II/II (28) - Presente

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Luego de tirarse de los pelos con Louis nuevamente e insultarse hasta que ambos estuvieron satisfechos, Zayn se arregló para salir con el intruso de su amigo, quien había insistido de forma hartante acerca de ir a dar una vuelta juntos.

Estuvieron toda la tarde paseando por la ciudad en el deportivo negro de Louis, cuya licencia de conducir no llevaba ni siquiera tres días en sus manos. Se detuvieron a desayunar (aunque ya fuese hora de almorzar), en una cafetería del centro donde aprovecharon para desempolvar viejas anécdotas del pasado que por un momento los hicieron reír, pero en un punto tuvieron al moreno amenazándolo con un tenedor demasiado filoso que pudo terminar enterrado en su yugular de haber pronunciado una palabra más.

El resto del día estuvieron visitando tiendas y llevándose prendas ridículamente caras que Louis arrojaba a su canasta como si no valieran un penique.

Poco a poco el sol comenzó a ocultarse, y cuando Zayn creyó que finalmente volvería a casa para echarse a morir sobre un nido de mantas, vio al castaño tomar un rumbo distinto.

"Oye, te dije que estoy cansado, da la vuelta" le gruñó desde el asiento copiloto, mirándolo con disgusto.

Su amigo hizo oídos sordos, concentrado en el camino.

"... ¡Louis!" el llamado fue ignorado sin esfuerzo y sintió su sangre hervir "¡Estoy hablando contigo, tragador profesional!"

En ese instante, el mayor soltó una risotada empapada de una satisfacción que no mejoró el humor del moreno.

"En efecto, lo soy" corroboró orgulloso, y antes de que Zayn fuera capaz de propinarle un golpe que probablemente lo dejaría inhabilitado para seguir conduciendo, añadió: "Tengo que llevarte a un último lugar. Aunque seas un ogro de mierda, hay personas que quieren verte".

El chico lo observó con una arruga en medio de las cejas.

"¿De qué carajos hablas?, ¿Le contaste a alguien más que hoy es mi cumpleaños?" le inquirió, viéndolo sonreír medio segundo tras estacionar el auto en frente de un establecimiento que conocía de sobra...

Daisy's lucía exactamente como el último día en el que estuvo frente a la estufa caliente friendo tiras de pollo, o fregando las mesas con un trapo más agujereado que los calzoncillos que Louis usaba para andar por la casa.

El letrero brillante destellaba bajo el anaranjado atardecer, y aún desde el interior del vehículo pudo divisar los globos coloridos que decoraban el local.

Los ojos se le aguaron.

Su corazón se comprimió, haciéndose un nudo dentro de su pecho, pero aquella vez el motivo no pudo estar más lejos de un sentimiento de tristeza.

Zayn estaba feliz; tan condenadamente feliz que antes de que la primera lágrima cayera de sus ojos, salió corriendo del auto, quedándose paralizado tras abrir la puerta de cristal y...

"¡SORPRESA!"

Un lío de brazos lo arroparon por completo junto al estrépito de las serpentinas reventando por doquier, alimentando la duda de si se trataba de otro sueño más, como las veces en las que Liam lo besaba en los labios, o cuando amanecía apoyado en su pecho cálido.

Todos se encontraban allí, incluso Melody que ¡¡estaba sonriendo!!

Sí, definitivamente era un sueño. ¡No!, una pesadilla más bien, sí.

Melody, la chica odiosa y aburrida que siempre le ponía mala cara cuando la saludaba los días que le tocaba turno por las mañanas, le dedicó la sonrisa más bonita que había visto, mientras le gritaba "¡Feliz cumpleaños!" por encima de la ruidosa música.

Daisy flowers  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora