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═══════HIS PRINCESS═══════
Omnisciente
Sofía entró de la mano de su pequeña hija que restregaba su ojo derecho con su pequeña mano, un gesto que demostraba su cansancio.
—Saluda a papá...— le susurró a la pequeña, señalando al rumano que estaba de espaldas preparando el desayuno, no había notado su presencia.
La pequeña rápidamente corrió y abrazó las piernas de su padre, quien se sobresaltó medianamente y miró hacia abajo, encontrando a la pequeña de ojos azules mirandolo con una gran sonrisa. Rápidamente dejó a un lado lo que estaba haciendo y cargó a la pequeña Isabella en sus brazos.
—Buenos días, pequeña...— le sonrió ampliamente mientras besaba su mejilla. Miró a la italiana que estaba recargada en el umbral de la puerta, mirándolos sonriente.
—Buenos días a ti también...— mordió su labio seductoramente y se acercó a ella para besar sus labios castamente.
—¡Ey!— Isabella soltó un pequeño grito.
—Está bien, está bien. Lo siento, mi reina.— el rumano rodó los ojos con diversión y la bajó de sus brazos. —Sientate, Bella. El desayuno está listo...— sonrió mientras colocaba el plato frente a ella.
—Come rápido, Bella. No se nos vaya a hacer tarde.— la italiana acarició el cabello de Isabella y se acercó al rumano para ayudarlo en lo que estaba haciendo.
Notó que Sebastián trago con dificultad y suspiraba con nerviosismo. Lo miró extrañada.
—Hey, ¿Estás bien?— le susurró.
—¿Qué? Ah, si, si. No es nada...— respondió rápidamente. Sofía entrecerró los ojos sin creer una sola palabra.
Decidió dejarlo para después, discutirían ésto cuando Isabella estuviera en sus clases. Se sentó a un lado de la pequeña y le sonrió dulcemente.
—¿Estás emocionada por tu primer dia, Bella?— sonrió mientras comenzaba a comer.
—¡Si! Pero algo nerviosa.— Bella respondió haciendo una mueca, causando que ella riera.
—Recuerdo mi primer día de escuela, igualmente estaba muy nerviosa por conocer gente nueva y eso, pero fue divertido a final de cuentas.— se encogió de hombros.
—¿Tu papá? ¿Recuerdas tu primer día de escuela?— la pequeña miró con curiosidad a su padre, que tenía la mirada perdida.
—Bueno, eso fue hace mucho tiempo muñeca... Pero, también estaba nervioso como tú.— suspiró con una ligera sonrisa en su rostro.
