Narra Valentina..
No tengo ni la más remota idea de cómo llegué a mi cama; pero aquí estoy, viendo al techo esperando a que algún hada madrina venga y me de ánimos, me diga que todo fue un maldito sueño. Aunque se que no lo es.
No tengo ganas de nada, solo quiero que mi cuerpo se funda sobre el colchón y quedarme aquí el resto de mi patética vida.
—¡Valentina, se te hace tarde!— gritó mi tía entrando desesperadamente a mi habitación —¿Qué se supone que haces?— pregunto y sentí su pesada mirada sobre mi.
Negué:—No quiero ir— dije sintiendo un nudo en mi garganta —¿Puedo faltar? Solo hoy— rogué sin quitar la mirada del techo.
—¿Porque quieres faltar, Val?— pregunto, sentándose en un espacio de la cama.
No le pensaba decir la verdad, pero, ¿Cuál era esa verdad? Ni siquiera yo la sabía y tampoco tenía muchas ganas de conocerla, porque me terminaría de romper.
Alcé mis hombros:— Solo no quiero ir.
—¿Tiene que ver Villa en la ecuación?— pregunto
—Tal vez...— murmuré sintiendo el ya conocido nudo de mi garganta formarse.
—Entiendo que no quieras hablar sobre lo que paso— suspiró — Pero te podemos escuchar, ¿Bien?— asentí
—¿Entonces si me puedo quedar hoy?— por primera vez baje la mirada hacia ella.
—No, vas a ir... Quieras o no.
Escuché el portazo que retumbó por toda mi habitación, me hizo dar un brinco.
Volteé un poco hacia la pequeña ventana de mi habitación, tratando de darme ánimos para darme. Pero estaba nublado
Genial
Como pude me levanté de la cama y me puse mi uniforme de mala gana, amarré mi cabello en un moño alto, tratando de disimular que no estaba lavado ni peinado. Lavé mis dientes y al terminar baje las escaleras; encontrándome con Martín en la sala de estar tomando un vaso de leche
—¿Qué haces aquí?— pregunté sentándome a un lado suyo
—Primero que nada, buenos días— dijo con una sonrisa y aunque sabía que lo hacía para relajar mis ánimos. Pero no lo logró, solo aumento mi mal humor —¿Mal chiste?
—Terrible— dije y deje caer mi cabeza sobre su hombro —¿Fue una pesadilla?— pregunté aún sabiendo que no lo era. Negó
—Pero...— dijo levantando mi cabeza para verlo —Mi mamá nos llevará a la escuela el restó de la semana— hablo con una sonrisa
Alcé un poco la comisura de mi labio tratando de hacer la mayor mueca de sonrisa posible hacia mi mejor amigo y su brillante cerebro.
—Gracias— murmuré —eres el mejor amigo del universo.
—Lo sé, lo sé— dijo con una sonrisa — Ahora, vamos que mi mamá nos espera
Se levantó de dónde estaba sentado y después de ambos despedirnos salimos del lugar, encontrando el carro de los Vargas fuera.
—Buen día, Val— saludo Juana con una sonrisa, cuando ambos estábamos en la parte trasera del carro.
—Hola.
Narra Villa..
—No quiero ir— dije poniendo un almohadón encima de mi cabeza.
—No fue pregunta, Juan Pablo— la voz autoritaria de mi padre resonó por mi habitación. —Tomara los pantalones que le faltaron e irá al colegio.
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Una Vida Juntos- Juan Pablo Villamil/Morat.
Roman pour AdolescentsY así es cómo empezamos a estar en "Una Vida Juntos".