Arrastrar a Gen hasta el cine fue más complicado de lo esperado, pero una vez estando allí, miramos una película cómica y devoramos el pote de palomitas de maíz.
Por suerte Gen prestó atención y no se largó a llorar en plena película. Aunque el que tenía cara de amargado era Franchesco.
—¿Y a ti qué te pasa? —murmuré en su dirección, ya que se encontraba a mi lado.
Franchesco me miró con el ceño fruncido.
—No me gusta la película.
—¿Y es necesario que tengas esa cara?
—Peor que la tuya no creo que sea —masculló.
Le di un breve golpe en el hombro y este soltó un quejido.
—Me divertiría más besarte —me susurró al oído.
—Tienes que dejar de hacer esto —supliqué, se me estaba haciendo caótico que el sea tan... cautivador y yo no sepa controlar mis hormonas.
Es decir, no había pasado mucho desde que nos conocíamos, pero habían pasado tantas cosas a la vez que... sentía que tenía la confianza para lanzarme pero aún así tenía miedo.
Es decir, lo había besado, sí.
Y lo había disfrutado, mucho.
¿Pero eso significaba algo o no?
Porque había personas que solo se besaban y ya, sin ningún tipo de sentimientos de por medio. Y estaba bien, pero yo no quería caer por él y luego darme cuenta de que había sido una estúpida.
No estaba lista para arriesgarme.
—Yo solo diré que si he estado dos años sin estar con nadie, puedo tranquilamente esperarte —me dejó en claro.
Solté un suspiro.
Había algo en él que se me hacía interesante, pero a la vez me daba mala sensación. Se notaba que era un chico bueno, pero también uno demasiado caliente y tenía miedo de arruinar sus expectativas conmigo.
Especialmente porque cuando estábamos en el campus, no dejé que me toque más allá de por encima de la ropa. Pero él parecía muy dispuesto a hacer cualquier cosa.
—¿Podemos irnos? —soltó Gen de la nada—. Es que la película ya aburre y sé que no les gusta tampoco...
Franchesco fue el primero en ponerse de pie, rodé los ojos tras notar sus ansias de irse.
—Primero debo ir al baño, tanta soda me hizo mal. Espérenme cerquita —pidió mientras se dirigía en busca de un baño.
—Keira —me llamó Franchesco—. Me gusta como se te ve el trasero con ese pantalón, si me permites decirlo.
—¿Puedes callarte, ya? —farfullé, dándole la espalda.
Aunque debía admitir que sus halagos comenzaban a gustarme y a hacerme sentir un poquito mejor.
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Keira y sus problemas [COMPLETA]
Teen FictionLo último que esperaba Franchesco era que su vecina le llamase la atención, en cambio, Keira solo deseaba no meterse en problemas. 🚬 Keira nunca fue de tener amigos, de hecho, ya ni siquiera lo intentaba. De tanto mudarse, perdió la habilidad de so...