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─────∘❀ THE BABY! ❀∘─────
Omnisciente
—Me siento peor que ayer.— Sofía suspiró mientras echaba la cabeza hacia atrás, recargándola en el respaldo del sofá.
—Debe ser por que se acerca la fecha. ¿En serio no quieres que te lleve al hospital? Faltan pocos días, por lo que nos dijo la doctora...— Sebastián acarició su rodilla.
—No, es decir, no me siento tan mal, solo... Es algo molesto y ya.— Sofía lo tranquilizó.
Sebastián suspiró y asintió no muy convencido.
—Aunque... Si hay algo que me haría sentir mejor. ¿Lo harías...?—
—Sabes que haría lo que sea por ti, muñeca. No me tientes.— Sebastián susurró con la mirada fija en sus labios.
Sofía coloco su dedo índice en su barbilla, elevando el rostro del rumano. Sebastián sintió una corriente eléctrica al sentir su cercanía y su aroma dulce. Lo volvía loco.
—Quiero...—
—Aja...— Sebastián susurró con voz ronca. Se notaba ansioso.
Sofía se acercó a más a el, rozando sus narices al igual que sus labios.
—Helado de chocomenta.— susurró con emoción.
Sebastián inmediatamente frunció el ceño y la miró confundido.
—¿Helado? ¿Me estás jodiendo, verdad?—
—Nope.— Sofía acentuó. —Me muero por un delicioso helado de chocomenta.— sonrió dulcemente.
Sebastián la miró por unos segundos, esperando a que ella dijera que todo era una broma y así pudiera besarlo, pero, al ver su sonrisa decidida, suspiró con cansancio y se levantó.
—Ya no hay en el refrigerador así que, iré a comprar...— asintió. Sofía sonrió ampliamente.
El subió las escaleras y entró a su habitación, en busca de su cartera para ir a cumplirle el capricho a su chica. Siguió buscando hasta que un grito lo interrumpió.
—¡Sebastián!—
—Carajo, dónde está...— gruñó buscando su cartera.
