Narra Valentina
-Es hora- dije entrando al cuarto de Juan a despertarlo.
-¿Sabes que es lo malo de estar de regreso- dijo parándose de la cama.
-No, ¿Qué es?- dije caminando por su uniforme.
-Tener que despertar tan temprano- reprochó mientras se ponía el uniforme.
Aunque se vestía solo, era necesario estar con el, para que se vista de una manera adecuada.
-¿Y sabes que es lo bueno?- dijo mientras esperaba a que amarrara sus zapatos.
-No- respondi amarrando sus zapatos.
-Ver a tus amigos, en espacial Juan- me acaba de dar un paro cardíaco -Pero el Juan que te gusta, no el otro- aclaro después de todo.
-Genial- dije entre dientes.
-¿Se pelearon?- pregunto dando un brinco para bajar de la cama.
-Algo por el estilo- dije tratando de no dar muchas explicaciones.
Bajamos a desayunar, para después salir de casa, hacia la parada del autobús. No iba a hacer que Juan caminara 40 minutos por un enojo.
En el camino le fui explicando como me sentía. No puedo creer que un niño de 5 años que apenas se sabía vestir solo, me estaba aconsejado sobre la vida.
-Pequeño- dije parando la caminata.
-Dime-
-Ni una palabra de esto a ellos, ¿ok?- dije estirando mi meñique.
-Si- dijo uniendo su meñique con el mío.
-Y otra cosa, no voy a ir en el lugar de siempre, voy a estar adelante. No te muevas de tu lugar por nada del mundo- le pedí mientras seguíamos caminando.
-Tienes que madurar, Valentina-
-No sabes que significa madurar- dije sacando la lengua.
-Te estás peleando con un niño de 5 años por qué te dijo que tenías que madurar, no creo que eso haga una persona madura- dijo imitando mi acción.
-Callate- dije dándole un pequeño golpe en la cabeza.
-Hola, Vale- dijo la más pequeña de los Vargas.
-Hola, Ali- saludé.
Y como todos los días, Juan corrió a los brazos de Martín.
Hasta que llegó el autobús, y nos subimos de la misma forma de siempre: primero yo, después Juan y Alicia, luego Martín y al final Simón. Y como lo prometido es deuda, me senté en el primer asiento del autobús, pegado a una ventana.
Narra Villa..
Estaba esperando al autobús para ir a la escuela.
-¿Cómo está?- pregunto Isaza por atrás.
-Bien, supongo- respondi levando los hombros.
-Le hace falta Valentina en su vida- dijo Alejo tratando de hacerme reír.
-No va a funcionar- negué.
Llegó el autobús y nos subimos. Valentina no estaba en el lugar de siempre, pero había otra cosa extraña.
Me iba a sentar alado de ella cuando grito una voz.
-¡Juaaaaaan!-grito una voz que extrañaba.
-¡Juan!- dije con emoción. Enserio había extrañado a ese niño.
Me pase a su lugar y como siempre lo puse en mis piernas.
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Una Vida Juntos- Juan Pablo Villamil/Morat.
Novela JuvenilY así es cómo empezamos a estar en "Una Vida Juntos".