Capítulo 30 🚬

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Miré el móvil por décima vez, ya habían pasado una hora desde que había recibido el mensaje de Franchesco

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Miré el móvil por décima vez, ya habían pasado una hora desde que había recibido el mensaje de Franchesco.

Una hora desde que se había ido.

Y desde que yo lo había arruinado todo por mis inseguridades.

Tomé el móvil con mis manos y miré la hora. Eran casi las tres de la mañana.

Solté un suspiro, otro día sin dormir.

Me puse de pie buscando algo de pijama para ponerme. Mis piernas comenzaban a desagradarme otra vez, así que, entre más ropa tapándome, mejor.

Me coloqué un pantalón largo de pijama y una sudadera negra de Louis Tomlinson. Para luego atarme el cabello y sentarme en la silla junto a mi teclado.

Solté un suspiro mientras con mi dedo índice tocaba una tecla al azar.

En mi escritorio tenía algunas hojas y notas con frases al azar que había escrito con anterioridad. Tomé la primera que vi y la leí.

"Me siento una extraña en mi propio cuerpo. Joder, cuánto me detesto".

Ah, mierda...

Lo escribí cuando recién llegué a Bhack y lamentablemente, seguía sintiéndome igual.

Coloqué mis dedos y probé algunas melodías que tenía anotadas en mis partituras, hasta que me quedé con tres acordes que me gustaron combinados.

—Me siento una extraña... en mi propio cuerpo —canté bajito—. Joder... cuánto me detesto.

Bufé, mi voz aguda hacia buen contraste con los acordes, pero eso era lo único que tenía escrito.

Bajé mis manos hasta mis piernas y las pasé por estas, nerviosa. Mientras las palmas de mis manos subían y bajaban trataba de pensar en qué hacer.

Hasta que recordé las batallas de rap e improvisación.

¿Y si intentaba grabarme mientras tocaba? Quizá me salía algún escribillo y al grabrarlo tendría la letra y me aseguraría de no olvidarla.

Tomé el móvil rápidamente y coloqué el grabador de voz.

Volví a acomodar mis dedos sobre las teclas y tras ver los segundos del grabador correr comencé a tocar.

—Me siento una extraña... en mi propio cuerpo —canté—. Joder... cuánto me detesto...

»Tengo dieciséis y solo quiero desaparecer.

No quiero que juegues conmigo.

Si estamos bien siendo amigos.

Pero tus besos son...

Pero tus besos son adic-tivos.

Vi-vivo por tu calor.

Keira y sus problemas [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora