomas y rodé los ojos mientras me terminaba de colocar la chaqueta.

    —Necesito aire —respondí cortante bajando todos los escalones que faltaban.

   —¿Vas a meterte en problemas, verdad? —me preguntó Connor.

   —No lo haré, Connie, así que déjenme ir. —Traté de avanzar pero Darío y David detuvieron mi paso—. ¿Y ahora esto qué es? —me quejé bastante molesta por su actitud.

    —Vamos contigo, West —dijo Caleb a mis espaldas.

    —¡No necesito escolta!

    —Nosotros también necesitamos aire, West. —Justin pasó su brazo por encima de mis hombros—. ¿Quieres bailar? —preguntó con esa sonrisa gatuna que solía ponerme cuando quería convencerme de algo.

    —Creí que se quedarían a cenar.

    —¿Cómo podríamos? Debemos comer mínimo una vez al día ya que somos pobres —bromeó David y todos le miraron sonriendo.

    —Anda, West, busquemos las motos...

    Y así se convence a una chica ¿Qué podía decir? Mi casa no era un hogar y mis hermanos peleaban bastante seguido conmigo, pero de algo estaba segura, esos siete matarían por mí y yo por ellos.

    Las motos estuvieron fuera en menos de nada. Íbamos en parejas, mis hermanos menores de edad no podían conducir las motocicletas, así que a mí me tocó cargar con Justin, es el más pequeño, solo por unos minutos, pero lo es, y de alguna manera siempre ha sido muy apegado a mí.

     —¡Yujuuuu! ¡West, eres la mejor! —gritó levantando los brazos en el aire.

    —¡Justin, sujétate que puedes caer! —le reprendí y sentí como rodeaba mi cintura otra vez.

    —Te encanta aguarme la fiesta, West —se quejó haciendo puchero y reí mientras aumentaba la velocidad.

    —No quiero que la bruja de tu madre haga me convierta en sapo por tu causa, Just...

    Llegamos a nuestro sitio favorito poco después, era una especie de desván que Connor nos había conseguido para poder escaparnos cada que quisiéramos. Entramos sin mucho esfuerzo y comenzamos a destapar las cosas. Andrew se encargó de poner la música, él era así como el DJ, se le daba fatal bailar pero la música era otra historia. Caleb solo iba para grabarnos, se le daba el baile pero no le gustaba, así que tenía un canal en el cual posteaba los vídeos de nuestras coreografías, éramos bastante famosos. Connor era demasiado serio para bailar, aunque de vez en cuando se animaba y se nos unía, pero no lo hacía tanto para cuidar su imagen, después de todo, él era el director de la empresa más importante de la familia. Todo eso nos reducía a David, Darío, Justin, Thomas y yo que éramos los protagonistas de cada uno de los vídeos.

    —Bien, chicos, que empiece la fiesta —dijo Andrew colocándose los cascos y echando a andar la música.

   Sabíamos bailar de todo, aunque para sacar la tensión preferíamos el Street Dance, Hip Hop, o alguna mezcla extraña de géneros. Justin estaba a mi lado como siempre, era de mi misma altura así que nos complementabamos a la perfección. Lo admito, bailar con mis hermanos era lo que más me gustaba hacer con ellos.

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