¿Qué me pasa con ella?

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NARRA ABRAHAM

Susana- ¿y qué piensas Abraham? Es hermosa ¿no?

Era verdad, se veía impresionante, el vestido era perfecto para ella, parecía hecho a la medida. Era la primera vez que la veía tan arreglada, parecía otra persona pero sabía que era la misma chica, esa chica en la que no podía dejar de pensar.

Me quedé sin palabras, no entendía qué me había perdido, por un segundo pensé que se había arreglado para mí y aunque no entendía muy bien por qué, me... ¿emocionó?, pero miré a Santiago, estaba enganchado del brazo de ___. Sentí una punzada en el estómago.

Abraham- ¿qué está pasando?... -- susurré sin aliento.

Susana- ___ va a salir un rato, pensé que estaría bien que se divirtiera y se relajara un poco.

Abraham- pero... ¿por qué con él? -- dije mientras le mandaba una mirada de odio a Santiago, no pude evitar sentirme frustrado pero, ¿qué debía hacer? o mejor dicho, ¿por qué me sentía así?

Santiago- ¿celoso, Abraham?

Abraham- ¿yo, celoso? Eso es ridículo.

Miré a ___, sólo estaba en silencio mirando hacia el suelo, evitaba verme ¿por qué? Además no entiendo por qué arreglarse así sólo para salir con alguien como Santi, él no vale la pena.

Susana- bueno, ya váyanse que se les va a hacer tarde, yo voy a ir por Tony, que ya está tardando mucho.

Mi madre fue la primera en salir, miré a ___ pensando que en cualquier momento diría una excusa para no ir pero sólo me miró, estaba triste, la conocía lo suficiente como para saberlo, pero no sabía por qué estaba así. Al final se fue con Santiago, agarrados del brazo. __ no me volteó a ver, pasó a mi lado, me rozó el brazo y se fue.

Cuando pasaron alcancé a escuchar como Santiago susurraba "te dije que no te la quedarías"

Me quede parado, sin decir nada, sólo viendo la pared sin reaccionar. Mi "amiga" me sacó de mis pensamientos.

Corina- bueno, Abraham, tenemos la casa para nosotros solos, ¿vamos a tu cuarto?

Volteé a verla, me miró con cara seductora, no quería pensar en nada, nunca me había sentido así, siempre me divertía con muchas chicas y después nunca las volvía a ver. Pero con __ es diferente, no puedo simplemente dejarla, supongo que es porque todavía no hemos hecho nada.

Y de mí no se salva.

Abraham- Sí, vamos -- sonreí.

Subimos a mi habitación, esa en la que intenté besar a ___ varias veces y nunca lo logré.

Entramos y cerré la puerta con seguro, Corina estaba registrando cada centímetro de la habitación con la mirada, aunque era muy bella, no podía dejar de pensar en lo de hace rato, la cara de __ al lado del inútil de Santiago, Corina se sentó en una esquina de mi cama, yo la imité colocándome a su lado, la miré y después sin decir nada la besé.

No era un beso dulce y amoroso como el que todo el mundo hace, era uno brusco y con deseo. Ella rodeó mi cuello con sus brazos y mientras más pasaba el tiempo más apasionado se ponía, sin aviso comencé a acariciarla, deslicé mi mano por debajo de su blusa y la fui subiendo sin importarme nada. Aunque siempre me había gustado hacer este tipo de cosas, esta vez no podía disfrutarlo como otras veces, había algo dentro de mí que me decía que esto no estaba bien. Le acaricié la pierna, para ver si así podía sentir más emoción, NADA.

Corina- despacio Abraham, todavía tenemos mucho tiempo. -- sonrió, con la misma sonrisa seductora de siempre.

Ella se me lanzó, quedando encima de mí comenzó a besarme el cuello. Yo quería corresponder pero no podía.

Abraham- para... -- susurré.

Corina- ¿qué? -- levantó la cabeza para verme mejor, aunque aún seguía encima de mí.

Abraham- ¡que te detengas! -- grité, me la quite de encima, sin darme cuenta de que había sido demasiada fuerza, como estábamos en la orilla de la cama, la empujé y cayó al suelo. Se levantó rápidamente y estaba muy enojada, sentía su mirada sobre mí.

Corina- ¡¿qué es lo que te pasa?! Por si no lo recuerdas ya lo hemos hecho antes y nunca me habías tratado tan mal. Discúlpate o me voy.

No contesté, ni siquiera la miré, sólo pensaba en qué estaría haciendo Santiago, si le hacía algo a __ lo mataría, quizás no seamos nada, pero realmente apreciaba a esa chica, era la primera chica que me importaba.

¿Por qué?

Corina- ABRAHAM, MIRAME. -- gritó furiosa, pero ni siquiera me inmuté -- Si no me miras, me voy -- ni siquiera le podía entender, sólo oía gritos.

Sentí como Corina me empujaba con brusquedad y me acostaba en la cama, me besó el cuello y luego me levantó la camisa para seguir, la volví a empujar pero esta vez más fuerte.

Abraham- ¿QUÉ NO ENTIENDES QUE NO QUIERO? ¡JODER! -- La miré a los ojos, sentía la furia crecer dentro de mí. Respiré intentando tranquilizarme y bajé la mirada -- vete, ahora.

No dijo nada, sólo salió por la puerta y escuché como salía de la casa hecha una furia al cerrar fuertemente la puerta.


Mi primera esperanza (Abraham Mateo) (Corrigiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora