[Capítulo 166]

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Tal vez la princesa Athanasia ni siquiera lo recuerde, pero Zenit todavía recordaba los fuegos artificiales que vio con ella con tanta claridad como si hubiese sido ayer. Desde el día del festival, mantuvo el brazalete de bajo costo que Athanasia le regaló, como si fuese un valioso tesoro.

¿Realmente hay tal magia en el brazalete de su muñeca en este momento? Quería creerlo como una tonta aunque sabia que era imposible.

Athanasia parecía querer decirle algo a la lamentable Zenit. Pero, mirando que nunca dejó de llorar, la miró con un semblante lleno de culpa, no dijo ni una palabra, y al cabo de un rato, salió silenciosamente de la habitación.

**********

Cuando salió  del Palacio Esmeralda, la deslumbrante luz del sol brilló sobre su rostro. Mirando el lugar donde salió el sol, al parecer había pasado del mediodía.

Zenit se hospedó anoche en el Palacio Esmeralda como invitada de la Princesa Athanasia y no como una pecadora. Incluso ahora, solo Félix Robane, el caballero escolta de la princesa, la custodiaba sin que nadie la observara o la arrastrara.

El velo que cubría su rostro en este momento, probablemente también era consideración de la Princesa Athanasia. Si el emperador Claude, que anoche estaba profundamente enojado, la viera tan pronto como amaneciera de seguro daría la orden de matarla inmediatamente.

Entonces, Zenit dejo el Palacio Esmeralda. El caballero de sangre roja le señalo hacia donde debía ir de ahora en adelante, pero no lo escucho. Fue por el sentimiento de resignación como si ya no importara a donde la envíen en el futuro.

Sin embargo, después de un tiempo, Zenit dejó de caminar cuando vio unas siluetas familiares.

Era Ezekiel quien estaba junto a la princesa Athanasia. No sabia de qué estaban hablando, pero ninguno de los dos tenía rostros brillantes.

¿Has venido para comprobar mi estado?

Zenit pensó de repente mientras miraba a las dos personas desde la distancia.

Espero que todo desaparezca. Ojalá desaparecieran todas las cosas que no pueden ser mías.

 Efectivamente, solía pensar de esa manera cuando Ezekiel se lastimó el brazo. Dijo que no quería asistir al baile y ver a la princesa e Ezekiel juntos.

Pero de hecho, Zenit se odiaba a sí misma por pensar de ese modo, sintió que su corazón egoísta no podía controlarse, esto hizo que se quejara de sus seres queridos y fuera terrible con ellos, ya que deseaba su desgracia.

En primer lugar, el único deseo que siempre había tenido era ser alguien que pudiera estar al lado de las personas que ama con más confianza que ahora... 

Si...así que prefiero irme de este mundo.

¡Crack!

En ese momento, el brazalete que Zenit llevaba en la muñeca se rompió y cayó al suelo.

¡Hwaak!

El maná que había sido sellado por Lucas anoche, se desencadenó nuevamente y comenzó a inundarse fuera de ella. En medio de la escena, Zenit pudo ver a través del velo a Ezekiel, quien comenzó a correr apresuradamente hacia ella.

- ¡Zenit!

Oh, esta es la primera vez que corres hacia mí con tanta seriedad... Eso es todo, yo... Ah... Me alegro de que no hayas visto esta cara fea.

El Zhukulento Lobo Negro Solitario Es MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora