SODOMA: "Placer y Arena"

Capítulo 18: Pacto

18-Pacto

**Byakuya**

Siento que no puedo moverme. Mi cuerpo no responde a los gritos mudos de mi mente obnubilada que lucha contra el horrible dolor que la atenaza. Todo está completamente negro, pese a que acabo de abrir los ojos de golpe, no veo absolutamente nada. Hay...un ruido de fondo a mi alrededor...no sé dónde procede ni donde estoy y eso me aterra. ¿Qué...me ha pasado? ....

-Nhh!!! Ggh!!!!...- escucho mis gemidos distorsionados de mi rasposa garganta y noto que empiezo a hiperventilar por la ansiedad de mi parálisis hasta que veo algo borroso con uno de mis ojos. Una silueta negra que está observándome, haciendo que mi miedo aumente por instantes.

-Byakuya... ¿Byakuya, me oyes?? ¿puedes verme? ¡Byakuya! – abro los ojos aún más nervioso cuando ese nombre reverbera en mi cabeza pronunciado por distintas voces de rostros borrosos que no consigo ver haciendo que dé un alarido tan desgarrador que la silueta que está sobre mí hace presión sobre mi cuerpo para detenerme. No... ¡NO!!!

**Urahara**

Intento sujetar el cuerpo de Byakuya con todas mis fuerzas al ver cómo empieza a convulsionar y sus gritos mezclados con gemidos ininteligibles se hacen mucho más intensos provocando que dos de mis ayudantes vengan corriendo a ayudarme a sostenerlo.

-No lo soltéis ¡¡puede herirse a sí mismo!! Byakuya por favor, debes relajarte...vamos...- no sé si me escucha bien, me aterroriza el grado de alcance de su lesión cerebral y cómo afecta eso al resto de su cuerpo. Por su mirada desorbitada y las pupilas dilatadas no consigue enfocar con claridad, así que posiblemente tampoco me oiga bien. Maldición...es pronto para dar un diagnóstico, pero me temo que la recuperación va a ser más lenta de lo que imaginé si alguna vez despertara.

- ¿Ha despertado??- observo la estupefacción en los ojos de Azashiro Soya tras venir a contarle las últimas noticias sobre Byakuya. –¿Cómo se encuentra? ¿ha dicho algo??-

-Solo gemidos y gritos. Ha sido un shock muy grande despertar de esa forma-

-Pero debemos esperar ¿no? a que se tranquilice para saber cómo se encuentra su cerebro y pueda empezar la recuperación-

-No es tan fácil Soya, tenía medio cráneo aplastado, ¡sigue vivo de milagro! por no hablar de otras heridas, aunque obviamente el cerebro es lo que más me preocupa-

-Kisuke, confío en ti. Aunque lleve meses, años incluso, sé qué harás que Byakuya se recupere-

-Soujun no tiene tanto tiempo...- veo como Soya me mira algo confuso cuando susurro eso sin querer en voz alta y maldigo entre dientes antes de regresar al nuevo refugio donde he trasladado a Byakuya para seguir con sus curas. Esta vez Aizen no encontrará este lugar, fui un estúpido al no ser prevenido la vez anterior, pero al menos ahora ganaré tiempo para ver que hago con el Kuchiki. Dioses...no quiero ni pensar si Byakuya no se recupera en años, que lógicamente sería así tras estar al borde de la muerte, pero su hermano no aguantará tanto en el harén en manos de Aizen. Tengo que hacer lo posible para acelerar el proceso, cueste lo que cueste. Ahora empieza un duro camino.

**Renji**

Tiro al suelo al contrincante que tengo delante de mí escuchando su jadeo frustrado haciéndome sonreír malicioso inevitablemente cuando Ishida Ryuken alza su látigo para demostrar el fin de nuestro combate de prueba. Mi compañero de harén se levanta molesto del suelo mirándome furioso y yo le ignoro mientras veo a mi madre, Ukitake Shinobu, acercarse con una toalla para secarme el sudor. Aún no me creo que dentro de este infierno haya conocido a mi madre. Es un gran consuelo tenerle cerca y no solo a él, sino a otros hombres que he conocido y me traen recuerdos, en especial él.