I/II (17) - Mar dulce ❁ P.3

534 100 46
                                    

El viaje de vuelta fue silencioso, 

imperturbablemente silencioso. 

Liam mantenía un par de manos tensas sobre el volante, dedicándole una mirada fija al camino, a los vehículos que avanzaban frente a él, las luces de la ciudad y los cambios de semáforo, que le interesaban un mínimo porque en ese momento lo único importante para él estaba sentado justo a su lado, encerrado en la propia tumba de sus pensamientos e innegablemente rehusado a dirigirle una sola palabra. 

Sabía que lo había arruinado. 

Meses y meses de acercamientos cuidadosos, de soportar rechazos constantes, hasta que finalmente pudo ganar una pequeña gota de su confianza, que se escapó de sus dedos en cuestión de una jugada mal ejecutada. 

Zayn le había demostrado que no estaba listo para aceptarlo, para soltarle una positiva en cuanto se la pidiera, y él no respetó eso, lanzándose con brusquedad, sin previo aviso, en busca de lo que quería y esperando obtenerlo a la primera. 

Nada más que las canciones en la radio a un volumen demasiado bajo para el gusto de Liam rehuían el mutismo existente entre ellos. 

Sentía un mal sabor en la boca y agujas enterrándoseles en el estómago; cuerdas entrelazándose en su garganta y voces murmurándole que había tirado todo al vacío. 

Trató de buscar una manera de enmendar su error, pero las palabras se le quedaban atoradas debajo de la lengua y se convertían en un remolino de sinsentidos. 

Intentó hallar esos ojitos dulces que ya no lo miraban, que ya no destellaban para él; estaban perdidos en la ventanilla, negados a recibir algo por parte suya. 

Y Zayn se encontraba batallando con las miles de voces que murmuraban en su cabeza, todas a la misma vez, ensordeciéndolo, juzgándolo, aterrándolo, desatando una completa guerra en la que él llevaba las de perder; con los abrumadores sentimientos; con la sensación de tener los labios de Liam sobre los suyos, las manos de Liam posadas en sus mejillas, el calor de su cuerpo, el aroma de su perfume... 

Estaba muerto de miedo, porque era la primera vez que se sentía de aquella manera; estallidos de fuegos artificiales en sus oídos, un violento remolino en sus entrañas, electricidad en sus labios y recorriéndole el resto del cuerpo, hasta llegar a su corazón y provocar un fuerte estallido, que lo deshizo todo en cuanto huyó de ese tacto cálido. 

En aquel instante se vio atrapado en medio de dos posiciones totalmente contrariadas, porque lo ahogó la necesidad de regresar a él, de tenerlo pegado a su cuerpo otra vez, de entregarle sus miedos y ese pedacito de su corazón que aún había permanecido intacto... Pero, al mismo tiempo, una alarma se disparó en su cabeza, ordenándole que se alejara, que acababa de asomarse demasiado cerca del borde y ante el mínimo descuido terminaría resbalando hacia el vacío.

Fueron casi dos horas de camino, atrapados en un silencio sepulcral, evadiendo la mirada del otro a toda costa, reflexionando acerca de lo ocurrido... De cómo ambos se sentían culpables de algún modo. 

Zayn solo regresó en sí cuando el auto se detuvo y la entrada del viejo edificio apareció en su campo visual. 

La tensión se le envolvió alrededor del cuello, amenazando con asfixiarlo. Estuvo a punto de caer ante el impulso de abrir la puerta e irse sin más, pero la voz grave provocó que sus intenciones se esfumaran de inmediato. 

"Lo siento, Zayn" el tono decaído le llegó directo al pecho al igual que una estaca, enterrándose hasta el fondo; hasta sentir cómo algo crujía levemente. 

Daisy flowers  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora