Ahora ese niño que había adoptado tenía trece años, faltaba poco para que su tipo de magia saliera a la vista de todos, pero él sabía de ante mano que el alma empezaba a tomar color unos años antes, sin embargo, Senkuu parecía no tener ningún color por ahora y eso solo lo hizo preocuparse más.
— Senkuu ¿Nada aún?
— No viejo y sería bueno que lo dejaras ya, no me interesa en lo absoluto el tipo de magia que vaya a ser
Byakuya no dijo nada más y dejó que su hijo siguiera estudiando los libros. Después de todo, solo le faltaba leer diez de ellos para terminar con toda la información que el clero resguardaba en sus costumbres.
Y, sin saber cómo, la noticia de que el menor no presentaba indicios de un color en su alma empezó a esparcirse por todo el pueblo, tal vez alguien había escuchado el comentario vago que le hizo a su hijo hace poco o tal vez solo era casualidad, pero fuera cuál fuera la razón los problemas empezaron a emerger.
Su hijo no le había dicho nada aún pero él lo sabía.
Sabía que Senkuu estaba siendo golpeado e insultado por niños o adultos creyentes del fenómeno sin color, ese fenómeno que dice puede pasarles a personas que heredarán magia obscura y, en prácticamente nulas ocasiones, heredaban magia de luz pionera.
Claramente la segunda opción era absurda, por lo que hacía la primera como algo más real. Le aterraba lo que podía pasar, le aterraba lo que en un futuro debía hacerle a su amado hijo.
Un hijo por el cuál haría cualquier cosa para que progresará, sabía que tenía talento y solo debía ser apoyado.
Pero ¿Cómo apoyar algo si nadie más lo hará? ¿Cómo proteger una flor de un prado lleno de viento feroz y espinas en la tierra? ¿Cómo evadir al inevitable destino?
Se estaba rompiendo la cabeza pensando en el asunto, mientras que, un polvoriento y raspado joven entró a la habitación sin avisar.
— Viejo
No hubo respuesta. Lo intento otra vez, nada, una vez más y nada, hizo más y más intentos, hasta que, finalmente...
— ¡Viejo!
— ¿Uhm? ¡Oh! Senkuu no te ví llegar, estaba pensando en al- ¿¡Por qué estás así!?
— Terminé el último libro
— ¿Ah? ¿Y eso te ocasionó terminar así?
— Para nada viejo, es absurdo que una lectura me hiciera ésto. Más bien, fueron unos niños que me lanzaron piedras camino a casa
— Ya se me hacía ra- ¿¡Qué cosa!? ¿¡Niños!? ¡Dime de inmediato sus nombres! Debo hacer algo al respecto
El mayor se levantó de su lugar para quejarse molesto, tomó algunas cosas y luego la mano de su hijo; estaba decidido a dar reprimienda a esos niños malcriados.
Pero él se detuvo.
— Kukuku sabía que harías algo así, pero no me tomé el tiempo de limpiarme por una razón más importante
— Senkuu ¿Es la primera vez que te pasa ésto?
— Sí, usualmente usan sus puños
— ¿Qué?
— Deberías ver tu cara viejo, te preocupas demasiado ¡Es la primera vez que no me defiendo! Usualmente les doy choques eléctricos con un paralizador, pero como estaban lejos, no me sirvió en lo absoluto
— ¿Por qué no me dijiste nada antes?
— Porque seguro ibas a ser poco emocionante y tendrías una plática aburrida con sus padres que, al final, no harían nada de diferencia
— Aún así debías decírmelo Senkuu
— Bien lo siento, pero escucha, terminé el último libro así que es momento de que te haga saber mi plan
Senkuu sonrió de manera alegré, en sus ojos se notaba la emoción que sentía por el plan, Byakuya no hizo más que suspirar e ignorar el hecho de que no le dijera nada sobre su situación y acepto la explicación que le quería dar.
— No te entiendo, vas muy rápido— Lloriqueo su padre infantilmente y el menor le miró con extrañeza.
— Viejo, solo tienes que lanzar una taza de agua a ese lugar ¿Cómo mierda no le vas a entender?
— ¡Que cruel!
Y así finalmente llegó la hora de salir de ese edificio que actuaba como su hogar, el mayor tomo la taza de agua con un poco de fuerza y la lanzó al lugar que su hijo le había mencionado. He inmediatamente fuego empezó a brotar de la habitación y se fue intensificando con los muebles como combustible.
Byakuya notó una gran sonrisa dibujada en el rostro de su hijo y de igual manera sonrió.
El joven siempre tuvo la respuesta a sus miedos.
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Un Hechicero de Magia Oscura
FanfictionLa magia negra era condenada por todo tipo de hechicero, desde un curandero hasta un ser de luz. Eso genero que Gen Asagiri, un chico que se dedicó su vida entera al entendimiento de la mente humana, fuera condenado por el destino. El día en el que...