19-Amistad
**Yhwach**
No puedo evitar sonreír más orgulloso cuando veo que el nuevo pupilo de mi hijo Zangetsu derrota a su contrincante en el torneo de sus 16 años dando un alarido de victoria que retumba en todo el coliseo. Ju, no hay duda de la orgullosa sangre que lleva en las venas...aunque pocos lo sepan....
-Buen trabajo Kurosaki Ichigo, has devuelto la honra al maestro Coyote con tu combate ¿no estáis de acuerdo caballeros??- todos vitorean a Ichigo animándole y veo como Azashiro Soya rueda los ojos con expresión molesta en el palco de al lado junto a Kuchiki Senbonzakura el cual mira con tristeza al chico agachando la cabeza por los recuerdos que le estarán viniendo al verlo.
- ¿Qué, Azashiro? ¿tal es tu escozor por ver triunfar de nuevo a mi hijo que pones esa cara distorsionada? -
-Un golpe de suerte. Es lo único que acabo de ver-
-¿Golpe de suerte? No amigo, se llama fuerza, algo que tu ex pupilo aquí presente no fue capaz de demostrar por su ascendencia debilucha samurái- Senbonzakura jadea al escucharme y Azashiro aprieta los dientes fulminándome con sus ojos castaños.
-Cuidado con lo que dices Yhwach ¡Senbonzakura ya es todo un samurái!! Mi mano derecha en el clan y un guerrero al que muchos temen, no se te ocurra deshonrarlo en mi presencia-
-Ju, lo que yo decía...hecho a imagen y semejanza tuya...-
**Sen**
Intento ignorar la cruel indirecta de Yhwach hacia mi persona, aunque siento en el fondo de mi corazón que tiene mucha razón. Yo...no estuve a la altura de ser entrenado por alguien como Zangetsu, jamás lo estuve y ese chico, Ichigo, acaba de demostrar a todos que Zangetsu es un maestro tan válido como el resto para admirar y recibir sus enseñanzas. Esta victoria de su muchacho le hará resurgir de sus cenizas y seguramente futuros muchachos le querrán como maestro también, lo cual me produce una punzada de celos en el pecho. Al fin y al cabo, yo solo fui un alumno más...sin pena ni gloria, sin ese amor que yo le profesé y encima fui su desgracia al desobedecerle y pecar teniendo un hijo...algo que pensé que nos liberaría y sin embargo nos condenó para siempre...
-Bien Kurosaki, ahora debes decidir qué hacer. Seguir con tu actual maestro hasta el próximo torneo o cambiar de maestro ahora que estás a tiempo- veo como Ichigo niega con la cabeza a esto último y mira en dirección hacia una de las puertas donde Zangetsu solo tiene ojos para él y le observa con el mentón alzado y sus ojos brillantes por el orgullo que siente hacia Ichigo.
-No pienso cambiar de maestro ¡¡para mí solo existe Coyote Zangetsu!!! ¡¡ganaré el próximo torneo y seré su pareja eterna en el batallón sagrado!!!- no puedo evitar abrir los ojos de par en par a la vez que jadeo en alto apretándome las ropas con fuerza. Azashiro me mira de reojo con preocupación y siento que tengo que contener mi dolor al ver como Ichigo sale de la arena corriendo para terminar en brazos de Zangetsu el cual hasta sonríe un poco emocionado por las palabras de su alumno. Él...jamás me ha sonreído tan orgulloso como hasta ahora...por los dioses, esto es demasiado doloroso....
Me veo obligado a salir a tomar aire fuera del coliseo y escucho a pocos metros a un grupo de hombres que tienen una conversación que me interesa demasiado.
- ¿Entonces es mañana no? ¿Dónde se hace la reunión esta vez? -
-Este año toca en una posada del territorio hispano ¡ya tengo ganas de ver a mi antiguo maestro para contarle todas mis victorias durante estos años!! ¡¡le dejaré con la boca abierta!!-
La reunión de los maestros y antiguos alumnos, un acto de presencia al que por fin puedo acudir imaginando que Zangetsu hará lo mismo igual que él hizo cuando yo era su alumno y visitó a sus dos maestros. Dioses...no todo está perdido, podré volver a encontrarme con él, a hablar y posiblemente él y yo...podamos intimar de nuevo...oh kami, de solo pensarlo se me eriza la piel de placer....
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SODOMA: "Placer y Arena"
FanficTodo joven debe iniciarse en la senda hacia la madurez. Los maestros nos ayudan en ese caminar, nos enseñan todo lo que debemos hacer, obedecer, desear...dejando una huella en nosotros de por vida. Porque de ellos depende nuestro futuro. Luchar para...