El Zhukulento Lobo Negro Solitario Es Mío

[Capítulo 124]

En medio de la confusión, finalmente pronuncio mi nombre.

En ese mismo momento, dejé de respirar, estando frente a su rostro. ¿Es simplemente mi estado de ánimo? No pude expresarlo con palabras, pero algo era diferente.

- Athanasia.

No fue la misma mirada que me seguía hasta ayer, ni la misma voz que me llamaba.

Observé conteniendo la respiración mientras la persona a quien añoraba susurraba mi nombre de nuevo en voz baja.

Por fin, una serenidad manchó el rostro de Claude. ¿Sus ojos hacia mí me miraban como si hubiera recuperado la calma después de la tormenta?, ahora parecía como el día, como si hubiera recuperado la tranquilidad después de la tormenta.

Claude se dirigió a mi.

- Ven aquí.

En ese momento, abrí la boca y murmuré en blanco sin darme cuenta.

- ¿Papá... ... ? 

Mi voz fue un susurro, como si intentara comprobar algo. Pero Claude me respondió sin dudarlo.

- Si.

Su mirada ciertamente tenía una luz mucho más familiar de la que había visto hasta ayer. Aún así, no podía creerlo, así que le pregunté de nuevo con una voz sin aliento.

- ¿De verdad eres tu papá?

Me miró a la cara y al momento siguiente se estremeció y frunció el ceño. Pronto un pequeño suspiro emanó de sus labios. Fue en el momento siguiente en que una mano me alcanzo y su dedo se deslizo sobre mi mejilla.

- No llores. Te ves feo.

Su rostro lucia indiferente, pero su voz se oía contundente.

Pero sus ojos, que me miraban, eran tan cálidos que por un momento mi corazón se estremeció.

Como si supiera la sensación de querer llorar, me dijo que no llorara.

Ah ..... Me di cuenta de que Claude había recuperado todos sus viejo recuerdos pasados ​​que había perdido.

Inmediatamente después de eso, estaba saltando a los brazos de Claude, llorando como un pájaro debe sujetar.

Pensé que estaría bien si no podía recuperar sus recuerdos nunca más, pero no lo decía en serio. Ver que mi corazón se está ahogando así, es como si hubiera logrado reunirme con alguien a quien no veía desde hace mucho tiempo.

Sin dudarlo, froté mi nariz caliente contra el pecho que estaba frente a mí, sintiendo sus brazos duros que abrazaban mi espalda.

Oh, es papá. Es de verdad Claude.

- Te has vuelto mucho más pesado.

- Papá, idiota.

Whoo, escuche su risa baja que resonaba en mis oídos, fortalecí el brazo que lo sostenía porque tenia miedo que la persona que estaba viendo se fuera o desapareciera.

En la primera mañana de mis 15 años, Claude volvió a mi.

De hecho, como dijo Lucas, fue el mejor regalo de cumpleaños.

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- Su Majestad, no se preocupe. Esa princesa desvergonzada, no, esa chica desvergonzada, seguramente la encontraré y hare que se arrodille ante Su Majestad.

Durante la cena, el Conde Karzaba habló con determinación frente al Emperador Claude.

Claude, como siempre lo ha estado estos días, parece estar de mal humor hoy al igual que en la cena. Nunca antes abrió la boca. Entonces, por supuesto, la atmósfera de la cena era sombría y tranquila.