Narra Valentina..
Me arreglé con un vestido negro que me llegaba arriba de las rodillas, metí mis pies unos zapatos negros con un broche dorado junto a un pequeño moño y terminé con una coleta baja en mi cabello.
Tenía miedo, mucha ansiedad y pánico, mis manos temblaban al igual que mis piernas. Mi mente entraba perdida en algunas cosas qué me pudieran pasar, y ninguna era muy buena que digamos.
¿Qué iba a pasar si no le concedan la custodia?
¿Me tratarían peor por querer irme?
¿Si decíamos tantas cosas malas qué les quitaban la custodia también de Juan?
Eso no seria tan malo como lo demás puntos.
¡Dejarías a tu primo sin padres! ¿Eso no seria tan malo?
Mi mirada estaba perdida entre mi reflejo del espejo frente a mi, mientras mi mente divagaba entre suposiciones y cosas negativas
—Val— habló mi tía entrando a mi habitación —¿Estás lista?
Su voz estaba sin fuerza y su cara no tenía expresión alguna.
—Si— suspiré —Creo que si.
—¿Estás segura de hacer esto?— preguntó pasándose por mi espalda, poniendo sus manos en mi hombros —Aún estás a tiempo de cambiar de opción.
—Es lo mejor— hablé viendo su reflejo por el espejo —Asi ustedes tendrán una vida más tranquila.
—Val, yo no...
—Déjalo, está bien— hablé dando media vuelta para poder verla —Tu tienes una familia y ellos están primero... lo entiendo y está... bien.
—No Valentina, no está bien...
—Qué bueno que sabes que no estuvo bien todo lo que le pasó bajo tu cuidado— habló mi abuela, entrando a mi habitación.
—No hagas un drama aquí, Rocío.
—Ana— llamó mi abuela, haciendo caso omiso la comentario de la otra mujer —¿Estás segura de hacer todo esto? Llegando allá, ya no puedes cambiar de opinión
—Si, estoy segura.
—Genial, entonces termina de arreglarte y nos vamos— habló para después voltear su mirada hacia mi tía —Tatiana, ¿podemos hablar afuera?
La tensión entre las dos era tan fuerte y tangible que me sentía extremadamente incómoda entre ellas. Y parecía que el tema de la custodia era solo una sombra de todos los problemas que había entre ellas. ¿Por qué tanto odio entre ellas?
Mi tía volteó su mirada hacia mi por unos segundos y después salió de la habitación hablando entre dientes, seguida de mi abuela.
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—¿Porqué quieren hacer el cambio de tutela?— preguntó la jueza familiar.
Llevabamos más de media hora esperando su llegada, y empezaban a dar ganas de salir de ese lugar y solo irme sin cambiar nada, total, no iba a llegar nadie a sacarme de la casa ¿No?
—Por lo que hay en el expediente— dice abriendo el folder negro que estaba en sus manos —La tutela se le pasaba a la señora Rocio Cázares, pero al parecer ella la negó— levantó la mirada del papel —Y ahora la quiere ¿porque?
—Por que no estaba bien ni psicológica y físicamente— hablo mi abuela. Perdió a su hijo, supongo que es entendible —En aquél accidente perdí a tres hijos y un nieto— ¿¡Tres!?
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Una Vida Juntos- Juan Pablo Villamil/Morat.
Ficção AdolescenteY así es cómo empezamos a estar en "Una Vida Juntos".