Capitulo 36

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Narra Valentina..

¿Han tenido un presentimiento, de esos que llegan hasta el fondo de su alma, por qué sienten que algo no está bien?

Eso era justo lo que sentía con Juan Pablo y su amigo.

El tiene todo derecho a salir con quién quisiera, ¿No? Pero si era solo un amigo, ¿Por qué mentir?

—Llegué— dije cerrando la puerta a mi espalda

—¿Cómo estuvo? ¿Te divertiste?— habló mi abuela desde la cocina

—Am, si todo estuvo genial— murmuré bajando la mirada hacia mis tennis

—¿Por qué no te creo?— alcé mis hombros en forma de respuesta —Estabas más animada antes de irte.

—Todo estuvo bien, solo estoy cansada— levanté mi mirada para verla

—Claro— volteó los ojos con desaprobación —¿Tienes tarea?

—Si un poco.

—Bueno, hazla y ya después haces lo que quieras, ¿Está bien?

—¿Cómo ir a dormir a la casa de los Vargas?— mi cerebro busco entre los almacenes de sonrisas, la más inocente y que pudiera convencer a cualquier persona, y la mando a mi boca

—No.

—Solo quería ver si está vez te podía convencer— levanté mis hombros y subí a mi habitación

Subí hacia mi habitación y recosté mi espalda en la puerta. Mi cabeza no dejaba de darle vueltas y vueltas a lo sucedido anteriormente

—Val, ¿llegaste?— habló Juan del otro lado de la puerta. Cerré mis ojos al escuchar su voz, necesitaba centrar mi atención en otra cosa y él era una muy buena distracción para mi cabeza

—Claro pequeño, pasa.

—¿Podemos jugar algo? Estoy aburrido

—¿Qué quieres jugar?— pregunté poniéndome a su altura

—Con carros— habló emocionado —Ven, vamos.

Tomó mi mano y caminamos hacia su habitación, supongo que mi plan de adelantar el proyecto y estudiar para el examen de física se habían ido al diablo

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—No se por que me hace dudar— resopló Martín mientras comíamos algo en la escuela

Después de que los mayores estuvieran insistiendo por varios minutos tratando de convencernos de que fuéramos a comer algo, y las palabras de Fátima "Yo me encargo de que no hagan nada malo" decidimos ir a comer algo. Aunque la presencia de Fátima en nuestro grupo seguía incomodando a la mayoría de los que estábamos, tratamos de que no fuera tan notorio nuestro desagrado hacia ella.

Antes de qué Paulina se juntara con nosotros, era una de las amigas de Fátima y aunque ella nunca colaboró en ninguna de las maldades de su amiga, seguía siendo amiga de la persona que buscaba mil y un formas de afectarnos a Martín y a mi. A los pocos años, Paulina tuvo una fuerte pelea con su amiga, lo que ocasionó su separación y que ella nos empezará a hablar.

Estábamos los tres comiendo (Paulina, Martín y yo), después de pasar la mayoría de la mañana haciendo el maldito proyecto de artes, decidimos darnos un tiempo para comer, mientras que los mayores estaban haciendo algunos detalles de sus respectivos anuarios escolares. Les había contado la plática con Villa, y todos quedamos con la misma pregunta Si era su amigo, ¿por qué mentir?

—Tal vez no pensaba tardar por eso lo hizo— hablo Paulina después de tragar un pedazo de comida

Volteé mi mirada hacia ellos, y lo vi pasando una capa de pegamento blanco por cartón. No es una persona que haga daño. Volteo a verme, con una sonrisa preciosa y su mano libre, me saludo del otro lado del patio

Una Vida Juntos- Juan Pablo Villamil/Morat.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora