I/II (8) - ¿Cita? ❁ P.1

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El irresistible aroma de los pastelillos recién salidos del horno se dispersó por toda la cafetería, donde unas pocas personas se encontraban ocupando las mesas; algunas tomaban café mientras entablaban una animada charla junto a su acompañante; otras, estando por su cuenta, se limitaban a terminar el platillo que habían ordenado.

Zayn agradecía la tranquilidad de aquel día, recordando con mala cara las ocasiones en las que el local parecía una perturbadora película de zombies; en las que se veía obligado a correr de aquí para allá entregando órdenes, preparando pedidos y quemándose las manos en la freidora para, al final de la jornada, retirarse a casa completamente exhausto y sin un centavo de propina.

El chico había estado bastante concentrado acomodando los postres que acababan de salir de la cocina en cuanto Melody se los hizo llegar, hasta que un pequeño de adorables ojos azules y cabello oscuro tomó asiento frente al mostrador, dedicándole una sonrisa tímida.

"¡Hola!"

Zayn lo miró enternecido, deteniendo su tarea para atenderlo.
"Hey, ¿qué te sirvo, amigo?"

El niño pareció pensárselo un poco, paseando su mirada a través del menú colgado a la pared antes de decidirse por un pastelillo de frambuesas.

En cuanto el pedido se le fue entregado, el infante comenzó a comer con algo de gula, lamiéndose la mermelada de los labios entre cada mordida.

Zayn se sintió melancólico de repente. Pensó en los bonitos años de su niñez y la sencillez de esa época; en cómo algo insignificante podía hacerlo tan feliz; en la inocencia; en la ingenuidad...

"¡HEY!"

Su corazón dio un brinco ante la abrupta interrupción y su mirada de inmediato se posó en el rostro sonriente de Liam, que parecía haberse tragado un par de champiñones de sospechosa procedencia.

Dedicándole una mueca seria, el moreno suspiró, preparándose para su siguiente intervención, que llegó casi al instante:

-"¿Qué haces?"

Zayn se mordió la lengua, echándole un vistazo al niño que aún se encontraba sentado ante la barra, lo suficientemente cerca de él para conseguir escucharlo, pero bastante distraido saboreando su comida para prestarle atención a cualquier desliz.

"¿No vas a pedir nada?" le preguntó, evadiendo su pregunta de forma estratégica.

Liam recargó los codos sobre la mesada, importándole muy poco si alguna mancha de comida terminaba sobre su costosa chaqueta.

"Un capuchino... Dos de azúcar-"

"...Leche de avellanas y crema, ya lo sé" Zayn lo interrumpió con un tono monótono, disponiéndose a preparar la bebida y provocando que la sonrisa del castaño se hiciera gigante.

"Lo recordaste".

El menor lo miró hastiado, esperando por la máquina.
"Es lo único que pides en este lugar, ¿será que algún día te hartarás?"

"¿Del café? quizá, ¿De ti? nunca" murmuró, dibujándose una sonrisa pícara en los labios.

Zayn sintió un molesto ardor en sus mejillas, y cuando estuvo a punto de usar su extenso diccionario -no apto para público delicado- con él, el chillido de la cafetera lo obligó a detenerse.

El hombre le dio un gran sorbo a la taza, importándole un comino si la bebida se encontraba echando más humo que una locomotora.

Sin atreverse a comentar nada al respecto, el chico continuó colocando los últimos pastelillos dentro del exhibidor.

"¿Quieres salir a pasear?"

Zayn soltó una risa irónica, no demostrándole ni el mínimo interés.

El hombre torció la cabeza como un cachorro confundido, preguntándose si realmente había escuchado su pregunta.

-"¿No vas a responder?" cuestionó con un tono que solo le quedaría a un niño de cinco años.

"Estoy trabajando" lo calló, como si no fuera bastante evidente, cerrando la ventanilla del exhibidor y colocando la bandeja sobre el estante junto a las demás.

"¡Oh, descuida! Te conseguí una hora libre" exclamó, quitándole relevancia a sus palabras y haciendo que sus cejas se fruncieran en un gesto que delataba confusión.

"¿De qué hablas?"

"Le di un cheque a tu jefa y dijo que podía llevarte a pasear un rato" aclaró con simpleza, tan solo esperando por una mínima señal del chico para cumplir su propuesta.

Zayn lo miró perplejo, rehusándose a creer que aquello no pasaba de ser una tonta broma.

"¿Qué-"

En ese instante, como solicitada por el mismísimo Creador, la despampanante morena de largo cabello azabache y actitud casi militar, se dio una vuelta por el mostrador, regalándole un amistoso saludo al castaño antes de dirigirse al turbado muchacho.

"¿Tú no te ibas?" lo interpeló.

Él se quedó enmudecido durante un par de segundos, y rodeando el mostrador, tomó la mano de la mujer, guiándola hacia una esquina para discutir con ella en privado.

"¿Me alquilaste al grandulón?" su tono demostraba indignación y en sus ojos podía reflejarse la evidente sorpresa.

Maritza plantó su mirada esmeralda sobre él.
"Mm, puede que hayamos llegado a un acuerdo" murmuró desinteresadamente, dejándolo boquiabierto.

¡Tenía que ser una jodida broma! ¿Es que los derechos humanos se habían ido por el caño? ¿De repente el negocio había decidido cambiar su temática? ¡Esa mujer era pastelera, no proxeneta!

"Soy una persona, ¿recuerdas? Y-yo puedo denunciarte por esto-"

La jefa soltó un suspiro cansino, deteniendo su patético reclamo.
"Niño, el magnate con aires de Johnny Bravo¹ ha estado detrás de ti desde hace meses, ¿no crees que te hago un favor al dejar que te lleve a pasear en lugar de tenerte el resto del día atendiendo mesas?"

Zayn la miró horrorizado.
"¿Favor? ¿Y si intenta secuestrarme?"

Ante su ridícula excusa, Maritza llevó la vista hacia el frente, donde el castaño se encontraba jugando a los carritos animadamente, junto al pequeño que había atendido minutos atrás.

Zayn se giró a verlo.

Bien, eso consiguió que se tragara sus palabras.

"Estaré en mi oficina, en caso de que tengas otra queja" la morena masculló, antes de encaminarse directamente a su oficina.

Un brazo musculoso se posó sobre sus hombros, robándose su atención.

Liam le sonrió.
"¿Nos vamos?"

Daisy flowers  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora