Ryan y yo estábamos en la azotea de Nebula abrazados, disfrutando de nuestros pocos ratos de soledad. Era tan cálido que no podía evitarlo, no quería separarme de su lado, era demasiado hermoso, demasiado placentero, parecía un sueño cada que estábamos así.
—¿Ryan, qué te parece si huimos? —le pregunté y me separé de nuestro abrazo para mirarle a los ojos— ¿Qué opinas si nos vamos de aquí?
—Westley, no es tan simple.
—¿Por qué? No hay nada que nos lo impida, ¿no?
—¿Quieres irte? —me preguntó y noté cierta tristeza, había algo que no me estaba diciendo.
—Quiero irme contigo —respondí. Él suspiró juntando nuestras frentes, para luego besar la mía y abrazarme.
—No puedo salir de Nighthall, no puedo irme.
—¿Por qué? —inquirí y me separé de él.
—Porque estar aquí es lo que me mantiene vivo, hay muchas cosas que aún no sabes, West.
—¿Tiene que ver con lo de tu corazón?
—Algo así. —Él acarició mi rostro—. Si quieres irte, puedes hacerlo, tengo dinero suficiente para mandarte lejos donde no puedan encontrarte.
—No, no entiendes, Ryan —dije tomando sus manos—, yo quiero irme contigo, de lo contrario me quedaré aquí, no voy a dejarte, no puedo.
—Pero es una buena idea y es lo que tenía planeado de todas formas.
—¿Qué? ¿Planeabas mandarme lejos sin ti? —pregunté molesta.
—Westley, no creí que pudieras amarme, no pensé que estaríamos así ahora y esa siempre ha sido la mejor opción.
—Pues ya no es opción —dije firme—, si no te vas conmigo, no me voy.
—No sabemos lo que pasará. ¿Qué tal si no puedo cuidarte? Todas las familias estarán en mi contra y soy fuerte, pero no invencible.
—Mis hermanos pueden ayudar, si hablamos con ellos y les decimos la verdad, verás que nos apoyan —propuse desesperada, no permitiría que me mandara lejos por ningún motivo.
—Tus hermanos me odian, creen que yo asesiné a tu madre, Westley, nunca lo aceptarán. —Se alejó de mí.
—Lo harán si yo se los pido. —Tomé su mano—. Por favor, Ryan, te amo y si algo te sucede...
—Nada va a sucederme —me interrumpió y me envolvió en un abrazo—. No quiero ponerte en peligro, Westley, que te quedes aquí no es la mejor opción.
—No me iré sin ti —repetí aferrándome a él—. Si querías mandarme lejos no me hubieras hecho amarte —dije haciendo puchero y le escuché reír separándose de nuestro abrazo.
Me miró con una sonrisa. —No fue mi intención, ni siquiera lo creí posible. —Tomó mi rostro entre sus manos—. Eres un sueño, mi sueño.
—Y tú el mío, por eso no dejaré que nada te pase. Intentémoslo, por favor, déjame hablar con mis hermanos y mi padre.
—No sé si sea buena idea...
—Por favor —insistí y él suspiró.
—Está bien, hagámoslo.
Ryan me llevó de vuelta a la entrada del salón y desapareció. Entré al lugar sin pensarlo mucho y noté como ahora muchos bailaban en medio del lugar, otros jugaban en unas mesas de juego con cartas y etcétera, a simple vista parecía un evento de ricos normal. Caminé a paso rápido hasta donde estaban mis hermanos y mi padre, Aisha también estaba con ellos y Jonathan igual.
—Necesito que vengan conmigo a un lugar —dije sin rodeos y todos me miraron extrañados.
—¿Sucedió algo, West? Saliste y hace un rato que no habías vuelto —preguntó Connor y negué con la cabeza.
—Todo está perfecto, pero necesito que vengan conmigo ya. —Miré a Aisha—. ¿Eres de confianza? —le pregunté y ella desvió la vista.
—Mejor no la involucremos, Aisha no logra ocultarle las cosas a su familia —dijo Darío en tono de reproche y ella apretó los labios.
—Lo que él dice es cierto, sea lo que sea que vayan a hablar, mejor que no esté.
—Bien, pues andando los demás.
Ellos se levantaron y comenzaron a seguirme, todos en el salón estaban entretenidos pero sabía que no ignoraban mi presencia en el lugar, podía sentir sus miradas furtivas sobre mí. Salimos por la puerta y les guié hasta uno de los salones donde bailaba para que estuviéramos solos.
—Bien, necesito que me escuchen hasta el final, ¿de acuerdo? —dije en cuanto entramos, cerrando la puerta y poniéndome frente a ellos.
—¿Qué te traes entre manos, Westley? —preguntó mi padre y solo suspiré.
—Sé que no lo van a entender y que será una conmoción, pero... Amo a Ryan —confesé nerviosa como nunca y vi los ojos de todos abrirse de la impresión.
—¿Qué? No estarás hablando en serio, Westley —dijo mi padre alterado, tomándome del brazo agresivamente, pero me solté alejándome.
—Es la verdad, le amo, estoy enamorada de él.
—¿Acaso te volviste loca? —preguntó David alterado— ¡Esa bestia mató a nuestra madre!
—¡Él no la mató!
—¿Qué? ¿Te atreves a defenderlo? ¡La mató y casi hace lo mismo contigo! —gritó Darío y yo solo bajé la vista.
—Westley Moon, escúchame bien. —Mi padre me sujetó por los hombros—. No vuelvas a decir algo como eso. ¡Ese Anderson es un monstruo y no te permito...!
—¡No tienes que permitirme nada, papá! —exclamé molesta, alejándome— ¡No les estoy preguntando, se los estoy diciendo!
—¿En serio, West? ¡El mató a tu madre! —me reclamó Justin.
—Él no la mató musité y las lágrimas quemaban mis ojos.
—¡Claro que la mató, él estaba ahí, su sangre...!
—¡Que no fue él, papá! —exclamé alterada— ¡Ninguno de ustedes estuvo ahí para decir eso!
—¿Y qué puedes saber tú, Westley? A penas eras una niña.
—Pues ustedes saben menos, porque yo sí estaba allí —sentencié con firmeza—. Yo fui quien vio todo, yo vi como le arrancaban el corazón a mi madre y como lo devoraban, para luego comérsela a ella —comencé a contar y unas lágrimas se escaparon de mis ojos—. Yo vi a esa bestia y sé que no era Ryan.
—¿La viste? —preguntó Jonathan y asentí.
—La vi, y he visto demasiadas veces la transformación de Ryan como para saber que esa cosa no era él.
—Eso no cambia nada, ese Anderson solo te quiere para comerte.
—¡Es mentira, papá! ¡Ryan me ha protegido todo este tiempo y lo hará porque él también me ama!
—¡Estás ciega, Westley! ¡Eso es lo que él quiere, que le ames y que te entregues en bandeja de plata para que te devore! —bramó Darío intentando acercarse y Ryan apareció en frente de mí alejándole.
Todo se quedó en silencio, tal vez no le habían visto nunca pero de seguro que no les hizo falta para saber que era él. Ryan me tomó de la mano entrelazando nuestros dedos y me puso a su lado.
—Nadie va a tocar a Westley mientras esté vivo —dijo, rompiendo el silencio—, ni siquiera yo. Hasta ahora les he dejado creer a todos que asesiné a su madre solo para que me dejaran la vida en paz y porque no tenía intenciones de estrechar lazos con ninguno; pero amo a Westley, la amo posiblemente más que ustedes, más que nadie. Y nada la separará de mi lado, mucho menos le hará daño.
—¿En serio pretendes que te creamos, maldito Anderson? ¿Después de todo lo que hicieron para que mi hija a casara a la fuerza con un monstruo como tú?
—¡Ryan no es ningún monstruo! —grité alterada poniéndome delante de él— ¿Cómo tienen el valor de llamarle monstruo cuando todos ustedes también son bestias, eh? —les pregunté exaltada—. Todos son iguales, así que nadie vuelva a decirle así en mi presencia, ¿entienden?
—Déjales, West, te dije que esto era mala idea —dijo Ryan pero no me rendiría.
—Estamos juntos, les guste o no, yo le amo y él a mí, y es mi esposo, por tanto le pertenezco como mismo él me pertence. Nada, ni nadie me va a separar de él, ¿entienden? Así que o trabajamos juntos si tanto quieren cuidarme, o si no, no volverán a verme.
—West...
—No volverán a verme —repetí firme interrumpiendo a Ryan que iba a protestar.
Los rostros de mis hermanos no denotaban felicidad de ningún tipo, mucho menos confianza, se veía que le odiaban y que no me creían.
—A mí me parece que dice la verdad —añadió Jonathan—. ¿Por qué estaría aquí si no? De nada le sirve exponerse ante nosostros si fuera mentira.
—¿Quién sabe qué pasará por su cabeza retorcida para que proponga esto, Jonny? No le creo ni un poco —respondió Connor mirando a Ryan con odio.
—Entonces será así —dije—, esperaba al menos que me creyeran porque yo sería incapaz de amar a Ryan si fuera el asesino de mi madre. —Las lágrimas llenaron mis ojos—. Ninguno de ustedes estuvo ahí, ninguno sabe nada, solo unas pruebas que están mal. Yo fui quien lo vio todo, yo vi a esa bestia, y puedo asegurar que no era Ryan.
—¿Entonces por qué su sangre estaba en la escena, eh? —preguntó David alterado— ¡Él estaba allí!
—Porque yo amo a Westley desde mucho antes de que eso sucediera —respondió Ryan y le miré—. Estaba ahí porque sentí el olor de la princesa de la Luna y cuando llegué esa bestia ya estaba devorándola. Ni siquiera tenía idea de que Westley iba en el auto, pero cuando vi que la próxima víctima sería ella intenté defenderla y la bestia escapó, hiriéndome. Después Westley salió corriendo y se metió al bosque.
—¿Y la herida en su pecho? ¿Nos dirás que no la hiciste tú? —preguntó mi padre y apreté los labios bajando la vista.
—No la hice yo. Después de que la bestia se fuera fui detrás de Westley para protegerla, aún era un adolescente y no me había puesto a pensar que estaba transformado en bestia, una que ella veía que le perseguía —cuando contó eso sentí un ligero dolor de cabeza y vino un flash a mi memoria de mí corriendo por aquel bosque—. Cuando llegué a un claro Westley estaba tirada en el suelo —Él apretó fuerte mi mano, haciendo que le mirase, se veía mal contando eso—, otra bestia iba a atacarla pero yo la alejé, luego de eso llegaron ustedes y Westley no me vio porque se había desmayado.
Él estaba contando todo aquello pero yo no lo recordaba así, el flash terminó de venir completamente y vi como otra bestia me desgarraba, sentí como tomaba mi corazón y lo arrancaba sin piedad. Sostuve ligeramente mi pecho cuando eso, me dolió, sentí un dolor en mi corazón.
—La bestia le había hecho daño antes de que llegara —eso fue lo último que escuché de los labios de Ryan. Era mentira, estaba mintiendo.
—¿Pretendes que creamos eso? —preguntó uno de mis hermanos y yo le miré espantada. ¿Por qué, por qué estaba mintiendo? ¿Qué sucedió realmente?
—No pretendo que crean nada, solo les digo la verdad.
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Moon
FantasyCinco grandes familias dominan todo Nighthall, el patriarca de una de ellas es engañado y pierde todo lo que posee por ello. Nada de esto es casualidad... las demás familias le han tendido una trampa... La pregunta es... ¿Por qué? ¿Y qué tiene...