[Historia paralela 50: Lucas del mundo paralelo cruza las dimensiones]

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[Historia Paralela 5. Lo que sucede cuando Lucas del mundo paralelo cruza las dimensiones.]



El fin del mundo.

Había un árbol del mundo llamado el Árbol de los Dioses, ubicado en el tranquilo lugar donde surgía la misteriosa bruma de los colores del arco iris, cubierto de un poderoso maná.

Pero allí había un intruso, en un lugar al que no podían acceder los humanos corrientes.

- Cuánto tiempo sin verte, Árbol del mundo.

¡Kwaaang!

El mundo se vio sacudido por la aparición de un sonriente chico de pelo negro y ojos rojos.

- Bueno, ¿también te alegras de verme?

¡Kwaaang!

Si el Árbol del mundo pudiera hablar, estaría gritado: "¡¿Qué tonterías dices?!"

El nombre del chico que apareció frente al Árbol del mundo, es Lucas.

Lo raro es que él es el Gran Mago de la Torre Negra.

Pero su apariencia era la de un adolescente, pero su edad real era...

Era mucho más que eso.

¡Porque la persona frente al Árbol del mundo era un rostro que había visto hace cientos de años!

Además, Lucas era un hombre con sentido común pero llegó aquí y se lanzó al ruedo a pesar de que no era el momento de dar frutos.

Aún sigues vivo, no puedes evitar ser una cucaracha.

La energía negativa fluyó del Árbol del mundo.

- He tenido suficiente con el maná de la Princesa hasta ahora. Pero necesito reponer mis fuerzas urgentemente.

Lucas sonrió amenazadoramente mientras recordaba lo que sucedió hace unos días atrás.

Una energía oscura, varias veces más fuerte, fluyó de él, haciendo que el Árbol del mundo flaqueara sin darse cuenta.

Lucas apretó los dientes, recordando el humillante momento que le había hecho pasar un hombre de otro mundo.

Incluso ahora, cada vez que lo recordaba, apretaba los dientes de rabia y se despertaba pateando la manta.

Era verdad decir que cada vez que Lucas estaba furioso, las cordilleras y las llanuras se borraban del mapa una por una.

Así es.

Ahora este era el mismo mundo paralelo con el que se encontraron Athanasia y Lucas del otro mundo.

- Pero aprendí una cosa buena de ese bastardo.

Una sonrisa emergió sobre el rostro de Lucas.

Era una sonrisa de aspecto perverso. Lucas normalmente hacia esa mirada cuando planeaba hacer algo grande.

- No hay razón para que no pueda comer lo que él comió. ¿No crees?

La voz era bastante lúgubre, pero el árbol del mundo resopló ante Lucas.

Pero esta vez...

¡Te has equivocado de momento! Hace mucho tiempo que las frutas maduraron y todas cayeron. Entonces, ¿qué quieres decir con "comer"? ¡Idiota, recoge los restos que se han caído al suelo y comete eso!

El Zhukulento Lobo Negro Solitario Es MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora