- Félix.
Claude no era una persona difícil de entender. Le hablo a Félix sin decir nada más. Significaba que la niña debía estar sentada en una silla. Debido a que era pequeña, no podía subirse a la mesa del té sola. Por supuesto, Claude no tuvo más opción que levantar a la niña y sentarla en una silla.
Al segundo siguiente, Claude no se perdió la mirada penetrante de Félix hacia él.
Sus ojos parecían decir: '¿Cómo puedes ser tan insensible incluso cuando ves la ternura de la princesa?'.
Lo sorprendente fue el hecho de que los cortesanos también miraban secretamente a Claude con una mirada bastante sutil, como si estuvieran de acuerdo con Félix.
Incluso Claude pensaba en ello, la niña era muy encantadora. Pensó que era muy sorprendente el hecho de que una niña como ella, naciera de alguien como él. Pero aun así, Claude adoptó una actitud seca cada vez que la veía.
- ¡Buenos días, papá!
Con la ayuda de Félix, la niña sentado en la silla volvió a sonreírle. Claude guardó silencio ante los habituales saludos pomposos.
Era media mañana. Por lo general, los refrigerios se realizaban entre las tres y las cuatro de la tarde, un poco después del almuerzo. Sin embargo, en algún momento Claude comenzó a llamar a la niña al palacio en ese momento.
No lo admitió, pero no fue hasta hace un mes, cuando la niña lo despertó tras entrar a su habitación en el Palacio Garnet.
Incluso entonces, la niña le dijo "buenos días". Aunque en realidad no era de mañana, sino de noche, y Claude le corrigió.
Sin ser consiente de ello, Claude estaba sonriendo. Estaba perplejo porque no podía entender las palabras de la niña, y fue interesante verla brillar y charlar sola. Por otro lado, se preguntaba: "¿Todos los niños son originalmente así?"
De cualquier manera, una pequeña risa desconocida, salió de sus labios.
Un cortesano que vino a servir el té en la taza vacía de Claude, se sorprendió cuando lo vio con aquella expresión extraña. El cortesano retrocedió silenciosamente después de mirar a la niña que todavía hablaba con entusiasmo.
La breve sonrisa desapareció de la boca de Claude. Luego volvió a su habitual rostro inexpresivo y miró a la niña.
No hace mucho, tenia un ligero dolor de cabeza, quizá porque su insomnio regreso. En medio de eso, se sintió somnoliento cuando trato de sentarse quieto sin hacer nada bajo el cálido sol.
- Papá, ¿qué es eso?
Un aroma familiar se estaba extendiendo fuera de la taza que preparo el cortesano antes. Siempre bebía este té, era casi como un hábito.
Claude se detuvo cuando vio a la niña preguntando con curiosidad.
- No es que disfrute realmente el sabor.
Pero curiosamente, la niña comenzó a insistir en que quería beber ese té.
- El sabor puede ser un poco fuerte para que la princesa lo disfrute.
- Mmm...realmente quiero probarlo.
Félix que estaba a su lado, le advirtió, pero la niña no retrocedió. Incluso Félix expresó ternura al ver sus mejillas regordetas.
- Esta bien. Si realmente quieres, no hay nada que pueda hacer.
Claude la miró en silencio, mientras la niña tomaba un sorbo.
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El Zhukulento Lobo Negro Solitario Es Mío
RomancePrincesa Encantadora / Who Made Me A Princess Novela Ligera [Completa] *Esta solo es una traducción al español desde su idioma original (coreano)*