23-Plan
**Sen**
-¡¡Vamos gandules!! ¿Qué estáis haciendo?? Deberíais estar todos limpiando la cubierta ¡¡está más sucia que vuestros dientes!!!- grito enérgicamente a los piratas que aún no se han puesto en marcha a trabajar. Suspiro mirando hacia el horizonte viendo que la costa no está tan lejos, por lo que no creo que tardemos mucho en llegar.
-Contramaestre, su maestro no se encuentra bien- uno de mis subordinados se acerca al timón donde tengo apoyadas las manos dirigiendo el barco a tierra firme. Aprieto la madera entre mis manos al escuchar eso y resoplo antes de abandonar mi posición para bajar por la escotilla al cuchitril donde mi maestro Azashiro ha estado viviendo todos estos años en su condición de "puta" oficial del barco. Por más que he intentado suplicar a Shunsui para su liberación, no me dejaba en opción de elegir precisamente, ya que posiblemente yo habría terminado en su lugar. Encima tengo que sentirme afortunado de ser su "matelot" y recibir toda su fortuna si él muere, con lo cual me servirá no sólo para heredar este barco sino para mantener a mis hijos. Mi hijo mayor Tensa de mi relación con Zangetsu, y mis dos hijos menores fruto de mi relación actual con Shunsui, mi hijo Soujiro de cinco años y mi pequeña Nanao de tres años. Sí, una hija que nos pilló por sorpresa y que Shunsui y yo hemos estado ocultando su condición femenina desde que nació para que la tripulación no sospeche. Tener una mujer a bordo de un barco pirata es un mal augurio según las creencias antiguas, por lo que tengo que ser cuidadoso en todo momento con ella.
-Maestro...- me arrodillo al lado del camastro donde está tumbado Azashiro Soya, mi ex maestro, con el rostro perlado en sudor, totalmente pálido y abierto de piernas con la piel ensangrentada tras haber dado a luz a su último hijo que está en brazos de su amante más directo, un pirata negro calvo de ojos dorados, Zommari, que se ha encariñado con mi maestro en este tiempo y con el que ha tenido cinco de los catorce hijos que ya tiene Soya fruto de las violaciones de otros piratas. Este último bebé es el número quince.
-Sen...- cojo su mano temblorosa apretándosela con fuerza y veo como sus ojos no están tildados de esa locura en la que se sumió tras resignarse a ser violado por todo el que quisiera. Llegó un punto en que mi maestro hasta disfrutaba del sexo totalmente enloquecido, diciendo que esta vida era mucho mejor que la otra, que había descubierto su verdadera vocación que era abrirse de piernas para complacer a otros hombres. Coyote Yhwach consiguió lo que se propuso. Rajar por completo la cordura de mi maestro como venganza y lo peor fue cuando mi maestro empezó a tener a sus hijos, uno tras otro...hasta ahora. Cinco años así.
- ¿Qué demonios estás haciendo? ¡¡cúrale!!!- miro a Kurosaki Isshin, nuestro teniente de barco y también médico que me niega con la cabeza tristemente. Hasta él tiene un hijo con Soya, todos se le han follado excepto Shunsui que me tenía a mí para eso. Tsk! malditos cerdos...ya no puedo vengarme, y menos al ser el jefe de todos...solo me queda ese cabrón de Yhwach, ese sí que no se librará de mi ira...
-Tiene una hemorragia interna, Sen. Está destrozado internamente tras tantos partos, aparte ha cogido nuestro "mal"- abro los ojos cuando Isshin habla de la enfermedad que lleva asolándonos un par de años. Una enfermedad que creemos que nos hemos contagiado sexualmente y que nos va matando lentamente, como le está pasando a Soya al cual limpio su boca manchada de sangre tras soltar una bocanada.
-Oh kami, sensei...por favor no me dejes...- acaricio su rostro al ver que sus ojos no son capaces de mirarme y sonríe vagamente.
-Estoy viendo a mi padre...me está llamando, Sen...-
- ¡Soya!!!- le grito obligándole a mirarme y consigo que lo haga viendo como brevemente me mira lúcido como hacía años que no le veía. Me inclino hacia sus labios al ver que quiere decirme algo y me quedo paralizado cuando escucho sus últimas palabras.
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SODOMA: "Placer y Arena"
FanfictionTodo joven debe iniciarse en la senda hacia la madurez. Los maestros nos ayudan en ese caminar, nos enseñan todo lo que debemos hacer, obedecer, desear...dejando una huella en nosotros de por vida. Porque de ellos depende nuestro futuro. Luchar para...