II/II (29) - "Nos vamos a París"

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Cuando la frase escapó de los labios de su novio, Zayn naturalmente se lo tomó a forma de broma, soltando una risa cargada de ironía e ignorándolo por completo.

La segunda vez que lo mencionó careció del mínimo toque de gracia y él, con la amabilidad que lo caracterizaba le exhortó que, de encontrarse muy desocupado, podía subir a la azotea e ir a asolearse las partes íntimas, si era de su agrado.

El hombre pareció replantearse la propuesta durante unos segundos, pero la descartó en breve, incapaz de entender la reacción que había tenido.

"Hace tiempo me dijiste que querías ir a París... a cenar al Madame Rousè" comentó dejando entrever un tono de desconcierto en la gravedad de su voz y las pequeñas arrugas que se marcaban en la zona superior de su rostro.

"Era una broma, Liam".

Zayn continuó tratándolo al igual que el aire dentro de la habitación, prefiriendo brindarle atención a la pantalla de su celular, mientras él le daba vueltas a la situación, quemándose la cabeza por reparar en qué estaba mal con sus palabras.

Francia es un país atractivo, la comida sabe como el cielo, tienen una de las maravillas del mundo... por Dios, ¡su capital es la ciudad del amor!

¿Quién odiaría tanto la idea de viajar allí para reírse de forma desabrida o hasta incomodarse al respecto?

Y es que, si bien no se consideraba una persona inteligente, le resultaba cada vez más difícil comprender a quien estaba muy próximo a convertirse en el amor de su vida. Sus actitudes cambiantes; su carácter de piedra volcánica: duro e increíblemente letal para todo el que se acerque; sus, en rarísimas ocasiones, demostraciones de afecto que llegaban y se esfumaban de manera repentina; sus respuestas sarcásticas que lo hacían dudar demasiado... A casi un año de haberlo conocido, el chico permanecía siendo un enigma.

Sin molestarse en poner insistencia, se limitó a tirar la toalla, pensando que quizás podría hallar una alternativa para ofrecerle como regalo de cumpleaños.

Echó un suspiro desde el fondo de la garganta, levantándose de la cama con desánimo.

"Bueno, espero que acepten la devolución de los boletos".

Una mano delgada se aferró a su brazo derecho, evitando que se pusiera de pie y atrayéndolo hacia el par de ojos claros que lo observaban bien abiertos.

"¿Estás... hablando en serio?" musitó atónito.

El castaño se mantuvo tranquilo, todavía esforzándose para escarbar profundo en busca de una explicación que justificara su comportamiento.

"¿Te he mentido alguna vez?" le cuestionó de vuelta, capturando el momento exacto en que el aturdimiento cayó de su semblante y dejó una sonrisa genuina en su lugar.

"Tú realmente querías cerrarme la boca, ¿cierto?"

Liam no entendió mucho (nada) de lo que ocurrió después, o la razón por la cual súbitamente terminó ciñéndolo en un abrazo de esos que raras veces tomaba la iniciativa de darle. Solo decidió disfrutar de ello y considerar el cálido gesto como el inicio de una nueva etapa para ambos.

Una larga y bonita etapa.

Liam estuvo reflexionando mucho acerca de que era la primera vez que su novio se subía a un avión, mostrándose nervioso al respecto e incluso cuestionándose si sería buena idea hacer el viaje al final.

Lo cierto es que en cuanto Zayn se echó en el asiento de al lado, cayó profundamente dormido durante todo el vuelo. No esperó que despegaran ni se inmutó ante la turbulencia, solo durmió sobre su hombro como un bebé que no teme a nada, y el castaño prefirió aferrarse a ese pensamiento... que él se sentía seguro teniéndolo cerca; que encontraba la calma entre sus brazos, siguiendo el ritmo de su respiración y el sonido de sus latidos; que la vida fue un lienzo en gris para ambos en el pasado, pero juntos podrían empaparlo de recuerdos nuevos y transformarlo en un mural de colores brillantes.

Daisy flowers  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora