[Historia paralela 38: El pasado de Lucas]

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Bajo el frío cielo del amanecer, estaba el mago de la torre.

- ¿Qué estás haciendo ahora?

La razón por la que Lucas regreso fue porque sintió un flujo anormal de maná desde la torre. Como si fuera la calma antes de la tormenta, Lucas golpeó el aire inusualmente tranquilo.

El mago de la torre estaba mirando el sol poniente, agitando su cabello blanco al viento.

El mago de la torre estaba mirando el sol poniente, agitando su cabello blanco al viento

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- ¿Sabes cuál es el único consuelo para personas como nosotros?

Una voz que era tan tranquila como la luz de la mañana pasaba por los oídos de Lucas.

- No es el comienzo, sino un final que podemos decidir por nosotros mismos.

Parecía haber estado esperando a Lucas.

- Acaban de pasar más de mil años, y solo hasta ahora, finalmente pude encontrar una razón para morir.

Y ante sus palabras que siguieron, los labios temblaron con una sensación indescriptible.

- Pero ahora, siento que quiero morir.

Con la espalda contra el cielo blanquecino, un hombre con una presencia más nebulosa que nunca miró a Lucas.

- Sí, finalmente ahora.

Lucas logró activar su voz.

- ¿Entonces vas a morir ahora?

No podía entender las palabras del Mago de la Torre. No, de hecho, era correcto decir que el significado era tan obvio que no podía aceptarlo.

¿Es por tu hijo muerto?

Lucas apretó los dientes, sintiendo la ira que poco a poco empeoraba.

¿Qué diablos esta diciendo este tipo...? Deberías haber pasado mucho más tiempo con él que conmigo.

- ¿Morirás de igual forma solo por la muerte de una persona?

- No digas eso. No conoces el miedo a que te dejen solo.

Como Lucas no pudo ocultar su enojo y su sarcasmo, el mago de la torre dijo en voz baja. Su actitud no tenía precedentes y Lucas se detuvo inconscientemente.

Fue entonces cuando el maná anormalmente poderoso comenzó a fluctuar nuevamente. Sin saber por qué, por un momento, una extraña sensación estremeció la espalda de Lucas.

- No lo hagas. Lo que sea que quieras hacer ahora, simplemente no lo hagas.

- Lucas.

Lucas estaba preso de la ansiedad y dio un paso adelante. Pero una breve llamada le impidió caminar.

- Creo que algún día tú también me entenderás.

Fue entonces cuando una luz blanca pareció paralizar la vista frente a sus ojos. Al mismo tiempo, una voz tranquila que volaba a través del fuerte viento, atravesó su tímpano.

El Zhukulento Lobo Negro Solitario Es MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora