Narra Villa..
Después de haber dejado a Valentina en su salón, corrí lo más rápido posible para llegar a mi salón a tiempo, lo cual fue totalmente de imposible por qué estaba del otro lado de la escuela, como puede llegué al salón que compartía con los chicos.
-¿Puedo pasar?- dije con el pequeño hilo de voz que me quedaba.
-Quince minutos tarde, señor Villamil- dijo sería la maestra.
-Disculpe la tardanza- me disculpé tratando de recuperar la respiración.
-Pase- dijo y siguió con su clase.
Entre al salón y tome lugar entre Simón e Isaza. Las clases fueron muy cansadas, era de los últimos días de escuela. Todo el día fue tratar de averiguar que iba a hacer con mi vida, ¿a qué me iba a dedicar? Etcétera.
Al término de la primera mitad de las clases, sonó el timbre, iniciando con el receso. Salimos corriendo de aquel lugar hacia el patio, al poco tiempo llego Martín junto a Paulina, pero sin Valentina.
-¿Y Valentina?- inquirí con preocupación.
-Tranquilo, no está con Agustín- dijo burlón Martín.
-El profesor pidió que las personas que se habían concursado por la beca se quedarán un momento en el salón- explico tranquila Paulina.
No sabía de aquella beca, ella no lo había mencionado.
Narra Valentina..
Se me había olvidado por completo que hoy daban los resultados de la beca, la cual estaba ansiosa de saber los resultados.
Habíamos diez personas esperando los resultados, pero solo habían dos lugares para aquella beca.
-Bien, como todos los presentes saben hoy daremos los resultados de la beca para la mejor escuela de arte en México. Todos hicieron un gran trabajo, son muy talentos, no dejen sus sueños de lado por no quedar en aquella escuela- empezó a decir -Pero solo dos personas pueden tener la beca, y esas son...- hizo una pausa sacando un papel de un sobre -Jesus Segura y...- hay perdí toda esperanza en mi -Valentina Cázares- no podía creer lo que acababa de escuchar.
Todo el mundo soltaba aplausos sobre nosotros.
-Terminando el receso, los veo en el salón- dijo saliendo de aquel lugar lugar.
-¿Valentina?- inquirió una voz que se me hizo conocida.
-¿Si?- volteé hacia la voz.
-¿No me recuerdas?- pregunto gracioso, era el repartidor de pizzas.
-Hola, no te había reconocido- dije guardando mis cosas.
-Yo no pude olvidarme de ti- dijo aceranandose seductoramente hacia mi.
-Lo siento- dije tomando mi mochila y caminando hacia la salida del salón.
-¿Por qué no platicamos?- dijo poniéndose enfrente de la puerta.
-Perdón, tengo que ir con mis amigos- dije dándole vuelta para poder ver salir de aquel salón.
Suspire aliviada y empecé a caminar hacia la salida, los vi sentados en la mesa de siempre. Se me ocurrió una idea, hacerles creer que no había quedado.
Empecé a caminar lentamente y cabizbaja hacia ellos.
-Hey- dije cansada llegando a la mesa.
-¿Y? ¿Quedaste?- pregunto emocionado Martín.
Lo volteé a ver de mala gana, y vi como todos cambiaron su expresión.
-¡Oh, Vale! Lo siento, ellos perdieron a una de las mejores artistas- dijo Martín llegando alado mío.
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Una Vida Juntos- Juan Pablo Villamil/Morat.
Novela JuvenilY así es cómo empezamos a estar en "Una Vida Juntos".