Capitulo final.
Narra Valentina..
No supe nada de Villa desde ese día, me inventé alguna enfermedad para no ir a la escuela, gracias a alguno de los dioses a los que les recé aceptaron que me quedara el resto de la semana en la casa.
Martín a venido después después de la escuela a tratar de sacarme de la cama, pero se quedo en eso. Tratar.
Hoy es sábado, día de la graduación y si fuera por mi seguiría metida en mi cama como los días pasados. Y aunque quisiera levantarme, la pesadez de mi cuerpo y mis sentimientos encontrados era más que mis ganas de levantarme de la cama.
—¡Ya me cansé!— el portazo sonó junto con la voz de mi tía. Cerré los ojos ante los rayos de luz que se mezclaban entre la oscuridad que reino estos días en mi habitación —te levantarás de ese lugar— dijo subiendo las persianas de la ventana —te ducharas y te arreglarás para la graduación.
—no tengo nada que hacer ahí— dije dando media vuelta, evitando la luz
—te recuerdo que también se gradúan tus amigos— tiene un punto
—no quiero ir— dije y me quitó las cobijas de encima. —ellos entenderán.
—si entendieran o no, es tu deber ir.
—no lo quiero ver— suspiré sintiendo el característico nudo en mi garganta formarse —es... difícil.
—tal vez sea la primera vez que te rompan el corazón, pero...— hizo una pausa, como si buscará las palabras correctas —no va a ser la última y no vas a poder tirarte al suelo y llorar como María Magdalena.
Tiene un punto. Triste pero es un buen punto.
—nunca me tiré al suelo a llorar— recrimine.
—bueno, entonces va a bañarte.
—pero...
—baño, ahora— jalo de mi brazo levantándome de un tirón de la cómoda cama —apestas a tristeza y cama.
—fueron mis únicos modos en estos días— obvie.
—y espero que lo hayas disfrutado, porque esos días llegaron a su fin
Caminé pesadamente hacia el baño sintiendo el frío de la madera en el suelo, me desnudo una vez adentro del baño y abro la llave del agua caliente. Sentí como el agua caliente caer encima mío, cerrando los ojos.
Odiaba el sentimiento que vivía en mi, ni siquiera sabía cómo definirlo pero me mataba lentamente. Odiaba que le haya dado el derecho de acabar conmigo como lo hizo. Odiaba no poder odiarlo, porque lo seguía amando y sabía que si volvía, caería a sus pies y seguramente le pediría perdón.
Odiaba que tuviera tanto control en mi vida.
Mis lágrimas se mezclaban entre el agua que caía de la ducha, pero de alguna forma de sentía más liberador que llorar sobre mi almohada que seguramente está harta de mí, se sentía como si estuviera llorando conmigo.
Ridícula..
Después de algunos minutos debajo del agua caliente, salí del baño envuelta en una de las toallas blancas.
—me veo horrible— me hable viéndome al espejo. Las ojeras sobre mis ojos
Volteé mi mirada hacia mi cama, la cuál estaba hecha con el vestido azul que ocupe para el baile de graduación encima.
La pesadez de mi cuerpo había disminuido un poco con el baño caliente, y aunque me pesaba vestirme y arreglarme, fue más tolerable de lo que había creído.
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Una Vida Juntos- Juan Pablo Villamil/Morat.
Teen FictionY así es cómo empezamos a estar en "Una Vida Juntos".