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Ryusui trataba de procesar la información mientras aún tenía ese nombre en mente, si no recordaba mal, tenía alrededor de unos cuatro años que no escuchaba nada que se relacionara al albino, era obvio que se sorprendería de esa manera si de golpe le decían que ese chico estaba en el pueblo.

— Así que Ukyo...

— Ya sabes, al parecer la dichosa academia a la que fue a estudiar era del clero

— Entiendo ¿Qué más sabes de él?

— No más que tú, si acaso, sé que recién llego ayer al pueblo, anda algo ocupado con algunos trámites y si planeas verlo tienes solo los sábados por la tarde-noche para hacerlo

— Podría ir a verlo éste sábado... Solo si no tuviera que regresar para seguir con el plan...

— ¿Enserio? ¿No deseas verlo?

— Claro que lo deseo, lo deseo más que nada— El rubio recogió su cabello para después colocar su sombrero de marinero, planeaba irse ya— Pero como líder que soy también sé que necesito hacer otras cosas antes de ir a verlo en éste momento ¿Qué podría hacer si lo veo? Si acaso, solo lo saludaría

— Que raro. Creí que tenías un plan más elaborado para el mago de luz, después de todo, para eso veniste a negociar conmigo— Notó las acciones de su hermano y como respuesta él se levantó de su silla— Por primera vez veo que te conformas con poco después de ofrecer tanto ¿Estarás perdiendo el toque?

— Tu trabajo como informante aún no termina, lo sabes bien, además... Con saber que es alguien que ya conozco modifica la situación

— ¿Ah sí? No me digas que ahora puedes negociar con él y antes solo planeaban hacerlo a un lado

Si bien Sai le miraba con una sonrisa burlona por su claro juego solo recibió silencio, después, miró como el marinero se levantaba de su lugar para empezar a subir las escaleras que daban a la salida del sótano y, a su vez, a la entrada al salón principal.

— ¿Es enserio que si no se trataba de Ukyo iban a hacer de lado al mago de luz? ¡¿Están locos?!

— No lo íbamos a hacer de lado de la manera que te imaginas, solamente, íbamos a convencerlo con algún trato para que nos dejará trabajar tranquilamente en su lugar— Se detuvo de golpe e inmediatamente el de cabellos oscuros termino chocando contra su espalda— Pero al ser Ukyo, una extorsión está totalmente descartada

— Auch— Se quejó por lo bajo y luego miró al adverso con una pequeña molestia contenida— Porque tú y yo sabemos que no le interesa el dinero ni un buen puesto, incluso, rechazó la propuesta indirecta que le hiciste de más jóven para que fuera tu pareja

— ¡Exactamente! Lo único que le interesaba y le interesa es...?

— ... Los valores éticos...— Cruzó los brazos mientras miraba como el menor le daba la razón con un movimiento de cabeza y luego salía de la casa. Suspiró irritado para luego seguirlo— Oye, tampoco me trates como si fuera el que te completa las frases

— ¡JAJAJA! ¡Perdón por eso!

— Eres algo contradictorio, primero te ríes y luego te disculpas

— Puede ser, pero en realidad, me disculpé de manera sincera contigo— Le dió unas palmaditas en el hombro al mayor como seña de disculpa— Nos vemos después hermano

— No hagas locuras ¿De acuerdo?

— Lo voy a considerar... Listo, ya lo eh considerado. No. No estoy de acuerdo— Le dedicó una sonrisa amplia al programador y después se empezó a alejar de ahí sin problema— ¡Gracias por la ayuda!

Si bien el mayor se quedó quejándose por lo bajo mientras se decía así mismo que su hermano menor nunca cambiaría, Ryusui estaba realmente emocionado por la oportunidad que le estaba dando la vida para hablar de nuevo con Ukyo, ese chico de confección pequeña, sonrisa calmada, personalidad amable, con grandes valores éticos y de preciosos ojos azules. Tan dulces, tan embriagantes, tan... Tan especiales.

Suspiró realmente enamorado, después de haber intentado tantas relaciones amorosas fallidas, sabía que su predestinado estaba a su alcance nuevamente.

Lo deseaba y haría todo lo que estuviera a su alcance para ganarse su corazón.

Un Hechicero de Magia OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora