I/II (23) - Rosewood, 48B.

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En cuanto Zayn se acomodó en el asiento copiloto del brillante Mercedes y cerró la puerta, la deslumbrante sonrisa del castaño pareció iluminar todo el interior del vehículo.

Ni siquiera tuvo la oportunidad de abrir la boca, antes de que una mano grande se acercara a su rostro y un par de dedos largos trazaran una suave caricia en su mejilla.

"Te ves mucho mejor" comentó Liam, admirándolo con ojos cálidos; gozando de sentir su piel tibia, parda como la canela y lisa como las perlas; contemplando sus labios rojos, tersos a simple vista; añorando la preciosa imagen que tenía justo ante él y dedicándole cada una de sus respiraciones.

El moreno le puso mala cara, rompiendo con el ambiente meloso que el hombre se había esforzado en crear.
"¿O sea que antes me veía mal?" le cuestionó, sintiéndolo tensarse al igual que un tronco.

La mano que se paseaba por su pómulo izquierdo se apartó bruscamente y él, poniéndose nervioso, de inmediato recurrió a defenderse:
"¡No! Me refiero a cuando estabas enfermo-"

"Ah, ¿entonces te dejo de gustar si me enfermo?" continuó desafiándolo, y lo juzgó fríamente mientras a Liam se lo tragaba el pánico.

"¡N-no es lo que quise decir! T-tú me gustas siempre..."

"¡Solo estás respondiendo lo que quiero escuchar!"

El castaño se quedó pasmado, moviendo los labios en busca de alguna réplica adecuada para mermar la repentina discusión que el chico había armado por sí mismo.

Joder, jamás se imaginó que salir con Zayn sería sencillo, pero acababan de reencontrarse después de semanas sin verse, al menos esperaba una gota de misericordia de parte suya... un besito tampoco era mucho pedir.

Una sonrisilla traviesa se asomó entre sus dientes blancos, la cual intentó reprimir inútilmente, y terminó soltando una ruidosa carcajada.
"Estoy jodiendo contigo" le hizo saber sin una pizca de vergüenza, regocijándose en la mueca de susto que se le había puesto en el rostro.

Liam dejó escapar un suspiro, enderezándose en su lugar. Clavó la vista en el frente y puso el auto en marcha, haciéndose el ofendido.

Zayn no le tomó importancia alguna. Acomodó la cabeza contra el reposo del asiento y se dispuso a estudiar la negrura de sus ojeras que contrastaba con la blancura de su tez nívea. Una espinita lo picó en una esquina de la cabeza, contagiándolo de preocupación.

"Luces agotado" murmuró, notándose serio de un momento a otro.

Él siguió concentrado en el camino, sosteniendo el volante con firmeza. Las luces de la ciudad se reflejaban en sus párpados caídos y exhaustos.
"Este día fue una completa tortura" comentó de vuelta. Y Zayn no pudo evitar sentirse como un estorbo.

Agachando la cabeza, le refutó en voz baja:
"Te dije que no voy a molestarme si estás demasiado cansado para-"

"Necesitaba verte hoy, Zayn" lo interrumpió el mayor, tomándolo por sorpresa. Los ojos claros se posaron en su semblante relajado al finalizar diciendo "... Más de lo que necesito cualquier otra cosa".

Su patético corazón, con el que tanto batallaba día y noche por ser el responsable de arrastrarlo a las fantasías más bobas hasta el punto de arrebatarle el sueño, se puso a dar brincos como loco durante el resto del viaje, mientras discutían acerca de qué deberían elegir para la cena.

Zayn sugirió algo rápido, económico y rico: pizza, pero Liam insistía en que tenía ganas de una buena pasta casera, y que al llegar a casa sería lo que comerían.

El resto de la noche estuvo asquerosamente atento con él. Le abrió la puerta del auto, y ni siquiera le dio la oportunidad de embobarse como Dios manda con la vista exterior del inmenso edificio, antes de tomarle la mano y arrastrarlo por la lujosa recepción, directo al ascensor.

Daisy flowers  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora