9-Deseo
**Sen**
Entrelazo mis dedos con nerviosismo por la ansiosa espera de nuestros "maestros" tras haber salido a cazar juntos dejándonos a los más jóvenes a la expectativa de su regreso. Tememos mucho su suerte cuando no nos dejan ir con ellos, aunque casi siempre estamos juntos, incluso en algunos asaltos contra otros guerreros que nos atacan, a veces prefieren dejarnos "a salvo" en el campamento para ir a recolectar víveres o hacer negocios con los clanes.
Miro a mi hermano Mugetsu que está igual de expectante que yo y nos sonreímos. Llevamos dos años en el batallón sagrado y aunque no hayamos cambiado mucho físicamente, sí que se nos nota una evolución madurativa, sobre todo a mi hermano que tiene más músculo que yo y está más alto. Su mirada rojiza es algo más fiera de lo que recordaba y su cabello, al igual que el mío, nos ha crecido a la altura de la mitad de la espalda, no tanto como yo lo tenía antes, pero lo suficiente para estar contento de haber recuperado parte de mi melena.
- ¡Ya vuelven!!- uno de mis compañeros da el aviso y yo río al ver llegar al grupo de hombres con varios animales cazados y cargados sobre sus hombros mientras les vitoreamos por su caza. Mugetsu corre a ayudar a Komamura en cuanto le ve aparecer cargando dos ciervos él solo sobre sus hombros. Se nota que es el guerrero más grande del batallón, tanto que cada año parece crecer más, lo cual da pavor.
El que tampoco se queda atrás en altura, es mi maestro, el cual va arrastrando con una cuerda un par de jabalíes muertos que deja junto al resto de animales para venir hacia mí haciéndome sonreír cuando voy hacia él y le abrazo haciéndole jadear gutural. No me importa mancharme con su sudor y la arena impregnada en su piel, ha vuelto victorioso y eso es lo que importa. Sinceramente jamás pensé que podría llegar a llevarme bien con él, pero era cuestión de pasar tiempo juntos para verle como alguien que se preocupa por mí y al que no debo temerle. Puede que Zangetsu sea bruto, serio y de pocas palabras, pero cuando me mira con sus intensos ojos negros, puedo ver afecto hacia mí y eso me encoge el corazón. Creo que estoy enamorado de él. No, no lo creo. Lo estoy.
- ¡Ah! ¡ah! Aa!! ¡sí! Ah!! Aaah!!!- noto las sacudidas de mi cuerpo totalmente descontrolado a cuatro patas sobre el lecho mientras Zangetsu me folla endiabladamente, duro y bruto, tan rápido que me hace llegar al orgasmo un par de veces seguidas casi y él derrama toda su esencia en mi interior colmándome de placer mientras sonrío entre gemidos.
-Uf...dios...- escucho como jadea ronco tras el sexo frenético que hemos tenido al poco de que él llegara y me apoyo sobre su pecho húmedo y arenoso notando las rápidas palpitaciones de su corazón. Me gusta este sonido...su calor, su cuerpo protector...
-Esta herida es nueva...aún sangra...- acaricio con la yema de mis dedos una pequeña herida abierta cerca de su pezón derecho y escucho como carraspea mirándome.
-Lámela- le sonrío sonrojado cuando me dice ese monosílabo con una voz tan rasgada que me hace estremecer mientras saco mi lengua y la paso por su herida saboreando su sangre. Él echa el cuello hacia atrás ronroneando mientras beso su áspera piel y noto como alza su mano para meter sus dedos entre mi cabello, tirando de ellos suavemente para girarme con él quedándose encima de mí mirándome fijamente. No puedo evitar suspirar nervioso ante cómo me mira y todo mi cuerpo vibra cuando se inclina para besarme, tan lentamente que mi corazón se expande en mi pecho haciendo que me den ganas de llorar.
-Sabes bien incluso con mi sangre en tus labios...- me ruborizo ante su halago y rodeo su espalda con mis brazos para pegarle más a mí. Zangetsu no es un hombre cariñoso ni empalagoso, pero basta un halago como los que me hace de vez en cuando para que todo mi interior grite ilusionado.
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SODOMA: "Placer y Arena"
FanficTodo joven debe iniciarse en la senda hacia la madurez. Los maestros nos ayudan en ese caminar, nos enseñan todo lo que debemos hacer, obedecer, desear...dejando una huella en nosotros de por vida. Porque de ellos depende nuestro futuro. Luchar para...