Una Vida Juntos- Juan Pablo Villamil/Morat.

Capitulo 48

Narra Villa..

El día siguió igual de triste como lo introdujo la mañana, incluyendo lluvía a la hora de terminar las clases.

Al salir del edificio vi el carro de los Vargas en la entrada de la escuela, hasta que vi salir a Martín junto con Valentina, caminando hacia el auto.

Ahora entendía como habían llegado. Seguí con mi paso hacia la estación, mientras abrazaba mi cuerpo caminando a paso rápido para entrar lo más posible en calor.

Me senté en las bancas que había en la estación. Al momento, llegaron Simón, Isaza y Alejo a mi lado.

—Con este frío no da hagas de hacer nada— dijo Alejo haciendo fricción entre sus manos

—Voy a llegar a meterme a mi cama y no pienso salir de ella en todo el maldito día— le siguió Isaza.

Me perdí en mis recuerdos mientras mis amigos tenían una plática sobre el clima frío que hacía.

A Val le gusta el frío pero le aterra la lluvia.

Trueno. Salto.

Relámpago, salto

-¿Segura qué esta bien?- pregunté con preocupación a los leves brinquitos que debe

-Claro- dijo mirándome, con una capa de miedo sobre su rostro -¡Mierda!- soltó tapándose la cara lo más posible.

La abrace contra mí cuerpo al verle como el miedo la sobre pasaba. Dejo sus manos en su cara, mientras caía la tormenta lejos de nosotros.

Trueno, brinco.

-Tranquila, mi niña. Yo te cuido- dije dejando un beso sobre su cabeza.

La lleve conmigo hasta la cama si dejar que se separará de mi.

—¡Villamil!— grito alguien sacándome del bonito recuerdo —Ya llegó el autobús.

Rápidamente me levanté de mi asiento caminando hacia el bus.

—¿En qué pensaba?— pregunto Simón extrañado, quien venía detrás mío.

—Nada.

Me senté un uno de los asientos vacíos  encontré y me quedé viendo el paisaje.

—Me gusta más lo que ven ahora mis ojos.— dije pasando mis manos por su cintura

Era la primera vez que la llevaba al parquesito que estaba casi a la afueras de la cuidad. Lugar que siempre me recordaba a ella, por la tranquilidad y paz que me brindaba.

Esa carita de felicidad que tenía al ver el paisaje, jamás se me olvidará

—Yo también prefiero está vista.— dijo dejando sus manos en mi rostro para después besarme lenta y cariñosamente

Todo eso lo hice basura, todas las veces que ella me pido que le hablara con la verdad y le mentí por miedo a perderla. Y aún así paso, ahora no tenía nada.

Sentí agua salada salir de mis ojos, pero rápidamente los limpie, no podía ser más idiota.

Al llegar a la estación me despedí de mis amigos y caminé hacia mi casa, la lluvia había disminuido notablemente así que caminé despacio a dirección de mi casa, dejando que las pequeñas gotas de lluvia me mojaran.

Narra Valentina..

Al llegar a casa, la encontré totalmente vacía. Subí las escaleras escuchando la lluvia caer afuera de mi, haciendo que un pequeño escalofrío corriera por mi espina dorsal.