Llevaba quince minutos esperando a alguien en la sala de interrogatorios. Aún no sabía qué hacía ahí si yo ya había dicho todo de camino al cuarto, pero no tenía opción de irme.
Cuando ya me estaba hartando, la puerta se abrió dejando entrever un tacón de punta fina.
La mujer que en la habitación había entrado me parecía demasiado conocida. Aquel pelo oscuro, aquella sonrisa y aquellos pendientes en labios y nariz ya los había visto antes.
-¿Tú? -dijo ella con notoria sorpresa.
Cogió asiento frente a la mesa que nos separaba y, apoyando la espalda en el respaldo, revisó los papeles que llevaba consigo, de seguro era mi expediente.
-Así que otra vez por aquí, ¿Eh? -preguntó divertida. Levantó la mirada y me observó tras sus largas pestañas pintadas.
Le observé perplejo, sin terminar de entender de qué la conocía tanto.
-Ya veo... ¿No te acuerdas de mí? Quizás recuerdes mejor a mi hermana.
Desabrochó un par de botones de su camisa blanca dejando al descubierto el tirante de su sujetador de encaje negro.
-Aquí está -señaló su espalda girándose.
Solté un pequeño grito ahogado al reconocer de inmediato aquel rostro alegre y, aunque en el tatuaje se veía en blanco y negro, yo juraba ver el rubio de su pelo.
-Ashley... -murmuré desviando los ojos a los de la mujer portadora del dibujo.
-Sí, ella es -sonrió orgullosa- veo normal que no me recuerdes, pues ambos éramos muy pequeños, pero parece que el universo quiere que nos reunamos de nuevo -habló recolocándose el traje.
-¿Entonces eres...?
-Amalia Pitterson y volviendo a lo profesional... -se echó hacia delante apoyándose sobre los codos- estoy al tanto de todo tu expediente.
Fui a abrir la boca para comentar, pero ella levantó un dedo en el aire y siguió hablando:
-Estoy de tu lado y quiero reabrir el caso -dijo emocionada.
-¿El caso? -pregunté sin entender, es decir, nadie del cuerpo se había centrado en los casos que le rodeaban. No me lo podía creer.
-Sí, bueno, los casos, pero algo me dice que están entrelazados así que lo denominó como uno solo.
¿Podría confiar en su palabra?
Es la hermana de Ashley y todo, pero... ¿Será Amalia como ella?
-Al ser el único familiar al que he conseguido localizar y al que me interesaba -siguió explicando a los segundos- te he de preguntar a tí si quieres que se reabra o no, porque yo no sé si estás intentado superarlo o...
-¡Sí! ¡Sí! -boté en la silla. Carraspeé controlándome- perdón -sonreí- pero hay algo que no entiendo -volví a la serenidad.
Me observó expectante.
-¿Por qué quieres reabrirlo?
-Muy fácil, -soltó con soltura- es un gran caso el cual doy por ende que esconde una larga historia y tú estás en medio, sin embargo, no se sabe prácticamente nada de tu versión.
-Como dijiste antes, era muy pequeño y no tuvieron en cuenta mi declaración.
-Mmm... -sospesó- pero ahora sí se te puede tener en cuenta... -me miró levantando una ceja.
-¿Eso significa...?
Pareció volver en sí parpadeando repetidamente.
-Significa que estaba hablando sola y que tendré que ojear mejor estos papeles -me sonrió sin enseñar los dientes.
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Mi perdición [EMILIACO]
Fiksi PenggemarJoaquín Marconi, hijo del jefe de la mafia más poderosa de México, es solo un chico de veintitrés años, pero ya ha visto y cometido más de uno y de dos delitos graves. Su padre tiene algunas cosas sin resolver con los Gressorio, por lo que su mayor...