Capítulo 25: Gigantes

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25-Gigantes

**Ginrei**

--Flashback—

Frunzo el ceño antes de abrir los ojos de par en par al darme cuenta de que he vuelto a perder a las cartas viendo sobre éstas la sonrisa cínica de Coyote Yhwach que se relame de gusto antes de golpear la mesa con sus cartas ganadoras.

-¡JÁ!! De nuevo te gano amigo, tú pagas la siguiente ronda de sake-

-Haces trampa. A fin de cuentas, eres un delincuente- veo como saca del bolsillo de la chaqueta de su uniforme un cigarrillo para posarlo sobre sus labios y encenderlo. La luz del mechero ilumina sus increíbles ojos rojos y no puedo evitar mirarle algo sonrojado teniendo que carraspear para centrarme de nuevo en mi enfado.

-¿Me estás llamando mentiroso? Sé jugar perfectamente a este juego, mi viejo me enseñó bien. ¿quieres apostar en otro juego? – le señalo las recreativas viendo como su sonrisa se esboza más y recorremos la sala de juegos para detenernos frente a una máquina de un juego de luchas en el que suelo ser bastante bueno. Yhwach echa una moneda para elegir contrincantes y nuestros personajes virtuales salen en un escenario de un coliseo romano para el enfrentamiento.

-Ja, me encanta este juego, da igual el "arcade" al que me retes, te aplastaré como una cucaracha pija, Kuchiki-

-Más te vale centrarte en la pelea- Yhwach abre los ojos al ver que mi personaje está venciendo al suyo y veo como golpea la máquina cuando consigo vencerle.

-Es un puto juego, en la realidad, tú no tendrías ninguna posibilidad al enfrentarte a mí-

- ¿Estás seguro? - le reto con la mirada viendo que responde a mi desafío visual y ambos salimos a la calle, yendo hacia un callejón donde no nos vea nadie para no llamar la atención. Yhwach escupe el cigarrillo de la boca y se quita la chaqueta del uniforme aflojándose la corbata con rabia.

-Vas a morder el polvo, Kuchiki...te tumbaré de un puñetazo y encima te meteré mano- abro los ojos al oír eso y veo que sonríe malicioso. Pero será...

Me remango la chaqueta viendo que eso le hace gracia. Es...tan básico, tan animal, que necesita una lección. No por nada me han pedido desde el consejo escolar que controle a este chico, está dando demasiados problemas en el instituto, pero nadie se atreve a ponerle en su lugar como los dioses mandan. Veremos cómo reacciona cuando sea yo el que le haga tragar el suelo y por supuesto no le meteré mano. Encima de delincuente, desviado.

-Ven Ginrei, demuéstrame de que pasta estás hecho...- sus ojos rojos brillan dándole un aire tan salvaje como erótico que me pone los pelos de punta. –Te voy a joder en todos los sentidos de la palabra...-

-¡¡COYOTE YHWACH!!!- Yhwach y yo abrimos los ojos de par en par cuando una mujer alta morena de ojos celestes aparece en el callejón y engancha de una oreja a mi compañero haciendo que éste se queje de inmediato.

- ¿Con que haciendo peyas otra vez del instituto eh? ¿para qué crees que pago ese sitio tan caro?? ¡¡me traes por el camino de la amargura, como el tonto de tu padre!!-

-Joder madre, mi amigo y yo solo hablábamos...-

- ¿¿Cómo has dicho?? ¡¡háblame con respeto, enano!!!-

-Sí...señora...- parpadeo al ver lo dócil que parece Yhwach ante la mujer que resulta ser su madre. Ésta resopla y le obliga a hacer una reverencia a Yhwach para que se disculpe ante mí.

-Perdona al tontaina de mi hijo, en el fondo tiene buen corazón no se lo tengas en cuenta-

Me quedo en el callejón aún con el impacto recibido terminando por sonreír meneando la cabeza al recordar la cara gruñona con la que se ha ido Yhwach recibiendo el sermón de su madre. Está claro que solo hay una persona a la que él respeta y teme más que nadie....

SODOMA: "Placer y Arena"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora