Capitulo 24

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Narra Valentina..

La mejor noche de mi vida, sin duda alguna, Juan Pablo me hizo tocar el cielo y más allá.  Mis piernas temblaban al sentirlo dentro de mi, fuera su lengua, sus perfectos dedos o su pene, al ser el era todo perfecto.

Desperté gracias a una mano que masajeba mi trasero. Vi a Juan Pablo, viendo su teléfono con su mano disponible.

-Perdón, ¿Te desperté?- dijo con su voz ronca, amo su voz ronca. Bloqueado su teléfono y poniéndolo en la mesita de noche.

-No, solo sentí extraño-.

-¿No te gusta?- frunció e ceño quitando su mano.

-Si, solo que nunca lo había sentido- respondí alzando los hombros.

-Me encanta ser el primero con quién sientes ese tipo de cosas- dijo dejando un beso en mis labios, el cual fue interrumpido por mi teléfono.

-Mierda- maldeci respondiendo la llamada.

-¿Diga?- dije atendiendo la llamada -Pero no puedo- dije al escuchar la petición del otro lado de la línea -pero...- trate de reprochar -ok voy para allá- colgué. Vi la mirada de Juan Pablo hacia mi.

-Necesita que vaya a cuidar a Juan- expliqué tratando de ponerme de pie.

-Pero me estás cuidando- dijo haciendo un puchero.

-Habla de Juan Balbuena- expliqué -¡Auchh!- grité de dolor.

-¿Qué tienes?- pregunto preocupado llegando alado mío.

-Me duele- expliqué agitada. Sentía una punzada en mi entrepierna

Narra Villa..

No pude evitar soltar una sonrisa de satisfacción al escuchar que le dolía la entrepierna.

-Es por la genial noche de ayer, querida- dije atrás de ella, abrazando su desnudo cuerpo. -Eres tan perfecta- dije dejando un par de besos por su cuello.

Hizo su cuello para atrás, dejando más campo para besar -Mmmh, Juan-

-Me encantas- dije volteandola para que quedara enfrente mío

-Me encantaría seguir con esto, pero me están esperando- dijo separándose.

-¿Vamos a desayunar?- dije tomandola de la mano.

-No puedo bajar así- dijo refiriéndose a su cuerpo desnudo.

-No, no puedes, solo yo te puedo ver así- dije buscando mi camisa -Ten, pontela- dije dándole mi camisa

-Tu tampoco vas a bajar así, ponte tu pantalón, que eso es solo mío- dijo mordiéndose el labio.

-Solo tuyo- dije poniéndome mi boxer y después mi pantalón.

Ella se puso sus bragas y encima mi camisa, que le quedaba algo grande.

-No sabes las ganas que tengo de hacerte mia- dije dejando un beso en sus labios.

-Calma campeón- dijo separandose del beso.

Bajamos a desayunar y ya todos estaban abajo.

-Buenos días parejita- dijo Isaza tomando un sorbo de su café.

-¿Cómo durmieron?- pregunto coqueta Esperanza.

-¿Esa no es tu camisa, Villamil?- pregunto Paulina señalando a ambos.

-Si es mía- dije simple.

-Valentina, ¿Qué carajos le pasó en el cuello?- pregunto Martín.

-Nada- respondió en seco, poniendo su mano en una de las marcas de los besos de la noche.

Una Vida Juntos- Juan Pablo Villamil/Morat.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora