[Capítulo 96]

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"Este puede ser mi regalo de cumpleaños anticipado. ¿Lo harías por mi?" 

"Si es tú deseo. ¿Qué es? dímelo."

"Quiero hacer un retrato. Como los otros retratos de la familia imperial, pero contigo."

Con un nuevo dolor de migraña, Claude reprimió un quejido y se agarró la cabeza.

Sí. No tenía por qué ser tan complicado. 

Solo tenía que deshacerse de la cosa que tenía delante.

Para eso necesitaba destruir esa pintura. Necesitaba deshacerte de ella...

Pero por alguna razón, su mano no se movió.

¿Quién era exactamente? ¿Qué es esa pintura? ¿Qué significaba la persona del recuadro para él?

- Me he vuelto completamente loco.

Viendo que su mente era un caos incluso ahora, esa niña probablemente le había hecho más de una o dos cosas.

Claude continuó mirando la pintura con una expresión tonta, la sensación de haber perdido algo precioso era similar a tragarse una espina. Permaneció en esa posición hasta que se puso el sol, preguntándose si se había vuelto loco.

**********

Después de eso, Claude estuvo invadido por el insomnio.

Todas las noches, mientras daba vueltas en su cama, seguía pensando en la persona que le provocaba dolores de cabeza. 

Cuando volvió a ver a la chica de la pintura, pensó que realmente debía matar a esa niña ahora.

- ¡Papá!

Debería haberla matado cuando la vio por primera vez. Eso era correcto, si era su hija o no, no importaba.

La imagen de la persona que no quería ver seguía destellando frente a él, y se sentía molesto cada vez que recordaba.

- ¿Te llevaste a Blackie?

Pero incluso cuando decidió matarla, no pudo seguir adelante. Su conciencia estaba evitando cualquier pensamiento sobre la niña que se hacia llamar su hija.

Así que necesitaba matarla en el momento que este frente a él. Si perdía la oportunidad, no podría volver a hacerlo.

- Papá, no mates a Blackie.

Niña tonta. Deberías estar preocupada por tu vida, así que ¿por qué estas preocupada por otra persona? Claude se preguntaba todo aquello sin saber que la miraba con ojos penetrantes.

- Papá...

¿Papá?

Cada vez que lo llamaba de esa manera, su corazón se estrujaba.

- Cállate. Si vuelves a llamarme de esa manera, te cortaré la lengua.

Pero porqué.

¿Por qué no podía matar a la persona que tenía delante?

- Debería matarte, pero tu actitud me divierte, así que te dejare vivir.

Loco bastardo. ¿De qué estaba hablando? ¿Iba a salvar a la chica malvada que debía matar? Era sencillo quitar de en medio a una chica tan indefensa. Todo lo que necesitaba hacer era extender su mano y lanzar algún hechizo.

- A partir de ahora, esta niña está confinada en el Palacio Esmeralda.

Pero no pudo hacer algo tan simple.

El Zhukulento Lobo Negro Solitario Es MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora