[Capítulo 141]

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- Ah, ¿es la soledad el destino del señor Lucas...? 

Solo el amor imposible de la niña de las azucenas estaba ardiendo.

- ¿Por qué el joven maestro Alpheus no está comprometido?

- Lo se,¿ verdad? Ya esta en la edad para casarse.

Las jóvenes cambiaron el tema de la conversación y empezaron a hablar de Ezekiel.

- ¿La señorita Magrita sabe la razón?

- Ezekiel ...

Sentí que la mirada de Zenit me tocó por un momento, pero en realidad fue solo un instante.

- No creo que se vaya a casar todavía.

- ¿Hay alguien en su corazón?

Las jóvenes preguntaron sin perder la oportunidad. Sentí que los oídos de las otras señoritas se agudizaban, me parecieron que eran lindas. Sonreí y las mire disimuladamente

- No hay forma de conocer su corazón.

A diferencia de antes, cuando Zenit había vacilado para dar una respuesta, esta vez, hablo directamente.

- Hasta donde yo sé, la persona más cercana a Ezekiel soy yo.

La voz de Zenit, que parecía estar cantando con solo susurrar en voz baja, fluía a través de las flores brillantes.

Pero sus palabras fueron un poco vagas de interpretar. Incluso las señoritas volvían la cabeza e intercambiaban miradas confusas entre ellas.

- Entonces, resulta que alguien dijo que la semana pasada vieron al joven maestro Alpheus y a la señorita Magrita afuera.

- Sí, salimos juntos.

- Por cierto, algunas personas dijeron que vieron al joven maestro Alpheus y a una mujer juntos en un café de postres ese día.

Detener.

En ese momento, mis manos y las de Zenit, que estábamos moviendo la taza de té, se detuvieron una al lado de la otra.

- Escuché que nadie sabe quien era esa mujer, ¿será solo un rumor?

Bien, afortunadamente. Inmediatamente después de reunirme con Ezekiel, no sabia si alguien mas me reconocería, así que lancé magia y me fui. Si no fuera por ello, probablemente el rumor de que "¡El joven maestro Alpheus estaba saliendo con una mujer de misteriosa que se parecía a la princesa Atanasia!" Habría arrasado por todo Obelia.

Zenit también inclinó la cabeza mirando los rostros curiosos de las jóvenes.

- Bueno, ¿Ezekiel conoció a alguien más ese día?

- ¿No la conoce, señorita Magrita?

- Sí, no importa lo cerca que estemos, no puedo saber todo sobre él.

Mire a Zenit, quien dejó la taza de té sobre la mesa y dejo de hablar. Las señoritas, captando el ambiente inmediatamente cambiaron el tema.

Zenit se sentó, apoyando su espalda sobre las flores brillantes,  escuchó  por un rato la conversación, pero luego se levantó rápidamente del asiento con una sonrisa vergonzosa.

- Discúlpenme por un momento.

En este punto, la mayoría se habían levantado para ir al baño, por lo que nadie presto atención a Zenit, que estaba saliendo del jardín.

- Ahora que la señorita Magrita esta ausente, podemos hablar más cómodamente.

Sin embargo, después de que Zenit desapareció por completo, una joven me preguntó con cuidado.

El Zhukulento Lobo Negro Solitario Es MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora