Las luces volvieron en ese preciso instante, iluminando todo lo suficiente como para poder ver lo que Ryan había hecho con mis hermanos. Estaban tirados casi en la reja de entrada, eso era al menos unos diez metros desde donde estábamos y ni siquiera podía creer que sin tocarles les hubiese mandado hasta allá. La cabeza me daba vueltas, nada tenía sentido.—¿Así que no soy un monstruo? —dijo a mi oído riendo—. Te dije que serías mía, Moon.
—Dijiste que no les harías nada —fue lo único que logré decir, ni siquiera me fijé en lo de "Te dije que serías mía". Bueno, sí que me fijé, pero en ese momento no me importaba—. Dijiste que no rompías tus promesas.
—Nunca te prometí que no les haría daño.
Intenté girarme en cuanto dijo eso y él me sujetó fuertemente por los hombros. Me quejé de dolor pero parecía no afectarle en nada mi sufrimiento.
—Me estás lastimando —dije adolorida y le escuché reír.
—Esa es la idea, querida, por eso duele —respondió y apretó aún más.
Grité y me retorcí en mi lugar, definitivamente era un monstruo ¿Cómo podía hacerme eso sin más?
—Por favor, para ya —supliqué llorando.
—Estoy muy molesto ahora, si paro mataré a tus hermanos ¿Acaso quieres eso, Moon? —preguntó y ejerció más presión, sentía que me iba a romper los huesos. Cerré mis ojos fuertemente para tratar de reprimir mis ganas de decirle que me soltara—. ¡Responde, Moon! ¿Quieres eso?
—No, no quiero —dije llorando.
—Bien, entonces aguanta.
Me apretó tan fuerte que grité y caí al suelo arrodillada. Él siguió detrás de mí, apretando mi hombro con todas sus ganas, no entendía cómo tenía tanta fuerza. Mientras lloraba de dolor logré notar que hacía una seña y los porteros comenzaron a sacar a mis hermanos, estaban inconscientes, de seguro por el golpe.
—¿Aún crees que no soy un monstruo? —preguntó y seguía haciéndome daño.
—Que haya dicho que no lo eras no significa que no lo crea —dije muriendo de dolor—. Eres una maldita bestia y lo seguirías siendo incluso si tuvieses el rostro más hermoso del mundo ¡Nada va a cambiarlo, eres un monstruo sin corazón!
Él no dijo nada, solo dejó de ejercer ese horrible agarre sobre mí. Respiré relajada por unos instantes hasta que sentí como tiraba de mi brazo. Aquello dolía incluso más, sentía que me lo iba a arrancar.
Casi me caigo de bruces en la escalera por lo brusco que estaba siendo conmigo y solo hicimos cerrar la puerta para que me lanzara fuertemente hacia adentro. Caí en el suelo de frente a él, ni crean que me atreví a levantar los ojos, solo miraba sus zapatos acercarse a mí.
—¿Así que un monstruo sin corazón, eh? Creí que habíamos avanzado. —Se agachó frente a mí. Inconscientemente cerré los ojos para no verle y le escuché reír—. Repítelo, repite lo que dijiste allí afuera.
Negué repetidamente con la cabeza cuando pidió eso ¿Es que no podía dejarme en paz? Si decía que era una bestia, me hacía daño, y si no, también. Es que el muy maldito parecía sádico.
—¡Que lo repitas, te dije! —demandó golpeando la pared del pasillo y salté en mi lugar—. Solo dilo, Moon, vamos, se valiente y dilo.
—Déjame en paz —sollocé—. Ya para, por favor, para.
—¿Por qué? ¿No eras tú la que quería casarse conmigo?
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Moon
FantasyCinco grandes familias dominan todo Nighthall, el patriarca de una de ellas es engañado y pierde todo lo que posee por ello. Nada de esto es casualidad... las demás familias le han tendido una trampa... La pregunta es... ¿Por qué? ¿Y qué tiene...