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Senkuu miraba con algo de curiosidad los alrededores, eran árboles que no estaban en los libros y nunca antes había escuchado de ellos así que, por primera vez después de años, le preguntó a su padre sobre eso.

— Viejo ¿Qué son estos árboles?

— ¿El gran Senkuu le pregunta a su viejo porque no conoce algo? ¡No me asustes, el mundo puede correr peligro!

— Kukuku eres absurdo— Sin importarle mucho empezó a hurgar su oreja mientras esperaba la respuesta.

— No entiendes mis bromas— Lloriqueo pero solo se ganó las risas del menor —Son árboles "mágicos", se dice que uno de entre cien puede tener sus ramas con escencia milagrosa

— Eso suena raro

— Se le llama así porque pueden hacer un té el cual cura cualquier enfermedad respiratoria

El menor quedó callado mirando las ramas de los árboles con más curiosidad ¿Qué les daba esa cualidad? No lo entendía, y quería investigar aquello un poco más pero al escuchar un grito eufórico de su padre fue que interrumpió sus pensamientos para poner atención a lo que decía el mayor.

Pero no era nada fuera de lo común, habían llegado al pueblo, así que al notar que el adverso era una persona exagerada suspiro rendido para después sonreír animado.

— Llegamos viejo, vamos a buscar dónde hospedarnos

— ¡No me robes los diálogos!

— Ésto es muy emocionante

— Tampoco me ignores Senkuu

El menor le dedicó una sonrisa burlona, sabía lo que estaba haciendo y le daba gracia ver que el mayor sí reaccionaba a sus provocaciones, pero al no tener nada más que hacerle camino en dirección al pueblo seguido por el hombre, que aceptó la derrota.

Antes de siquiera poder llegar al centro del pueblo vieron una gran discusión, parecía algo serio así que prefirieron escuchar un momento.

— ¡No voy a permitir que maten antes de tiempo a Lilian!

— Ni yo ¡Aún hay esperanza!

— Chrome, Kohaku, no hagan más difíciles las cosas de lo que ya es para nosotros

— ¡No es verdad! Ustedes quieren matarla para quedarse con todo el derecho sobre el pueblo

— Estás diciendo cosas absurdas, para eso debería casarse antes

— ¡Aún así!

Byakuya dudó un momento en si debía intervenir o no, pero al ver que Senkuu tenía intenciones de hablar actuó rápidamente para evitarle problemas al menor.

— ¡Lamento interrumpir! Pero ¿Por qué hablan de matar?

— ¿Un forastero?

— No te metas en ésto, es un asunto del pueblo y no tienes derecho a opinar

— ¡Papá, no seas grosero!

— Tiene razón pero pienso quedarme aquí junto a mi hijo, eso no lo prohibe el clero ¿No?

— ... Sobre eso...

— ¡No, no lo prohibe! Pero la señorita Lilian es nuestra Mago de luz y actualmente está indispuesta

Byakuya quería protestar ante la actitud que estaban presentando los mayores, pero al sentir un pequeño brazo posarse en el suyo fue que calló de momento.

— El viejo tiene sus motivos y yo los míos, pero coincidimos, no es justo matar a alguien y menos si es su Mago de luz ¿No será que ustedes quieren algo a cambio?

— ¡Es cierto Senkuu! Matar es un pecado y está prohibido, más si es un Mago de luz ¿Por qué lo hacen?

Los adultos callaron nerviosos por el cuestionario que les estaban haciendo, era repentino para ellos y no tenían maneras de evadir el tema, el infante sonrió de lado al notar eso; con ayuda de su padre sacarían la verdad.

Un Hechicero de Magia OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora