I/II (6) - Noches.

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Había sido un día realmente largo, lleno de nuevos clientes y muchos platos por lavar.

Zayn pudo respirar cuando vio a la jefa colocar el cartel de cerrado en la puerta de cristal, mientras se deshacía del sucio delantal y se disponía a guardar en su mochila unas cuantas sobras de la comida que no se había vendido.

Hacía dos semanas que Louis ya no trabajaba allí, y admitía no extrañarlo en lo absoluto. El chico era un gran dolor en el trasero y solo se dedicaba a interrumpir sus jornadas de trabajo para comentarle alguna tontería acerca de Ray, o del tipejo rico de las propinas, como solía llamar a Liam.

Mientras tanto, él era feliz con solo verlo al volver a casa.

Fue en el momento que se encontraba cerrando la bragueta de su vieja mochila, cuando Ray se le acercó, tan amigable como usualmente.

"Hey, Zayn..."

El moreno alzó la vista hacia él al instante, mirándole con curiosidad.

"¿Harás algo después?"

Zayn encogió los hombros desinteresadamente.
"No, ¿por qué?"

Y pudo notar cómo el de cabello teñido se ponía solo un poco nervioso, antes de proseguir.
"Ehm... ¿Quieres venir a mi casa a cenar? Mamá preparó un montón de lasaña y dijo que no le molestaría si llevaba a algunos amigos".

El chico se lo pensó un momento, sin embargo, decidió que no había nada de malo en una simple invitación, por lo que terminó aceptando.

Después de todo, ellos se llevaban bastante bien.

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La cena con los Mackeen fue lo más entretenido de su día. Habían transcurrido demasiados años desde la última vez que Zayn formó parte de un almuerzo familiar, y aunque no tuviera ningún parentesco con aquellas personas, realmente pudo sintir la calidez de una familia reunida.

Las bromas nunca bastaban; cientos de historias vergonzosas e hilarantes provenientes de todos lados que concluían con una tanda de carcajadas; comentarios agradables acerca de lo felices que siempre les hacía recibir a los amigos del hijo medio de la familia, quien, a observación de ellos, se caracterizaba por ser sociable y estudioso, aunque un poco flojo a la hora de lavar los platos.

Zayn pensaba en su madre mientras escuchaba atentamente a la señora de la casa; en los abrazos cálidos, las miradas amorosas, los besos de buenas noches...

El postre llegó tan rápido como los platos sucios desaparecieron de la mesa. Un humeante platón de brownies, del que Ray tomó algunos y compartieron mientras charlaban en la comodidad del sofá.

"... Por eso ya no como camarones" el chico de cabello teñido concluyó su narración, sacándole una mueca de asco al moreno, que en ningún momento dejó de masticar el brownie en su mano, no hasta que tragó la última mordida y fue por su tercera vuelta, saboreando el chocolate en su boca antes de hablar.

"¿Por qué trabajas en esa cafetería?" le preguntó en un tono de confianza "Es decir, parece que tus padres están... bien" murmuró aquello último, paseando su mirada brevemente alrededor del acomodado salón.

Ray asintió en acuerdo, terminando de masticar la segunda mordida de su postre.
"Así parece" admitió "Pero no lo es" Zayn lo miró atentamente, en espera de alguna aclaración. Entonces él prosiguió "Soy becado, un gasto menos. Sin embargo, mi beca no lo cubre todo, y la carrera de mi hermana exige recursos muy costosos, por eso ambos trabajamos desde los quince" explicó con simpleza, retomando su pastelillo.

Daisy flowers  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora