Capítulo 04 🚬

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✨Editado✨

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--¡Vamos Keira! ¡Ya no sigas enfadada conmigo! —chilló Ludovica mientras me seguía.

Durante toda la mañana había estado evitándola y comenzaba a ser realmente muy fastidiosa. No entendía por qué insistía tanto en hablarme o pasar el rato conmigo. Pero me era... insoportable. La conocía de hace tres días y ya era más asfixiante que hundir la cara en la almohada.

—¡Vamos Keira, no seas así! —exclamó detrás de mí—. ¡Solo necesito que hagas una amiga y ya!

¿Qué demonios acababa de decir?

Me frené en seco. Deseando no explotar. Al voltearme, supe que mi expresión no era una agradable. Porque Ludovica retrocedió y sus ojos estaban exageradamente abiertos.

—¿A qué te refieres? —cuestioné cortando la distancia entre ambas, haciéndole frente.

Ludovica desvió la mirada, avergonzada.

—¿A qué mierda vino el «necesito» que hagas una amiga? ¡¿A qué?! —grité enfurecida.

Ella me miró nerviosa, quería que lo dijera en voz alta a pesar de ya saber su respuesta.

—El director me pidió que te ayude a incorporarte, eso es todo.

Sonreí irónica.

—¡Como si al director le fuera a importar la vida de una estúpida antisocial! —exclamé, logrando llamar la atención de varias personas que caminaban por el pasillo.

—No hables así de ti —murmuró Ludovica.

—Tú cállate —refunfuñé apuntándole con mi dedo índice—. ¿Venir a fingir querer mi amiga porque te lo pidió un imbécil? ¿Te crees que el mundo gira a tu alrededor o qué? ¿O es que disfrutas asfixiar a los demás?

La mirada de Ludovica se endureció mientras se llenaba de rabia. Apretó los puños, enfadada.

—Escúchame bien —masculló—. Te crees mejor por usar ropa de hombre e interesante por siempre llevar audífonos. Pero adivina qué, ¡Eres una mierda! Eres aburrida, depresiva y no soportas ni una broma. Ya entendí por qué tu padre le pidió al mío que alguien pase tiempo contigo, teme que un día de estos te mates. —Ludovica se dio la vuelta, y pensé que se marcharía sin más, pero antes de irse, me miró de reojo—. Y siendo totalmente honesta, que te mates, quizá sea lo mejor para todos.

Y tras aquello, se esfumó por los pasillos. Aquellos que se habían quedado a ver el espectáculo, terminaron siguiendo con lo suyo.

Y yo realmente quería seguir con lo mío, hacer como si nada e ir a mi clase. Pero me era imposible. Mi mente me estaba atormentando con el rencor y la culpa.

«¡Eres una mierda!».

«Aburrida».

«Depresiva».

Keira y sus problemas [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora